17 de marzo de 2008

800 km - El viaje








Foto Diario La Gaceta

Mi hijo insistió tantas veces que terminé aflojando y lo acompañé a Salta a ver Atlético. Historias de un viaje. Historias de hinchas.

Hoy lunes, me duele el lomo. 800 km recorridos en menos de 12 horas es mucho para mi, pero la experiencia deja cosas para escribir y, además, me dio la posibilidad de volver a comentar un partido en radio. Mi amigo, el "ruso" Albertinsky, que también me había invitado varias veces, me dio la posibilidad y volvimos a laburar juntos.
Domingo por la mañana. No hay un Tucumán más lindo que ese día de la semana y en ese horario.
La rotonda de gobernador del campo y avenida de los próceres tiene banderas desplegadas. Los hinchas achican la ansiedad del viaje con cerveza, fernet con coca y cánticos. Uno de los colectivos ya partió y otro saldrá cerca del medio día.
Sandwichs de mortadela y queso en frances reemplazan a un desayuno normal. El quiosco del legendario "Chita" oficia de terminal de omnibus.
Los vecinos arrojan agua en la vereda para que los muchachos se dispersen, puteada en murmullos y descontento por la "mala onda". "...copamos en todas las canchas y nadie nos pudo correr..." el cántico tribunero a modo de represalia dispara las risas y el gordo Maradona se prende con un "...nooo no nos vamos nada, que nos echen a patadas" y ahora las risotadas se generalizan.
Los únicos que no se rien son los organizadores que van de aquí para allá con el ánimo que nadie se quede a gamba. Atlético y su campaña despierta esta locura.
Antes de partir, cayeron las motos del Grupo Cero. Uno de los vecinos denunció a los pibes por teléfono y los polis desembarcaron como si fueran a la guerra. Con cara de malos y a los gritos tratando de despertar respeto "pidieron" que los hinchas se fueran al parque. Pelé carnet de prensa y me acerqué a uno de ellos, aclaré que no había razón para el maltrato porque no hubo desmanes ni actos de bandalismo, uno entendió y bajaron los decibeles no sólo porque se los dije yo, sino porque los fanas acataron el "pedido" y se marcharon.
El colectivo por fin llegó y arrancamos, bah, arrancaron porque los organizadores y yo quedamos abajo y nos alcanzaron en auto. En el apuro por partir el chofer nos dejó haciendo señas.
Cantos, cantos y más cantos, cerveza en envases descartables y vino en caja. En Rosario de la Frontera bajamos cuatro solamente. La poli salteña, ni que fuéramos presidiarios, no dejó bajar a más gente. Bebidas cargadas a las apuradas y sanguchitos en pack, bah los que dejó el gordo conductor que cargó una bolsa llena.
Esa compra disparó otra historia. Uno de los vagos me mangueó el sandwich de mi hijo quién se ocupó de compartirlo. "Somos todos de Atlético", dijo.
"Picolé" el que me mangueó y "Alcides" su coequiper, son de la Villa (cualquiera hubiera preguntado cuál villa), pero entre los hinchas saben que es la Mariano Moreno. "No tengo una.." dijo "Picolé"; "teníamos todo para viajar", dijo Alcides "pero nos fuimos a la timba y nos pelaron 200 así que tuvimos que salir a maguear y a "quemar" lo que teníamos", agregó. "Un vaquero nuevo vendí", afirma Picolé. "Mangueamos por aquí y por allá y juntamos, contando lo de las entradas, nos quedan casi cincuenta" dijo Alcides mientras los guardaba en su billetera-zapatilla.
"No fui a mangar a mi viejo porque lo tengo prendido como con 300 y si era para viajar me sacaba cagando, para colmo es ciruja", asegura Alcides, que tiene cinco guachitos, cuatro en edad escolar y gana, apenas, una luca al mes. Trabaja para una constructora que levanta módulos habitacionales para el gobierno de José. Ahora anda por la Villa Obrera en Tafí con su laburo. "Picolé" no sé a qué se dedica, pero estoy seguro que Atético es una parte importante de su vida. "Voy a todos lados", afirma.
"Si no conseguíamos nada ando con la cédula verde de la moto en la mano, te juro que la quemaba para venir" asegura Alcides como queriéndome convencer de su locura por el equipo. Cuenta que una noche estaban de joda y pararon un remis que les cobró 300 mangos para ir hasta Salta la noche que Marcelino Galoppo lo hizo ganar al equipo de Zucarelli contra Tiro. "Lo más gracioso es que no vimos el partido, porque estábamos de la nuca... entramos, nos sentamos y nos quedamos dormidos... es que nos habíamos tomado todo", dice Alcides.
Que locura, que historias. Los cincuenta y pico que iban en el colectivo tienen la suya, seguro y sus historias también. De sacrificios como las de Alcides y Picolé y otras no tanto.
Gente común que busca en el pie zurdo de Sarría, en los quites de Granero o en el los goles del "Yaya" alegrías que a veces su vida cotidiana no se las dá.
Y esta vez Atlético, ante Juventud Antoniana, se ocupó que el sacrificio de estos dos tipos y de los 4.000 que se trasladaron hasta Salta no lo fuera tanto.

15 de marzo de 2008

El "Diablo" periodista
















El "Negro" Lucas Victoriano debutó con éxito en este sitio con su primera nota porque, de una, la revista Basquet Plus la reprodujo. Ahora escribe para el sitio web www.tubasket.com. Que tal.

El tipo es un niño mimado en este blog, pero no porque es amigo (es una buena razón) sino porque es uno de los deportistas más trascendentes nacido en este lugar del mundo.
Creo que desde aquí se hace algo de justica periodistica ya que los medios tucumanos se acuerdan de él sólo cuando regresa de vacaciones a la República de Villa Alem. Lo persiguen para hacerles notas y algunos ni saben dónde jugó en toda la temporada.
Ahora le dio una vuelta de tuerca a su envidiable trayectoria y se metió en el periodismo, sin que nadie le haya enseñado nada del tema y no solo zafa a la hora de escribir, sino que lo hace bien y tiene un enorme potencial.
El sitio web www.tubasket.com, lo tiene como columnista y ya se animó a comentar partidos de fútbol para una cadena de radio española.
En la nota referida escribe sobre el símbolo merengue Alberto Herreros. Si le gusta el básquet el sitio tiene mucha info y si sos tucumano por ahí te interesa más.
Felicitaciones negro.

Co$$$pel
















Los empresarios se cansaron de llorar y por fin lo consiguieron. Los gobiernos municipales y provinciales les dieron el si. Los bolsillos de los tucumanos pagarán el pato.

El único barrio con el que me siento identificado es con el Kennedy. En el Noroeste de la capital. Fui a vivir en el ´66. Calles de tierra (barro cuando llovía). La única línea que se animaba era la Nº 7. Coches amarillos que llegaban hasta Bolivia y Bulnes. Todavía no había tantas familias como para animarse a recorrer el barrio y por lo tanto debíamos caminar hasta esa intersección para viajar hasta el centro. Y allí nos bajábamos cuando regresábamos.
El servicio era bueno. Por lo menos las ventanillas cerraban en invierno. El costo era ínfimo y los empresarios ganaban plata.
En realidad todo costaba poco. Cuando comencé la secundaria viajaba en los azules colectivos de la Línea 9. Subía en Viamonte y Perú y ya venía lleno. Cuando podía me colaba y con la plata del boleto me empujaba un desayuno con tortillas al rescoldo en el bar La Carpa. Como a veces no venía lleno, me hacía llevar por un vecino hasta Saavedra y Belgrano. Ahí sí que venía hasta el tronco. Viajaba colado en la puerta y cuando bajaba cumplía con el rito diario del desayuno en uno de los poco bares que se mantenía abierto toda la noche.
Eran otros tiempos, el boleto no pesaba en el presupuesto y el desayuno, en un bar, era barato. Hoy ya no lo es y cuando te lográs colar no te alcanza ni 'pal azucar.
Es raro, una de la leyes de la economía indica que cuando aumenta la demanda de determinado bien o servicio el precio tiende a bajar. En Tucumán, hecha la ley... hecha la trampa, hasta las que rigen la economía.
Ahora hay más gente para viajar en colectivos que en la época que me colaba en el 9, pero el precio del pasaje aumenta (?).
Los empresarios que viven soliviando los mocos cambian sus 4x4 cada dos por tres y no veo que ninguno ande juntando cartón pa' llegar a fin de mes. Argumentan que los números no les cierran, pero sacan unidades de servicio para achicar costos. Menos combustibles, menos repuestos, menos cubiertas, menos choferes a los que pagarles el sueldo con igual demanda, o sea, más ganacias. Hace años que argumentan que un aumento les servirá para mejorar el servicio. Hace años que consiguen aumentos y los servicios no mejoran. Díganle a los concejales que levantaron la mano se den una vueltita en bondi.
Ni que decirle de los que cumplen el servicio interurbano. Te dejan a gamba en medio de la noche y no tenés a quién reclamarle.
Eso sí, la Dirección de Transporte Municipal y Provincial no controlan a nadie, porque sino el servicio no sería el que hoy se brinda. Ni que decirle de la Policía de Tránsito que se preocupa porque los pibes en moto tengan los "pelpas" en regla, pero cuando aparece un colectivo se hacen a un lado.
Qué organismo va a controlar que el servicio mejore, cuál será el funcionario que estará al frente de dicho control.
Ya está, el intendente Amaya se relaja ante las preguntas forras de los movileros de las radios a sueldo del municipio, sobre por la protesta de unos cuantos gatos locos. El Gobernador Alperovich también se relaja y le quita dramatismo al tema ante los mimos micrófonos forros aduciendo que no se cedió demasiado porque los empresarios pedían 1,80 y sólo se les otorgó un "miserable" 1,40. ¡Ahí tienen para que tengan empresarios ambiciosos!
Se relajan los vendedores de concesionarias porque seguro que una 4x4 nueva le van a vender a estos "sacrificados" empresarios que se preocupan por la comunidad.
Los únicos que no se relajan son los padres de familia que deben mandar sus hijos a clase aunque el sueldo siga siendo el mismo.

12 de marzo de 2008

Enano hijo de p...














Tengo 50 sobre el lomo y puedo decir que lo conozco, a pesar de no haber estado nunca cara a cara con él. Guizburg, desde el humor, puso en apuro a muchos poderosos haciendo reir y pensar a la vez.

Pertenezco a la generación sospechada de todo. De gay por tener el pelo largo, de hippie por vestirte de una manera determinada, de zurdito por pensar, de rebelde por decir no o de delincuente por gritarle "ropa prestada" a un cana.
Entonces no leía cualquier cosa. Diarios para informarme y algún que otro libro. Así llegué a Satiricón y, por lo tanto, a Guinzburg y a todos esos tipos que te habrían el mate.
Unos años después lo redescubrí en la Noticia Rebelde junto a Castello (maestro), Abrevaya, Becerra y Repetto. Había que tener huevos para preguntar lo que preguntaba en el descarnado reportaje a una figura invitada. Recuerdo que a un cantante de aquellos años llamado Silvestre, quien es recordado más, por haber sido el novio de Andrea del Boca que por sus dotes de artista, le preguntó: "¿Que te molesta más de tu ex-mujer (el tipo se había separado para refugiarse en los brazos de Del Boca), que te haga quilombo o que haya salido en bolas en una revista siendo un escracho?"
Acido a morir saltó a la radio donde condujo y produjo el mejor programa matinal que escuché en mi vida: "El ventilador", junto a Castello, Ulanovsky, Rádice. Fue allá por el '98 y yo tenía auriculares puestos todo el día. En el semanario "el periódico" hacíamos, con otros dementes, un suplemento diario del Mundial de Fútbol de Francia y mamaba información desde allí, pero también diversión.
A veces me siento orgulloso de los años en los que me tocó vivir y eso que en muchos tramos no lo pasé bien, pero tipos como Guinzburg, Castello, Dolina, la revista Humor, Satiricón, Diego, el Lito Espeche, Spinetta, León Gieco, la "Negra" Sosa, Goyeneche y tantos otros me ayudaron a vivir.

9 de marzo de 2008

Por fin el juego















Salí con el pecho inflado. Atlético tuvo 45 minutos de fútbol puro y el 2-0 a favor con el que se fue al descanso pareció poco. Al final fue 4-2 contra Desamparados y estuvo bueno.

Creía que nunca iba a poder. A pesar que cuenta con jugadores que la pueden entregar redonda. El viernes por la noche jugó su mejor primer tiempo del torneo haciendo que la pelota viaje de pie a pie sin que se levantara a más de cinco centímetros del césped.
Los cuatro del medio, los dos enganches y el punta se metieron en el campo sanjuanino y no dejaron respirar a los visitantes que se comieron un peludo de aquellos.
Montiglio, cada vez, menos insultado por a derecha y Longo, cada vez más jugador, por la izquierda, agrandaron el campo de una manera que a los ¿dirigidos? por Ricardo Dillon les fue imposible cubrir. Rotación constante, velocidad repetida y precisión poco habitual fueron los atributos de los de Barrio Norte.
El aluvión "decano" obtuvo su fruto con el pie zurdo de Montiglio que la colgó en el ángulo derecho del "Mono" Guirado y unos minutos más tarde Alvarez revalidó sus condiciones de mortífero definidor al recibir una pelota profunda de Erroz, enganche con zurda y definición con la misma pierna para establecer un 2-0, cifra que estuvo más acorde con el trámite.
Los mendocinos apelaron a la violencia pero fue inútil. Dillón, el técnico, apeló al circo para meter el partido en un freezer al contestarle a un plateísta y tampoco sirvió. Bochorno de los hinchas y del técnico que se fue al vestuario insultado parejito por el sector 1 de plateas.
En el segundo Atlético se amodorró y el descuento lo llamó a la reflexión, pero el juego se había ida al vestuario en el entretiempo y, en el complemento, solo de a ratos se daban tres pases seguidos. Los visitantes no abandonaron la violencia y de poco fueron quedando menos, rojas mediantes.
Sarría desde los doce pasos trajo algo de tranquilidad, que se esfumó con el segundo gol mendocino. Más tarde Pablo Hernández, con un frentazo, devolvió el aliento. Con tres menos los mendocinos ya no eran rivales, con once tampoco lo fueron y Atlético terminó a puro toque pero ya lento y sin profundidad aferrándose al código de no humillar a un rival que ya no revestía carácter de tal.
Si jugara siempre así seguro que no me daría fiaca como a veces me da. Los otros van a seguir yendo porque Atlético gana.
Cómo?... no importa.

Basta de jugar los viernes: Si hay algo que no se entiende es que se juegue de local ese día. La inseguridad reinante alrededor del estadio es alarmante y cuando más te acercás a las esquinas Salta y Chile o Salta y Bolivia se acrecienta.
Allí los rateritos del "Chivero" se hacen una fiesta. El viernes pasado fui testigo de un robo que perpetraron cuatro pendejos a los que varios auyentamos con los gritos. Los ladroncitos habían estado parados por donde yo pasé.
Los policías se quedan en el estadio, cuidando los autos de los dirigentes y políticos que concurren al estadio.
Hace años que en esas dos esquinas se roba. Hace años que no se ve policías allí. ¿Será una zona liberada o estoy viendo fantasmas?

El Cierre

Un pedazo de la vida de los tucumanos baja la persiana, para siempre. Yo soy tucumano y, como tal, alguna vez fui asiduo concurrente y una parte de mi vida también se cerró. 

Siesta de enero en Tucumán. Las lagartijas no se asoman ni a palos. Caminar desde Laprida al 200 hasta 24 de setiembre al 500 era una proeza, pero valía la pena y eso que había dejado la práctica activa del snooker o la billa.

Acababa de comer y el café para asentar el morfi "debía" tomarse en El Molino. No era un café cualquiera. Significaba encontrarse con gente amiga, ver jugar a tipos que la junaban lunga y por sobre todas las cosas seguro que me iba a reir, porque algo siempre pasaba. 

Como esa tarde que el "Sapo" López Frías se acercó a las escalones a la par de la mesa 2 y espetó: "Dany me dio una boleta de teléfonos para que le pague (el tipo hacía gestiones para los amigos por la mañana), y no sabés que kilombo que tuve...". Alguno preguntó porqué. Y el "Sapo", conteniendo la risa, agregó: "casi me meten en cana y todo... como será de vieja la boleta que estaba firmada por Grahan Bell..." Risotada general y puteada de Dany por la chanza. 

Eso era una siesta de El Molino. No era ir a la timba, aunque para algunos era eso. Era ir a compartir un ámbito donde se mezclaba amistad, discusión futbolera, café de garrón, cigarrillo (si algo lo terminó de empujar al cierre fue la prohibición de fumar en lugares públicos) o hablar de minas... casi siempre mal. 

También era sentarse a verlo al fanfarrón y, no menos talentoso, "Lulo" Díaz; al humilde y espectacular "Lalo" Elías. O ver el raro peinado de "Miquicho" Zavalía cada vez que se agachaba para taquear. O era verlo jugar y hablar de la noche a "Chito" Nieva.

Empecé a ir en los ´70 cuando hacerse la yuta era la gran aventura de un estudiante de secundaria y terminar jugando a la billa te ponía en un mismo plano con Indiana Jones. Con el loco "Miky" López caíamos de espalda a primera hora. Café con leche con bollos para auyentar el frío matinal y armarse de paciencia hasta las diez de la mañana para jugar en las mesas de atrás. La Nº 14 era lo máximo y "afanársela" a los jubilados tenía un gustito especial. 

De a poco el lugar oscuro se iba iluminando con los flouresecentes de las mesas. El "Pilo" y "Poroto" asustaban con sus ceños fruncidos y si te agarraban fumando sobre el paño o con el pucho encendido apoyado en la baranda, te rajaban de una. La aventura terminaba a las 12 o 12,30. A "gamba" hasta la esquina de Casal a comer una mila en Cuni para terminar morfando en la casa del "Loco" y disfrutar de la sobremesa en el taller de "Banana", el viejo de Miky. Anécdotas con olor a nafta y risas durante la tarde. De estudiar, ni hablemos. 

Después comencé a ir por la tarde. A ver las "metidas" por plata, a pesar de la prohibición. El "Chueco" Villagra, "Pepe" el hermano, "Cuchi" Lozzia, "Dani" Rodríguez eran algunos de los cracks. Los tres primeros se fueron jóvenes en tragedias que nos golpearon a todos. Cigarrillo y café (todavía no tenía gastritis). 

A veces me prendía, no en la metida porque no había respaldo económico y tampoco mucho talento y temple, pero si en alguna partidita por la hora y la consumición. Kilómetros a la vuelta de la mesa debo haber recorrido y eso que no era de prenderme en partidas largas. 

En otra época, hallá por los '90 ya eran otros los "actores". El "Sapo" López Frias, Fa-fa-fa, el Puma, "Chito" Nieva, "Lalo" Elías, mi "hermano" Terry, el "Japonés" Julio, Dany Brandán, era los animadores del teatro de la siesta. Porque eso era ir a tomarse un café después de morfar. 

Ya no me llamaba mucho la atención jugar. Cargadas, juego, trampas de 13 a 16. Allí terminaba la función porque había que volver al laburo, menos el "Sapo" que se fue a otra vida con los plásticos de fábrica de la espalda, intactos. 

Buscas, vagos, coleros, prestamistas, generosos, soberbios, humildes de actitud y bolsillo, revolucionarios de días hábiles (los domingos había que comer asados, como dice Pinti), ganadores de la boca para afuera, timberos y embusteros... el mundo, tal cual como el que conocíamos afuera de esas cuatro paredes, también habitaban a lo largo de la hilera de mesas. 

Hasta el sábado por la noche era un lugar de visita antes de ir a la milonga. Apurar un triple de ternera y una coca antes de levantar el vuelo nocturno. 

Cuando me enteré del cierre, me golpeó. Ya hacía mucho tiempo que no pisaba el "Salón de Té" como decía el inefable "Sapo" a modo de cargada. Las responsabilidades me quitaron hasta ese rito. Que lo parió. Esta puta modernidad se va comiendo todo. 

Ahora los pendejos se descerebran frente a maquinitas preparadas para ganar siempre. El músculo ágil para pulsar un joystik desplazó al talento para tirar un "pique y vuelva" de banda a banda. Dicen que habrá un mega proyecto gastronómico. 

Pero ni una cosa tan pretenciosa como un "mega proyecto gastrónomico" puede reemplazar a tanta historia, anécdotas, vidas, muertes, cigarros, cafés, talco, taco y tiza. Alta traición del impulsor del cambio a pesar de tener el mismo apellido que el fundador y hasta es el nieto, creo. 

Jamás ingresaré al "mega proyecto gastronómico", porque estoy seguro que no encontraré nada que me interese. Además, por más reformas edilicias que realicen, allí estará siempre "El Molino"

6 de marzo de 2008

Imbancables y Sonrisas - 4º 2008














No hay nada que hacer. Estamos en la Argentina. ¿Que pretendo... reirme antes que amargarme. Soy medio estúpido... no?

Imbancables:

El desencuentro Venezuela-Colombia-Ecuador: Lo único que falta en esta parte del mundo... que nos caguemos a tiros.

Mariano Campodónico: Me tienen podrido los hinchas de San Martín con su fe en este ex-goleador, casi ex-jugador. Si hubiera sido tucumano ya le hubieran apedreado la casa.

Racing Club: No sé como tiene hinchas y no lo digo porque no gana nada aunque esto suma. Juega horrible, tiene un técnico que se llama Micó y de ídolos, uno que es un cuasi-jugador que se llama Sava y a un limador de tobillos llamado Bastía.

Roberto Palina: Se pasó de la oposición al oficialismo como yo de la pesi a la coca. Es un radical, qué se puede esperar.

Roberto Palina II: saben porque me dá más bronca, porque hace más real aquella máxima del odiado Carlos Menem, "las utopías han muerto..."

La canasta escolar: El 1% en enero dijo el INDEC. El INDEC de Holanda debe ser porque aquí los útiles dejarán de ser tán útiles... por los precios, digo.

La tromba marina: cualquier pelotudo que no vio llover en su vida habló del fenómeno natural ocurrido en Buenos Aires.

Los romances modelitos-tenistas: La verdad me interesa un carajo con quién sale cada una de estas decerebradas y mucho más que los medios reflejen estos revolcones de moda como si fueran la noticia que salvará al mundo.

José María Aguilar: Habla como si fuera Pepe Amalfitani. Su club es el reino de la patota tribunera. Además alguien que contrató al "Colorado" Lusenhoff debería mantenerse callado.

Sonrisas:

Martín Palermo: Con los números no se puede. Son pocos los que meten 180 goles en Boca. Pero tampoco me voy a traicionar... debería comer pasto.

Roger Federer: Por fín perdió en primera ronda. La verdad me tenía podrido que "sportivo ganasiempre" le pase el trapo a todos. Esto me lleva a creer que algo puede cambiar en el mundo.

Luis Scola: Fue elegido el novato del mes en la Conferencia Oeste de la NBA. Fue clave en los 13 juegos ganados por los Rocketts a lo largo de febrero y tuvo 11.6 de promedio en puntos. Gino no está sólo.