29 de mayo de 2009

Imbancables y Sonrisas - 2º 2009


Mayo es tarde para la segunda entrega pero voy a tratar de ponerme al día en lo que resta del año.

Sonrisas:

Javier Pastore: el mejor del mundo ya. Como no hay cien como este.

Atenas campeón: el regreso de un grande...

Huracán: juega como en la canchita del barrio. Solo faltan los buzos haciendo de arco.

El que lo operó a "Satanás" Paez: ahora parece Ruud Kroll. Un logro de la ciencia moderna.

Imbancables:

Carusso Lombardi, Merlo: y todos lo técnicos que son "Telé" Santana frente a las cámaras mientras sus equipos son un oprobio al buen fobal.

Los defensores de estos técnicos: porque los justifican diciendo que hacen jugar a los equipos que dirigen como tienen que jugar... o sea horrible.

Niembro y su troupe: para ellos Carusso y Merlo son el oráculo.

Racing Club: que se vaya al descenso de una. Un equipo que juega tan feo no merece otra cosa.

La "tragedia" de Boca: Y... "sportivo ganasiempre" no existe.

El periodismo y la "tragedia" de Boca: ahora hablan de que Riquelme no se da bola Palermo, Palacio ni lo mira a Juan Román, Mauro Martín boxea al Uruguayo en la barra... pero ninguno dice que no se dan dos pases seguidos.

La muerte de arielito: siempre mueren los buenos.

Los salones de fiesta para chicos: Están hechos pa' que los padres del cumpleañero se rasquen el pupo.

La comida de los salones de fiesta para chicos: pizza sin salsa, empanadas dudosas y sanguchitos de miga so so regado con gaseosas en jarra, aguadas y sin gas.

Los animadores de los salones de fiesta para chicos: gritan más que los chicos y no divierten a nadie. Ojalá se ahorquen en el laberinto del pelotero.

San Martín: perdió con todos los rivales con los que pelea para mantenerse en Primera y de local, pa' colmo.

Los que cada vez que suena un tema reggae sueltan la ingeniosa frase: "solo falta prenderse uno"

Los varitas que se esconden pa poder coimear.

25 de mayo de 2009

No se fue... nunca se irá


Parece que el barba no tenía quien le repulgue las empanadas. Por eso la contrató a mi vieja, Doña Nilda. Dicen que el tiempo cura ausencias queridas. ¿Será?

A mi vieja se le ocurrió enfermarse y ahí anduve, con mi hermano, el "Gordo" Lito, entre médicos y enfermeras. Adaptando mi vida a los horarios de visita a la terapia y sufriendo y conteniendo y esperando y rogando. Preguntándome cómo esa mujer indestructible de repente se recibió de anciana.

No le gustaba esa palabra... anciana. "No soy una vieja..." me decía a menudo cuando le reclamaba que no subiera a los colectivos para ir a realizar trámites. Le había ganado un millón de batallas a la vida, desde chica. Mirá si se iba a asustar de subir con sus 82 pirulos al 7 en Bulnes y Perú para ir al banco a cobrar y después a pagar los créditos y los impuestos.

Porque era de antes, mi vieja. Pertenecía a ese grupo de gentes que respetaban las obligaciones ciudadanas a rajatabla. Aunque mi hermano, desde su pragmatismo mesiánico, le argumentaba que ni el gobernador era un buen contribuyente. En realidad le decía que ya no había contribuyentes.

En el ´75, cuando se fue mi viejo, ella decidió continuar su vida en soledad. Fue mujer de un solo hombre y se bancó lo que se vino con más huevo que cualquiera. Dos laburo para parar la olla y para que yo siguiera estudiando. Debe haber sido una gran desilusión para ella que yo largara los libros.

No me dejaba salir a la siesta cuando era pendejo. Había que dormir la siesta, decía. Y yo que me moría por ir a jugar a la pelota. Pero ese encierro forzado (no durante mucho tiempo) ayudó a que se me despertara mi amor por la radio y la música. Cómo me resistía al sueño post almuerzo, me encerraba en mi pieza con la Tonomac Siete Mares de mi viejo a escuchar sobre el mundo que exístía lejos del Barrio Kennedy.

Era enfermera y hacía guardia los sábados en el Hospital Padilla. El almuerzo del domingo era medio raro. La conversación iba desde los accidentados a los muertos, pasando por la sangre. Nos terminamos acostumbrando. Fue el médico del barrio. Era medio raro que le pifie a un diagnóstico. También laburaba en el dispensario (el caps de los ´70) de Villa Santillán.

Había empezado jovencita con la vocación de ayudar. Me sabía contar que a las cinco de la mañana se subía al "tren de palo" para ir a prestar (regalar, en realidad) servicios en el Hospital de San Pablo. Vivía en Villa Alem, Congreso 1.350 pa' más datos. Iba a gamba hasta la estación de la Avenida Roca, pero no se le arrimaban ni los perros. Los "Pansas" integrantes de una familia de guapos de ese barrio, la acompañaban 20 metros atrás. "Vos andá Nildita... que nosotros te cuidamos" le decían los tipos. Jamás le pasó nada.

Crió a sus hermanos más chicos cuando mi abuela, a quien no conocí, falleció. Aprendió a cocinar con una maestría sin igual. Nos crió a nosotros y ayudó a un millón de personas. Su velatorio fue una clara muestra. Hubo gente de todos lados. No estuvimos solos. Mis hermanas postizas Susana y Doris, las vecinas que hicieron de hijas desde hacía mucho tiempo no se apartaron de su lado.

Nunca me imaginé que iba a escribir sobre la vida de Doña Nilda. Siempre pensé que iba a estar conmigo para siempre, que no me iba a dejar, que me iba a seguir enseñando a cocinar. Todos los fines de años me sabía decir "tenés que venir cuando haga pan de navidad... yo un día me voy a morir y tenés que aprender..." Siempre le contestaba lo mismo: "dejá de joder mamá, vos no te vas a morir nunca..." Y, por mi tozudez no aprendí a hacer pan de navidad

Pero es así Doña Nilda, Ud. no se va a morir nunca.
En el canto del chalchalero, Ud. estará
En el mate cocido con bollos de Lito, Ud estará
En el olor a pasto recién cortado, Ud. estará
En la mayonesa de aves de Agostina, Ud. estará
Cada vez que el potus parezca nevado, Ud. estará
En la "milanesita con arroz" de Claudio, Ud. estará
Cada vez que la casa brille, Ud estará
En la torre de panqueques de So - So Ud, estará
Cada vez que alguien necesite una inyección, Ud. estará
En el insuperable estofado de albondigas con papas, Ud. estará

Y estará en mi corazón... por siempre
Gracias Doña Nilda.

16 de mayo de 2009

Cappa presidente


En una entrevista concedida a Olé, don Angel, el técnico del maravilloso Huracán hace que me convenza que no todo está perdido. Otro que merece estar en doscortas...

-A la mayoría le sorprende Huracán, ¿y a vos?

-Yo esperaba que el equipo jugara bien como lo hace, o como lo intenta, pero no que la idea se incorporara tan rápido. En especial la participación de todos los jugadores durante los 90 minutos. Eso a veces cuesta y, en este equipo, casi nada.

-¿Por eso parece armado desde hace más tiempo?

-Sí, pero soy consciente de que Huracán todavía está en formación. A veces tenemos lagunas e inconvenientes que se aprenden a resolver en el camino.

-Esa sensación de equipo armado se ve en que sale uno y entra otro, pero Huracán juega igual.

-Hasta ahora, fue así, pero para jugar contra River tenemos muchos problemas juntos. No contamos con los centrales (Goltz-Domínguez) ni con el 9 (Nieto). Son varios cambios al mismo tiempo y vamos a ver cómo responde el equipo, en el que hay muchos pibes.

-Cuando te fuiste de Racing estabas amargado con el fútbol argentino, ¿ya te reacostumbraste?

-Todo sigue como siempre, lo que pasa es que hoy con Huracán vivo una situación diferente. Pero si no se hubiesen dado los resultados, sé que ya habrían empezado los problemas. El fútbol argentino está lleno de impaciencias y cosas que no deberían suceder; todo es ver si se llega hasta el domingo. Creo que las cosas así no van bien. No puede ser que cada seis meses haya que armar un equipo nuevo. Incluso los torneos cortos, los promedios... Todo es un agobio que nos hace vivir en la crispación constante. Y hace que el entrenador no tenga tiempo ni serenidad para enseñar, ni que los futbolistas jueguen sin la excesiva presión a la que son sometidos.

-¿Cuál es la raíz? También hay impaciencia a la espera de un semáforo o en la cola del supermercado.

-Es un conjunto de cosas. Está muy instalado el "ahora y como sea". Y con tanto apuro, el fútbol ya no apuesta al espectáculo. Pero fijate Huracán: hoy lleva mucha más gente porque juega bien. Y perdimos dos partidos en nuestra cancha pero los hinchas igual mantuvieron su entusiasmo.

-Y saben que Huracán tiene la chance de ser campeón en este torneo.

-Es algo nuevo para la mayoría de nuestros futbolistas y hay que vivirlo. Para pelear un título se necesita de un equipo como Vélez, con una estructura armada desde hace tiempo y jugadores de experiencia; o Lanús, que lleva mucho en la misma línea. Yo no sé cómo van a reaccionar estos chicos ante esta nueva circunstancia. Es más: no sé cómo van a reaccionar ante la situación de enfrentar a River siendo banca, cuando muchos ni jugaron contra River.

-Contra el River que salió último, Huracán iba 3-0 y terminó 3-3, en tu debut.

-River es River aunque venga mal. Yo miro el presente de Huracán con ilusión y con realismo. Me preguntan si éste puede ser el torneo y contesto que estamos jugando bien pero en las definiciones pesan otras cosas: personalidad, serenidad, espíritu combativo, y es difícil pedirles todo eso junto a pibes que, muchos, no llegan a 20 partidos en Primera.

-Pero estás disfrutando del momento, ¿no?

-Por supuesto. Un entrenador pasa por períodos malos y buenos, y si no disfrutás cuando ocurren estos últimos, ¿entonces cuándo?

-¿Por qué antes confrontabas todo el tiempo?

-Cuando uno es más grande ve que no es tan inteligente como creía, ni tan valiente ni tan bueno. Aceptándome fui aceptando a los demás. Soy cada vez más radical en cuanto a la concepción del juego, pero al mismo tiempo acepto que otros lo hagan distinto, ése es mi gran cambio. Defiendo mis argumentos pero si viene Colón, hace un planteo defensivo y nos gana, tiene derecho. Antes yo hubiese dicho: "Qué vergüenza Colón". Ahora, no. La obligación de resolver el planteo es mía y, si no puedo, el problema es mío y no de Colón.

-Una forma de madurar.

-De aceptar las cosas. Igual, sostengo mis sueños y mis deseos de hacerlos realidad. A los 18 años me decían que cuando fuese mayor iba a sentar cabeza; por suerte tengo algunos más que 49 y pienso como antes. Me siguen molestando las injusticias y sueño con un mundo mejor. Y, claro, con un fútbol más lindo.

-Pero seguís siendo un enfatizador de la puteada.

-Ja, sí, no puedo evitarlo. Y cuando me veo en TV, siento un poco de vergüenza.

-Tu hijo, Bernardo, en su rol de director de teatro, admitió tu parecido con Federico Luppi al putear.

-Ja, ja... Puede ser. Esto lo saco de mi papá, que era así. Y uno cuando se va viniendo grande, se encuentra más parecido al padre.

-¿Sos de ir al teatro?

-Voy en especial al que propone mi hijo (NdeR: teatro independiente). También al cine y hago lo posible por leer, aunque me cuesta más. Al estar tan metido en mi trabajo, leés una página y te das cuenta de que tenés la cabeza puesta en el lateral derecho de tu equipo y no en la trama del libro.

-¿Es aplicable tu carrera de profesor (filosofía y psicopedagogía) al fútbol?

-Yo creo que sí. Es más, los entrenadores deben ser docentes, aunque en este clima de prisa, es difícil. Cruyff siempre dice que "entrenar, entrena cualquiera; la cuestión es enseñar". El técnico debe enseñar el juego, corregir a los futbolistas, ayudarlos a crecer, no sólo a ganar partidos.

-¿Por qué está tan incorporado eso del apuro?

-Cambiaron los valores de la sociedad. Parece que si sos buen tipo, sos un pelotudo. Es beneficio rápido y a otra cosa, y esa cultura perjudica. Se está destruyendo el planeta y pocos hacen algo para frenar esa destrucción, el agotamiento de los recursos naturales no renovables. Hay que ganar plata y no me importa ya no mi nieto, ¡ni mi hijo! Si tiene que andar con escafandra, que se joda; yo quiero ganar a costa de lo esencial. Todo está distorsionado y el fútbol también. Los poderosos del mundo se juntaron para definir si el agua era un bien natural o comercial, y ¡decidieron que era comercial! Esa gente está loca. Les falta decir que el aire también: después te calculan cuanto consumís al respirar y te lo cobran.

5 de mayo de 2009

Por qué no



Los hinchas del "decano" andan de ropería en ropería probándose el traje de primera división. Si Atlético va de visita a la élite no habrá muchas sonrisas... me parece

Hace poco mi amigo Dany Garcia me preguntaba desde Nueva York si mantenía mi posición con respecto al cercano ascenso de Atlético Tucuman. Le dije que sí. San Martín, Godoy Cruz, San Martín de San Juan, Gimnasia de Jujuy, Almagro, Chaco For Ever son ejemplos de mi cuasi tesis. Los equipos que acabo de citar fueron y así les fue. Nunca serán de Primera aunque sus hinchas se llenen la boca con cánticos indicando que si lo son. Atlético tampoco lo será.

El status-quo de los torneos organizados por AFA es más castigo que premio para el recién ascendido. Los números avalan esta afirmación. Porqué el recién ascendido tiene que competir con el dichoso promedio de equipos que vienen jugando en la categoría mayor? Porqué el recién ascendido ni siquiera suman la mitad del promedio que arrastran desde el Nacional B? Por qué el campeón del Nacional B divide por uno mientras el "habitante" de la primera categoría lo hace en tres?

Cada vez que pierde desciende más que el resto. "Pero cuando gana trepa más que el resto", dicen los optimistas. Como si ganar en primera fuera fácil. El club afiliado indirectamente a AFA es un invitado condenado a empeñarse para armar un cuadro que le permita una competencia digna por el sólo hecho que pelea con menos armas que los grandes de la división. De qué se vanaglorian los que ascienden? Si el el ticket de vuelta al lugar que pertenecen ya está reservado.

San Martín es un claro ejemplo, se mantenga en la primera categoría o no. Cuál será el promedio que acopiará para la temporada 2009 - 2010? Y si tiene la desgracia del triste regreso ojalá no termine con sus huesos en la Liga, como en su última incursión en el fútbol grande.

Porqué carajo los clubes con prosapia no descienden? Es el único torneo del mundo en el que los clubes importantes tienen salvada la ropa. El equipo de La Ciudadela no es el peor del torneo y sin embargo sufre como si lo fuera. Si River o Boca se van todo el mundo cree que se termina el fobal y... no es así. También en eso San Martín es un ejemplo. Parecía que iba a desaparecer pero no fue así y no hubos suicidios de cirujitas en cadena.

"Yo estuve en primera ¿y vos?" rezan los carteles santos a modo de pulla. "Yo te vi en la Liga" contestan los de la vereda de enfrente. Folklore tribunero vacío y que sólo sirve para la cargada. San Martín estuvo en Primera y su osamenta fue rescatada por un personaje de oscuro pasado y con frondosa billetera, eso si, más hincha que cualquiera que haya escrito algún dichosos cartel.

Atlético nunca fue y si va, corre el mismo peligro aunque sea una empresa del estado tucumano. Por más que los que jueguan sean jugadores de fútbol la suerte decana está atada a un emprendimiento político que requiere de dinero estatal. Cuánto tiempo le servirá al gobierno mantener ese emprendimiento? Es peligroso que la expectativa de competencia esté asentada en el apetito político del gobernador, por más que este sea un declarado hincha "decano".

Es una cuestión de estructura. Mantener a un club en Primera División es caro, muy caro. Si, pero Tigre tiene un presupuesto magro, dirán algunos, Banfield igual asegurarán otros buscando ejemplos. Y que se demuestra con eso.Alguién es capaz de emprender un proyecto como el de Lanús o el de Velez? Desde que ascendió, Lanús, tardó como 15 años en salir campeón.

La estructura tiene que ver con los ingresos genuinos. Cuántos socios tiene Atlético? Qué se puede presupuestar con ese ingreso? El dinero de las entradas sólo sirve para afrontar gastos y costos fijos, jamás para atender el pago de una planilla salarial y, si tienen dudas, pregunten cuánto gana un jugador de Nacional B y de Primera ni te cuento. Los sponsors van aparecer porque hacen cola pa´poner publicidad, sostienen los optimistas. Otra vez el ejemplo del club "ciruja" o ya se olvidaron que arrancó el certamen con el pecho limpio de sus camisetas.

Las divisiones inferiores, olvidadas desde siempre no proveen jugadores desde hace un toco. En Atlético, de su cantera, sólo juega Montiglio. El pulga no es "made in" Complejo Ojo de Agua. En San Martín, apenas el "Ratón" Ibáñez se formó en la institución. Hasta hace un tiempito, en Atlético no alcanzaba pa´pagarle a los ayudantes del "Chueco" Mónaco, coordinador de los planteles con los que la institución interviene en los torneos locales. Y no estamos hablando de "los" sueldos. Apenas monedas si se quiere.

"Se va a hacer socio todo el mundo", dicen los ultras y todos sabemos que Atlético tiene un pequeño lugar para albergar a todo el mundo. Que por más que quiera tiene un techo cuya recaudación aumentará por el incremento de cuotas más que por el número de asociados. En su mejor época Atlético llegó a la friolera de 13 mil socios allá por la década del ´70. Podrá hoy por hoy llegar a esa cantidad de aportantes.

En aquellos tiempos alcanzaba con un solo laburo pa' pagar la cuota y las entradas para ir a ver a Villa, Palomba, al gran "Lito" Espeche, etc. jugar contra Boca o River sin correr el riesgo de descender. Hoy con dos conchabos no te alcanza ni pal' chori y siempre hay un gasto más importante que el fútbol en un hogar cualunque de este lugarcito del mundo.

Son muchas contras para ir de visita a un lugar al que no se pertenece. Por más que Atlético le demuestre al "primohermano" que también puede "tocar el cielo con las manos", se corren muchos riesgos para sostener la cargada folklorica.

Seré un perro verde con esta opinión, pero no me interesa porque eso es lo que pienso. Además pensar de esa manera me aleja de la vacía opinión de la media periodistica tucumana que ya se relame las manos sabiendo que el espacio publicitario aumentará de precio. Ninguno de nuestros comunicadores ha advertido del peligro que se corre "siendo de primera". El periodismo nunca irá en contra de lo comercial.

Si Atlético consigue el ascenso no negaré que me voy a alegrar, pero nunca los fuegos de artificio me van obnubilar. Lo que viene puede ser bueno desde la competencia deportiva, pero es un pésimo negocio para un club que sólo es grande en su pequeña provincia y que, hoy por hoy, depende del aporte estatal que no confío en que será eterno.