24 de mayo de 2014

Negro sobre blanco


Por concepto, por paladar, por pararme en un costado de la vida que me parece el correcto, celebro el triunfo del Real Madrid. Simeone pinta como el Bilardo del siglo XXI y eso no es bueno...

Lo único que me inspiraba ternura de la final de la Champions era que un pobre le gane a un rico. Que una famélica plantilla integrada por los muchachitos lleven a la chica al final de la peli rumbo al horizonte. Pero los "lindo, rubios y malos" desplegaron todo el armamento y sueño se derrumbó.

Cuál es la diferencia entre Simeone y Carusso Lombardi? Gel y pilcha...El humo, los argumentos, el estilo, el no concepto son idénticos... Los dos  tienen buena prensa. Uno porque la va de pícaro de barrio y el otro porque esá convencido que su cabeza es más importante que los pies de sus jugadores.

A Carusso le exaltan su ojo avizor, a Simeone su culto de la táctica. A uno porque dicen que le saca jugo a las piedras y el otro porque cree que el fútbol es una expresión testicular. Nadie les va a negar que han conseguido cosas. La señora ciega de la balanza futbolera es la menos vidente de todas las señoras ciegas que imparten justicas.

El juego donde la mentira de una gambeta, la humillación de un caño, el codazo malicioso y la patada artera, a veces reinan... y se celebran, tipos como Caruso y Simeone tienen cabida. Hay quienes los defienden y quienes no lo hacemos...

Simeone, para colmo, recibe el aval del rey de los tramposos... Bilardo. "Al que mejor lo veo es al Cholo..." dijo en Pura Química hace poco y expilcó: "...en un partido, sobre el final, desde el banco de suplentes tiraron tres pelotas a la cancha... sabés lo que se tarda en sacar tres pelotas de más..."

En la cancha de "Los Bolitas" en el Barrio Kennedy a eso le decíamos trampa... y estabas expuesto a que te bajen los dientes por actitudes como esas... Sin embargo el universo bilardiano y pincharrata que medios y colegas sostienen como a una Biblia del fobal, acumula adeptos que matan y mueren por el frío número del resultado.

Fue cómico ver a Niembro explicando el 4-1 que el Atlético de Madrid se comió ante su primohermano de country. Cómico y lastimoso. Los que le prenden velas al 1-0 con el micro bajo el travesaño no saben dónde meterse cuando un zurdo como Mercelo apuesta a tocar y pasar, a rotar y volver a tocar rompiéndole las estructuras mezquinas.

Niembro, más rápido que el enemigo del Coyote, justificó desde el rendimiento físico la debacle del equipo del engelado técnico, que hasta el empate del Real él defendía aunque vengan degollando. Jamás dijo que no cruzaron la mitad de la cancha. Jamás dijo que defendían con 10 un 1-0 amarrete y mucho menos dijo que merecieron perder y que terminaron cobrando burro en subida.

Señores, el tiro de la justicia salió para dónde debía salir. No sólo por el triunfo del Madrid que apostó a jugar para ganar sino para hacerle más difícil a Diego Pablo su llegada a la dirección técnica de La Selección Nacional... aunque el Monje Negro Bilardo ya lo eligió.