ANALISIS Y OPINION DESDE FUERA DEL SISTEMA SOBRE TEMAS DEPORTIVOS Y OTRAS YERBAS
9 de marzo de 2008
Por fin el juego
Salí con el pecho inflado. Atlético tuvo 45 minutos de fútbol puro y el 2-0 a favor con el que se fue al descanso pareció poco. Al final fue 4-2 contra Desamparados y estuvo bueno.
Creía que nunca iba a poder. A pesar que cuenta con jugadores que la pueden entregar redonda. El viernes por la noche jugó su mejor primer tiempo del torneo haciendo que la pelota viaje de pie a pie sin que se levantara a más de cinco centímetros del césped.
Los cuatro del medio, los dos enganches y el punta se metieron en el campo sanjuanino y no dejaron respirar a los visitantes que se comieron un peludo de aquellos.
Montiglio, cada vez, menos insultado por a derecha y Longo, cada vez más jugador, por la izquierda, agrandaron el campo de una manera que a los ¿dirigidos? por Ricardo Dillon les fue imposible cubrir. Rotación constante, velocidad repetida y precisión poco habitual fueron los atributos de los de Barrio Norte.
El aluvión "decano" obtuvo su fruto con el pie zurdo de Montiglio que la colgó en el ángulo derecho del "Mono" Guirado y unos minutos más tarde Alvarez revalidó sus condiciones de mortífero definidor al recibir una pelota profunda de Erroz, enganche con zurda y definición con la misma pierna para establecer un 2-0, cifra que estuvo más acorde con el trámite.
Los mendocinos apelaron a la violencia pero fue inútil. Dillón, el técnico, apeló al circo para meter el partido en un freezer al contestarle a un plateísta y tampoco sirvió. Bochorno de los hinchas y del técnico que se fue al vestuario insultado parejito por el sector 1 de plateas.
En el segundo Atlético se amodorró y el descuento lo llamó a la reflexión, pero el juego se había ida al vestuario en el entretiempo y, en el complemento, solo de a ratos se daban tres pases seguidos. Los visitantes no abandonaron la violencia y de poco fueron quedando menos, rojas mediantes.
Sarría desde los doce pasos trajo algo de tranquilidad, que se esfumó con el segundo gol mendocino. Más tarde Pablo Hernández, con un frentazo, devolvió el aliento. Con tres menos los mendocinos ya no eran rivales, con once tampoco lo fueron y Atlético terminó a puro toque pero ya lento y sin profundidad aferrándose al código de no humillar a un rival que ya no revestía carácter de tal.
Si jugara siempre así seguro que no me daría fiaca como a veces me da. Los otros van a seguir yendo porque Atlético gana.
Cómo?... no importa.
Basta de jugar los viernes: Si hay algo que no se entiende es que se juegue de local ese día. La inseguridad reinante alrededor del estadio es alarmante y cuando más te acercás a las esquinas Salta y Chile o Salta y Bolivia se acrecienta.
Allí los rateritos del "Chivero" se hacen una fiesta. El viernes pasado fui testigo de un robo que perpetraron cuatro pendejos a los que varios auyentamos con los gritos. Los ladroncitos habían estado parados por donde yo pasé.
Los policías se quedan en el estadio, cuidando los autos de los dirigentes y políticos que concurren al estadio.
Hace años que en esas dos esquinas se roba. Hace años que no se ve policías allí. ¿Será una zona liberada o estoy viendo fantasmas?
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