
Tenía 19 años cuando los salvadores de la Patria se adueñaron del poder. La máquina de matar comenzaba a rodar y una noche llena de sombras se iba a extender por siete años.
Trabajaba en la Municipalidad, un contrato de seis meses que terminaba en Junio del ’76. Era mi primer laburo y según los sindicalistas municipales ese lugar me pertenecía porque mi viejo (había fallecido el año anterior) había laburado muchos años para el municipio.
Aquel 24 de marzo me sorprendió encontrar la Intendencia (funcionaba donde hoy es el hospital Avellaneda) cerrada y los trabajadores agolpados en la puerta, a pesar que sabía por las radios, que los milicos había rajado a Isabel.
Me alegré de ver cagados en la patas a algunos funcionarios que le habían hecho la vida imposible a mi viejo. Que estúpido.
A los diecinueve años, con algo de guita en el bolsillo, lo único que le importaba a un pibe de 19 años era salir de joda.
Un tiempo después, de pendejo que andaba de joda pasé a ser, como la inmensa mayoría de los argentos, sospechoso. No vaya a ser que se te ocurriera usar el pelo largo, o escuchar a la negra Sosa, o a don Ata…Eso era suficiente como para ir a parar en la Escuelita de Famaillá. No se podía tener ni siquiera un vecino zurdo, aunque sea para jugar a la pelota.
Las mujeres y los más grandes admiraban la seriedad de Bussi, Videla, Agosti. Siempre me pregunté qué significan los uniformes para las mujeres.
Pero un día no me alegré más por aquellos funcionarios helados de miedo y ya las frases “algo habrán hecho” o “andaba en la joda” me provocaban arcadas.
Y ya los enfrentamientos en los que morían siempre los de un solo bando me resultaban sospechosos.
Y ya el ataque de la izquierda internacional y la campaña antiargentina de países europeos me extrañaban. ¿Por qué? ¿Qué le hicimos?, me preguntaba…
Derechos y humanos… Derechos humanos. Derechos
Secuestros, desapariciones, mujeres con pañuelos blancos en sus cabezas. Las locas de Plaza de Mayo, Amnesty Internacional.
Videla diciendo “el desaparecido no tiene entidad, no está ni vivo ni muerto… esta desaparecido” Lo que se dice un reverendo hijo de puta…
Neustadt diciéndole a Galtieri “me encantó esa frase suya de las urnas están bien guardadas” otro reverendo…
Y la verdad
Y los salvadores de la Patria que no fueron tan salvadores
Y ese bastión de resistencia que fue Humor Registrado que nos terminó de abrir la cabeza a muchos
Y Malvinas.
Y la memoria. Esa que debe estar presente. Los treinta mil hermanos que no están la necesitan.