16 de marzo de 2007

Citromax envenena


Tengo la suerte y la mala suerte de vivir en Tafí Viejo. Suerte por el clima y de la otra porque mi casa queda cerca de la citrícola.


Hace 19 años que vivo en la capital del limón y siempre me llevé bien con sus industrias. Pero la buena relación se rompió en el último año.
Citromax es una de las citrícolas taficeñas que ocupa gran mano de obra local y está ubicado en la Ruta Provincial 315 (Camino del Perú). Hasta aquí todo bien, pero en el último año algo cambió entre la fábrica y el medio ambiente.
La fábrica vuelca sus desperdicios en el arroyo Tafí que bordea la parte norte del Barrio CGT y, jamás en el tiempo que llevo en Tafí, hubo emanaciones de olores ni nada que se le parezca.
Suponemos que algo cambió en el proceso de industrialización del limón por que los efluvios de la fábrica producen un olor nauseabundo, en especial en el horario vespertino y nocturno. Parece que la oscuridad abriga malas intenciones.
Salvo alguna ONG ambientalista que manifestó frente a la fábrica en un tiempo corto, nadie más se calentó por el tema.
Javier Pucharras, el intendente alperovichista creo que ni sabe dónde queda Citromax. La Directora de Medio Ambiente, Patricia Jalil, está ausente con aviso al igual que el director de la recientemente creada Secretaria de Medio Ambiente.
Si bien hay una causa judicial iniciada el respecto y que hoy por hoy están citados a declarar algunos jefes de segunda línea, la planta sigue en la misma. Conociendo la velocidad de la justicia tucumana estos tipos van a envenenar el mundo.
Y ya se acerca una nueva zafra del limón.

1 comentario:

Cristian Faralle dijo...

No sorprende que todos miren para otro lado... para el de las cometas que, como árboles, impiden ver el bosque.
Saludos.