12 de marzo de 2007

Los técnicos no juegan




A la frase la repito hasta el hartazgo. La equivocación del Juan Carlos Roldán se produjo a principio de temporada y no ahora.

Los únicos que juegan son los jugadores. Son los que se llevan los aplausos cuando ganan y las puteadas cuando pierden. Los hinchas jamás aplauden a sus equipos cuando juegan bien o los putean cuando juegan mal. El estado de ánimo de la concurrencia, al final del partido, va de la mano del resultado.
Hasta aquí San Martín jamás jugó bien en el Nacional B. Juega como puede, como lo dejan sus adversarios y como le permite el escaso talento de su plantel.
La equivocación de Juan Carlos Roldán se produjo al inicio del certamen, cuando eligió los jugadores. El error no es actual... no tiene que ver con el armado del equipo hoy.
Leyó mal el panorama del torneo que se avecinaba. Se confundió que con lo que tenía alcanzaba y la euforia del ascenso lo hizo olvidar que en la primera final del Argentino A, contra Villa Mitre, la perdió en casa. Pensó que el logro de subir a la segunda categoría del fútbol nacional le otorgaba chapa a su plantel. No acertó con los delanteros que suplieran al "Ratón" Ibáñez, quien era el que le daba vuelo futbolístico al ataque. Ni el mismísimo Luis Rueda pudo llenar el vació. Para colmo en este fútbol ¿moderno? que se juega sin enganches, San Martín y su técnico la pifiaron con el generador de juego. Si la elección de jugadores tuvo que ver con la billetera de la Gerenciadora y, si a él no le cerraba el plantel, debería haberse ido antes del inicio.
Hoy lleva seis fechas sin sumar de a tres y mira la tabla para la parte de abajo más que para la parte de arriba.
Porqué sigue Lavallén como titular es una de las preguntas de sus hinchas. Porqué Juan Monge es inamovible, es la otra. Son mejores los que están el banco?
Es estúpido Roldán?
Creo que aquella equivocación el ténico la paga caro hoy porque no tiene qué manotear entre los suplentes y por lo tanto no puede cambiar la historia desde los nombres de recambio con que cuenta.
Ninguna de estas razones es argumento para la agresión físca que sufrió el técnico, mucho menos los periodistas por más que sean fogoneros de la gerenciadora que maneja el presidente del club. Esa manera de hacer periodismo está en las antípodas del que yo siento, pero cada uno es dueño de elegir cómo llevar adelante esta profesión. Otra cosa, Julio Rubino (periodista) no juega ni arma el equipo, Fabián Font (fotógrafo) tampoco. Javier Lavallen tampoco va a atajar mejor porque algunos energúmenos le rompan el auto.
La policía también debe explicaciones. Un solo tipo agredió a medio mundo y por poco los agentes del orden(?) no le piden un autógrafo. Y los de la pechera verde? Esos parapoliciales tribuneros que usa la gerenciadora para controlar el orden en las tribunas, dónde estaban.
Los hinchas también se creyeron este equipo y creyeron que el aliento de 20 mil tipos haría que su equipo sume puntos. A ellos, la pasión también les hizo leer mal el panorama del torneo. Los hinchas tampoco juegan y recién hoy se dan cuenta.

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