12 de marzo de 2007

“Estreya”


A la ¿figura? "decana" Carlos Paratore se le subieron los humos. Juega poco, a veces no entrena por un problema de guita y a veces aprieta periodistas como la semana pasada.


La calificación de figura con un signo de interrogación a modo de duda no es antojadiza. Ante el bochorno “decano” del Torneo Apertura, Carlos Paratore fue premiado con aplausos por sus hinchas, que vieron en él, al único que se salvaba del naufragio.
En honor a la verdad, cuál es el mérito de ser el mejor de un equipo que quedó décimo. Cuál es el premio que gana el destacado del cuadro cuando apenas logró unos cuantos goles, tiró cien centros que nadie empujó a las redes, luego de meter igual cantidad de desbordes.
Sus improductivos piques, le sirvieron más a él que al resto de sus compañeros, porque el único que se retiraba envuelto en aplausos era el “güin”.
Así, sus veleidades de estrella lo llevaron a pedir más guita antes que arranque el Torneo Clausura. Lo que es peor, es que los que conducen Atlético, o sea el triunvirato Jiménez-Poliche-Kaleñuk le soportaron los desplantes de primera vedette.
El problema de plata se solucionó gracias al dueño de una remisería, dicen, y todos ¿aplaudieron? su retorno. Pero parece que la plata que le prometieron, por ahí se demora entonces se manca y no entrena. Perdió su lugar entre los titulares porque llegó tarde a la pretemporada y el técnico prefirió a los otros delanteros
Cómo se nota que en Atlético los dirigentes no existen. En otras épocas a tipos como este, le pegaban un boleo en las posaderas y no lo dejaban entrar más al club. Pero bueno, dirigentes es algo que no abunda por 25 y Chile, porque hoy por hoy los destinos de la institución están en manos de tres empleados públicos y el bolsillo generoso del Gobernador Alperovich. El resto de la Comisión Directiva es un cuadro colgado en la Secretaría del club, incluido el presidente Hasbani.
Cuando el colega Walter Alú osó publicar en el diario El Siglo una de sus tantas ausencias a los entrenamientos jamás pensó que el crack se la iba a agarrar con él. Otros que soportaron sus bravuconadas fueron los periodistas de La Gaceta. Los dirigentes del club no repudiaron la actitud del jugador
Julio Ricardo Villa, jugó en Atlético; fue campeón del mundo en el ’78. Ganó la Copa Inglesa con el Totenham. Fue el mejor de la cancha en el 90% de los partidos que jugó para el deca. Los hinchas de aquellos años lo bautizaron “Dios”. Era el primero en llegar a la práctica y el último en irse. Arreglaba su contrato a principio de temporada y sólo pasaba por la secretaria del club el día de pago.
Jamás hubiera pedido un sobresueldo o se le habría ocurrido pelearse con la prensa.
Cierto… Villa no era “Estreya”

4 comentarios:

Contexto Visual dijo...

Qué lástima que no haya más "Villas" en el decano del fútbol tucumano.
Salud Negro!!!
RAUL MADKUR

Tucumán Ambiental dijo...

Che...me encantan tus reflexiones deportivas. Claro está que soy hincha del Negro Véliz y por culpa de mi hijo y la influencia negativa de Raul Madkur también terminé simpatizando con Atlético, aunque ojitos verdes no tengo. Cosa rara no?. Porque no hay nada que me una con ese club sino a través de mi hijo y mis amigos, como vos. Eso sí...no me pidan que vaya con una bandera o compre una camiseta si la única camiseta de fútbol que tuve en mi vida fue la de Chaca a los ocho años que la terminó usando mi hermano (él muy futbolero). A mí solo me quedó decir que era hincha de chaca y recorrer el club los pocos domingos que fui a ver a los funebreros. En realidad, creo que me gustaba más la aventura de ir a un cancha que ver un partido de fútbol. Lástima que Imanol se tenga que conformar con lo segundo...porque ya no es ninguna linda aventura ir a un estadio de fútbol...
¿y para cuándo las empanadas?
Un abrazo
Jade

Unknown dijo...

Perdón, no coincido con el Sr. Madkur. Por el contrario, creo que hay muchos "villas" en el mundillo del fútbol. Lo que faltan son Sres., como el Sr. Villa.
Un abrazo y me prendo al pedido de Jade. Negro ¿para cuándo las empanadas?
Me debés todavía las del ascenso santo.

Diluvio dijo...

Comparto sus palabras