28 de febrero de 2007

Debió hacer llover


El domingo me levanté de la cama para ir al Monumental, pero Atlético no se apiadó de los 40º de térmica y, encima de perder, jugó horrible. Fue 1-3 ante Central Norte de Salta

Tres en el fondo, cuatro volantes (dos por adentro, dos por afuera), un enganche y dos puntas, fue el dibujo que eligió el técnico jardinero que tiene Atlético. Cuatro en el fondo, cinco en el medio y un punta es el que eligió el Tano Riggio.
Uno para atacar, otro para defender. Uno que buscaba ganar y otro que rogaba no perder.
Más allá de cualquier disposición de jugadores en el campo, que los técnicos elucubran, los jugadores deciden. El que rogaba no perder, ganó y el que salió a ganar, perdió.
No hay nada que hacer. Los jugadores son los únicos que marcan los senderos del juego. Los técnicos no juegan, diría el maestro Diego Bonadeo con una sonrisa sobradora.
A los que salieron a atacar y ganar les faltó audacia e inteligencia para romper el cepo que los que no querían perder plantaron en el campo.
Los que querían ganar, a cada rato, miraban para el banco para que les tiraran una soga. El técnico - jardinero sólo miraba. Además, qué podía cambiar él desde afuera de la línea de cal?.
Los que no querían perder se dieron cuenta que la tenían servida y tuvieron audacia para ir a buscar lo que no vinieron a buscar, de la mano del "Chero" Fernández. “Fracasado”, le gritaron los plateístas decanos al delantero después de su segunda conquista. Tal vez se lo pueda calificar de manera tan hiriente porque por sus condiciones futbolísticas podría haber llegado más lejos, pero ojo que ese tipo juega a la pelota.
Sarría fue ignorado por sus compañero porque tenía un salteño pegado a la espalda. Entonces la crónica dijo que un marcador se lo comió crudo, pero no indicó que sus compañeros fueron cómplices porque no confiaron en que el "diez" pueda resolver una marca pegajosa. Atlético es una cosa con el "Capé" armando juego y otra sin él manejando los piolines. Si el cordobés no juega el equipo apenas corre por los costados y tira centros.
Poner tres en el fondo para declamarse ofensivo y que esos tres sean más lentos que un recién operado es un suicidio deportivo. Es agrandar al rival y si no, miren lo que pasó el domingo. El “Chero” los sacó a pasear a los tres defensores y encima le metió dos goles.
A principio de temporada se sumaron muchos nombres. A principio de año unos cuantos más. El juego del equipo todavía no aparece y mientras tanto el técnico pinta puertas y corta el pasto.
El Monumental va a quedar pintudito. Eso sí, ni idea si va a lograr que el equipo juegue a la pelota o si va a promocionar algún jugador de inferiores.

1 comentario:

Unknown dijo...

Lo suyo, como siempre maestro, impecable...
Un gusto leer sus crónicas estimado.