21 de febrero de 2009

Imbancables y Sonrisas - 1º 2009


Se va la primera del año. Con el veneno de siempre... con la risa de siempre. Aclaro a los visitantes que recibo sugerencias para la segunda o para esta misma, si les va.

Imbancables:

Los sombreros de Cristina K: toda una estanciera la lady.

La ropa de Cristina K: dicen que los viernes va a la plaza de Villa Luján a pichinchear.

El aspecto de Cristina K: no da el target de una luchadora social... verdad?

Cristina K

El franchute de Danete: el postre esta joya, pero ese gordo bigotón no fue ni a la cancha de Huracán BB... que está en la calle francia en El Bajo.

El aluvión de Tartagal: que manera de soltarle la mano al pueblo por parte de los que gobiernan. Todo el mundo dijo que iba a volver a pasar... y pasó.

La camisa roja de Hugo Chávez

Las ofertas imperdibles de los super: lean la fecha de vencimiento... seguro hay gato encerrau.

El aumento de la luz

Nazarena: la nueva tragedia nacional de la tele vernácula.

Las repeticiones televisivas de viejos bodrios: hasta volvió el auto fantástico.

La censura a Nelson Castro: se está poniendo peligroso opinar... no habrá desaparecidos en cadena, pero me hace acordar al Proceso...

El periodismo en esta comarca: algo pasa. Nadie se pelea con el poder, a nadie lo censuran o al menos no se conoce. No quiero creer que están todos comprados... el rey José gobierna en paz.

La movida con Fabiani: doscortas... lo rebanca como jugador desfachatado, pero los medios se pasaron de rosca. Si el gol contra Central se lo comió el arquero.

Sonrisas

Nelson Ibañez: el arquero de Godoy Cruz le atajó el penal al arquero Luchetti de Banfield y espero que éste llegara a su arco para poner la pelota en juego. No todo es ganar en la vida...

El chileno Canío: de dónde salió? Está bien, no soy triunfalista, pero tres goles en el partido debut como local merece ser incluido en este listado.

Lucas Ischuk frente a San Martín de San Juan: hasta el viento atajó. Le pusieron una bolsa de hielo en las palmas y lo mandaron a la casa.

Federico Masso: un capo por donde se mire. Siendo funcionario protestó contra el aumento en las tarifas de luz que autotizó el gobierno nacional. Una movida de Alperovich hizo que pegara el portazo. Ya tengo uno a quien votar.

La publicidad del Gran DT: Nasuti haciendo gol de tiro libre, ja. Ni a Mel Brooks se le hubiera ocurrido.

Que Azconzabal no juegue

17 de febrero de 2009

Lanata y Tartagal

Esta es la nota que el gordo escribio en criticadigital sobre el desastre de la ciudad salteña. No te la pierdas.

LOS NOMBRES DEL ALUD
Los negocios entre el barro
Funcionarios del gobierno de Salta, incluyendo a hermanos del gobernador, son dueños de las empresas de desmontes. Bibiloni autorizó cifras récord.



“Cuando llueve, el terreno no tiene absorción porque faltan las raíces de los árboles extraídos, entonces el agua drena y recorre libremente. O sea, si el agua no es consumida por la vegetación, se inunda”.

Eduardo Piacentini, del Departamento Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional.

Del tártago sale el aceite de ricino, llamado en el mundo “castor oil” (aceite de castor). Hace cuatro mil años lo usaban los egipcios como planta medicinal o combustible para sus lámparas, y sus hojas parecen una estrella dibujada por Miró, de puntas juguetonas y alargadas. Purgante y combustible, el tártago también se utiliza en cosmética para alargar las pestañas. Esta planta rústica y llena de estrellas sabe sobrevivir: se adapta con facilidad a distintos ambientes y tiene una gran resistencia a la sequía. Pero no sobrevivió a Tartagal. En Tartagal ya casi no quedan tártagos, y el equilibrio se rompió como una rama seca. Esta población de 56 mil habitantes vive sobresaltada desde su fundación en 1924: fue entonces cuando se descubrió petróleo, el 25% del total de la cuenca del país y alrededor del 16% de la producción de gas. Tartagal vivió entonces la quimera del oro hasta 1992, cuando Menem privatizó YPF y el 90% de la población de la ciudad quedó desocupada. En 1999, y en 2002, y en 2003, la rabia llegó a la calle y la ciudad se convirtió en un polvorín.

En 2006 el agua llegó a apagar el fuego, y Tartagal se hundió en el barro. Ya habían sido taladas 609.323 hectáreas, y todos se golpearon el pecho y dijeron que había que parar. Pero el entonces gobernador Romero, en su último año de gestión, mientras la Ley de Bosques se discutía en el Congresó, autorizó el desmonte de 478.204 hectáreas: una extensión similar a la de 23 (sí, veintitrés) veces la Capital Federal en un solo año. Muerte, grietas y barro después, la Presidenta reglamentó la Ley 26.331, sancionada el 28 de noviembre de 2007. El artículo 42 de la Ley de Bosques le otorga al Poder Ejecutivo noventa días para reglamentar la norma. Pasaron catorce meses hasta que Cristina se decidió a hacerlo. Ya era, claro, tarde. Pero el Gobierno insiste en que el hecho no debe vincularse con Tartagal.

NUNCA LO HICIMOS (NI VOLVEREMOS A HACERLO). Entre 2004 y 2007 la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de Salta convocó a 211 audiencias públicas, de las cuales 195 correspondieron a proyectos de desmonte. De esos 195 pedidos fueron aprobados 191; dos no llegaron a serlo por falta de tiempo para elaborar un dictamen y otros dos quedaron postergados para 2008 y tal vez ahora se frenen con la Ley de Bosques, que en Salta comenzó jugando en desventaja: pierde su partido 191 a 2, en el mejor de los casos. Si se analiza la distribución de permisos de desmonte según la zona, el departamento San Martín (al que pertenece Tartagal) está en segundo lugar en el ranking.

Secretaría de Ambiente de la Nación durante la gestión de Romina Picolotti revela que con Juan Manuel Urtubey en el poder, aliado K, se desmontaron en 2008 136.000 hectáreas, la mayor parte en el departamento San Martín, en Jujuy, Santiago del Estero y Chaco.

“La deforestación registrada –señala el informe fechado en noviembre– indica que se trata de uno de los procesos de transformación de bosques nativos de mayores dimensiones en la historia del país, siendo el avance de la frontera agrícola la causa principal (…) el reemplazo de los bosques por la agricultura se realiza principalmente para el monocultivo de soja”. El segundo cuadro ilustra esa pérdida.

Pocas tragedias han sido tan anunciadas como la de Tartagal: un informe elaborado por ingenieros de la Universidad Nacional de Salta en 2006, luego de la primera gran inundación, advertía sobre la inminencia de otras catástrofes. En su “Diagnóstico y evaluación de la cuenca del río Tartagal y área de influencia”, Claudio Cabral y Gloria Plaza aseguraban que en la cuenca alta “la cobertura vegetal ha sido alterada y modificada”, favoreciendo la erosión. “La vulnerabilidad de la cuenca del río Tartagal a nuevos eventos catastróficos es altamente probable que se repita”, concluían Cabral y Plaza. El estudio fue elevado a la municipalidad de Tartagal.

–Las causas fundamentales del alud –comentó a este diario Osvaldo Canziani, doctor en Meteorología, miembro del Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático, en referencia al último evento– son las lluvias intensas, características de la época del año, y el mal uso del suelo. La deforestación es un flagelo que tiene un conjunto de implicaciones graves, las que, directa o indirectamente, han contribuido a generar los desastres de Tartagal, la pampa húmeda y las inundaciones de Santa Fe en 2004 y Cañada de Gómez en 2000.

–¿Hay puntos en común entre este alud y la inundación de 2006 en Tartagal?

–No sólo los hay sino que la primera inundación ha agravado las consecuencias de ésta y las que seguirán debido a la exacerbación de los eventos extremos, entre los cuales no deben descuidarse las sequías proyectadas para el Noroeste argentino en este siglo XXI.

BUSINESS ARE BUSINESS. En Salta muchos políticos juegan en el bosque: mientras se debatía en Buenos Aires la demorada Ley de Bosques, en Salta, en la diagonal de la escena, los hermanos del gobernador kirchnerista Urtubey crearon una empresa dedicada al desmonte. Facundo Norberto (46 años, director de la Agencia de Promoción de Salta, esto es, funcionario) y José Antonio Urtubey (34 años) crearon la firma JOFA, que tiene entre sus objetos sociales el de “explotar o administrar bosques, forestación y reforestación de tierras”. Facundo ya tenía cierta experiencia en el área: a poco de asumir su hermano gobernador formó con otros socios la empresa agropecuaria Unapala SRL. El senador justicialista Alfredo Olmedo llevó sus intereses al recinto: el bautizado Rey de la Soja presentó un proyecto de “ley de ordenamiento territorial” que contemplaba seguir desmontando en la provincia cerca de cinco millones de hectáreas. Olmedo tiene varias denuncias por desmonte irracional y fue favorecido por Romero con la entrega de 320 mil hectáreas de tierras fiscales. Para no ser menos, el intendente de Tartagal, Sergio Napoleón Leavy, es, según confirmó a Crítica de la Argentina el secretario general de la CTA Tartagal, Diego Alcoba, “propietario de uno de los aserraderos más importantes de la región, y beneficiario directo de los desmontes masivos”. Leavy aparece desde 2001 ante la AFIP declarando que su actividad principal es la de “extracción de productos forestales de bosques cultivados”.

Los cruces entre política, soja y alud son inagotables: la familia Mochón, por ejemplo, desmontó 38.900 hectáreas y su “gestor” fue el ex diputado nacional, ex ministro de gobierno y conjuez de la Corte Suprema provincial Osvaldo Camisar. César Raúl Mochón es titular del Grupo Solanas y presidente de la Cámara Argentina de Tiempo Compartido, y el desmonte se autorizó en tierras para ganadería en la Estancia Ezrah, del departamento Rivadavia. Aníbal Caro, ex secretario de Empleo de la gobernación hasta 2007, preside la empresa Desafío del Chaco junto a Ernesto Pablo Casal: obtuvieron autorización para talar 10.420 hectáreas.

El gobierno salteño autorizó también el desmonte de 1.670 hectáreas a la firma Los Dos Ríos SA en los alrededores de Orán, que abarca parte de la selva de los yungas, una zona declarada Reserva Mundial de Biósfera por la UNESCO. Los Dos Ríos es de Mario Ernesto Gerala y el síndico es Julio César Loetayf, dos veces diputado nacional y hoy ministro de Desarrollo Económico de Urtubey. Gerala es un encanto: el pasado 22 de septiembre fue denunciado por reducir a la esclavitud a dieciocho peones de la etnia toba en la finca Abra Grande. Armani Agropecuaria tiene, por lo menos, un nombre elegante: pertenece a Silvio y Bruno Armani (no confundir con Giorgio ni con Exchange) y figura como aportante a la campaña de Cristina con tres donaciones de 15.000 pesos cada una, el 19 de octubre de 2007.

“Quería compartir con el conjunto de la Secretaría el logro institucional materializado en la fecha”, comienza un mail enviado a toda su Secretaría por Homero Bibiloni a las 17.02 del 13 de febrero. “Hemos reparado una deuda ambiental”, prosigue el ahora secretario de Ambiente, reemplazante de Picolotti. Bibiloni, el conmovido funcionario, es el funcionario que autorizó la mayor tasa de desmonte como subsecretario de Atilio Savino. Aunque, como se sabe, todo es siempre fruto de la casualidad.

Investigación: J L / Jésica Bossi.

13 de febrero de 2009

Chivo... muy chivo

Atlético, en una floja noche que el resutado final no refleja, sacó a flote un partido que tranquilamente pudo perder. Fue 3-1 ante San Martín de San Juan que se plantó en el Monumental para ganar el cotejo y no para defender.


Lucas Ischuk (foto) ya es un megaidolo. Desde el aplauso cerrado cuando ocupó la cabecera norte en la primera etapa hasta el asedio periodístico del final del juego después de que las palmas de sus manos terminaran al rojo vivo luego de tapar por lo menos siete "mano a mano" de los mendocinos, en acciones que fueron determinantes para el resultado final del juego.

Si las manos del arquero "decano" no hubieran estado tan acertadas seguramente Atlético habría recibido una derrota catastrófica. Pero para que el heroe de Barrio Norte alcanzara la dimensión de tal, sus compañeros de campo fueron superados durante muchos pasajes por los sanjuaninos que dejaron una gran imagen en 25 de mayo y chile.

En la primera etapa, los visitantes se equivocaron dos veces en defensa y Atlético lo embocó. Todo el trámite y el dominio del campo fueron patrimonio de los hombres de Craviotto durante ese lapso. Allí el arquero "decano" comenzó a construir una actuación inolvidable.

San Martín estudió en la previa los movimientos del local y en base a ello salió advertido que el juego "decano" pasa por los piés de Sarría y que sus hombres de ataque no merecen ninguna distracción. Por eso el "cinco" Décima le soplaba la nuca al "Capé" y los cuatro del fondo del visitante se alternaban para presionar a la "Pulga" Rodríguez y a Lujambio.

En el medio también había problemas. Montiglio era tomado por el retroceso de Cuevas, mietras que el tandem Musto-Granero hacían agua ante el manejo de Zárate que se asociaba con el interesante juego de Roberval. De Mattei, a veces volante y a veces defensor, subía hasta el tres cuartos pero a su espalda quedaba un capo libre que Azconzabal no podía cubrir y por ese sector se generaban los ataques mendocinos que tuvieron a mal traer al local toda la noche.

Pero, como en todo el trámite, Ischuk se encargó de salvar la ropa de todos sus cumpas y mantuvo el cero hasta que Graneros guapeó por derecha apilando rivales y metió una asistencia para Montiglio que fue detenido con falta en el área. Penal - "Capé" - gol. Cuando el mereciómetro marcaba cero Atlético se ponía 1-0.

El gol no cambió el trámite. Atlético parecía el visitante y once minutos después del gol de Sarría, en el terreno fertil a espaldas de Dematei, se generó una nueva acción de peligro que Azconzabal se hizo un nudo para resolver pero falló, se la llevó Roberval que tras el achique de Ischuk etrelló la pelota en el caño derecho y el rebote fue a los pies del petiso Zárate que estampó el empate.

El segundo error del visitante vino un minuto después de la igualdad. Atlético movió del medio. Apilada del "Pulga" asistencia para Lujambio que perdió primero ante el achique del golero mendocino, pero el rebote le quedó servido para poner al local de nuevo en ventaja.

Atlético cambio el libreto lento por el de la velocidad y con dos acciones cargadas de individualismo se puso 2-1 en un cotejo que no lo tenía por dominador. El juego del equipo no apareció a lo largo de todo el juego y recién llegó la tranquilidad con el cabezazo del "pulguita", cuando todavía Ischuk seguía atajando todo lo que le tiraba San martín de San Juan.

El discurso habitual que dice: "vinieron a meterse atrás" y con el se intenta explicar un partido fue difícil, esta vez no pudo usarse. Los sanjuaninos vinieron a jugar y no se escondieron, pelearon el partido, en muchos tramos fueron dominadores y no merecieron perder.

Atlético está en ganador. Triunfa en partidos en los que es superado y esta vez asentó el peso de un trámite poco favorable en la enorme actuación de Lucas Ischuk. Con eso, le alcanzó.

7 de febrero de 2009

Ni los santos lo van a salvar


San Martín hace culto del orden en su nueva incursión en Primera División, pero no lo ayuda para que sume. Aburre, toca para los costados y no asusta ni a un bebé.

Hecharle la culpa a una distracción para explicar una derrota es sólo ver el árbol y no darle bola al bosque. San Martín juega con orden pero ataca poco, casi nada y es imposible salir del pozo si no logra sumar de a tres. Ordenado no se puede ser siempre y el gol de Bolatti para el 1-0 de Huracán es una muestra.

Huracán tampoco es la gran cosa. Tiene un técnico fundamentalista del juego estético por encima de todo y se vale para ello de jugadores que sintonicen su misma frecuencia. Pero también es incoloro, inodoro e insípido. Le falta audacia igual que a los de Ciudadela pero la propuesta es más decente ya que por más que abuse del toqueteo sabe que del otro lado del campo hay un arco. A San Martín, en cambio, los tres caños del rival le quedan cada vez más lejos.

Todavía queda mucho por jugar, pero algo hay que cambiar. Ese cambio puede llegar desde los apellidos de los nuevos integrantes del plantel o de un golpe de timón de su técnico en lo que a disposición táctica se refiere. El chileno Canio y La Paglia todavía no ensablaron y para colmo el ex talleres está lejos de su mejor forma física.

El "santo" no tuvo una clara-clara en su visita al Tomás Ducó lo que demuestra que el receso no lo proveyó de goles, que fue la gran deficiencia al final del Apertura y que ayer se repitió en la primera fecha del Clausura.

El orden en el juego, en el caso de San Martín, me suena a que no tiene más o que, en todo caso, no se anima a entregar más. También me late a una explicación facilista sobre el rendimiento del equipo. Explicación que por otra parte, la dan el técnico y el periodismo que no se anima a criticar la falta de argumentos ofensivos que el "santo" acarrea desde el año pasado.

El descuido del final ante el "Globo" no es la real razón de que San Martín no sume. Creo que su juego no es el apropiado, que debe haber un cambio en la forma de encarar el juego y que debe aparecer la audacia a la hora de buscar el resultado. Me parece que si la actitud y el planteo se mantienen retornará ordenadamente al Nacional B.

5 de febrero de 2009

Vacaciones de todo


En el laburo que me da de comer estoy gozando de mi período de ocio, pero hago la plancha en todo. Hasta en los posteos de este sitio bendito.

Para los que no saben, tengo un taxi. Juntamos unos mangos y nos compramos un tu-tu y lo pusimos a laburar, influenciado por Lito, mi hermano tachero. La cosa camina más o menos bien, pero un percance de tránsito me arruinó las vacaciones. La guita que era para gastar en las summer-holliday fue a parar a las manos de un chapista y de un vendedor de respuestos.

El embole duró unos días pero ya pasó. Ahora hago la plancha en casa luchándole, en familia, al inclemente verano tucumano. Las ganas de hacer cosas está a nivel cero y lo de escribir en este sitio también integra la lista de tareas que esquivo a diario. Me aburro como si estuviera en un curso de sánscrito.

Es por eso que no tipeo opiniones a pesar de que sigo leyendo diaros y otros blogs y encima el deporte está a una semana de arrancar. Si hubiera arrancado tampoco le hubiera dado bola. Las pocas ganas de escribir también se reflejan en ese menester.

Ya pasará... espero. En mi post "Año...¿nuevo? hablo del tedio que me espera tras las vacaciones. El tedio ya llegó y recién llevo cuatro días de descanso. Es triste la vida del pobre.

Cuando retornen las ganas, nos vemos. Chau.

29 de enero de 2009

Merece estar en doscortas...



Walter Ervitti es un jugador distinto y después de la nota que le dió a Olé lo es más porque no parece uno del rebaño futbolero. Si hubiera más de estos la cosa sería distinta.

Integra algo así como la Sociedad de los Poetas Muertos del fútbol. En paralelo con la ideología de aquella película, hoy son pocos los futbolistas que combaten el modernismo de correr y no pensar. De sacarse la pelota de encima en lugar de intentar algo distinto. Walter Erviti, su juego, se enrola en la escuela de Riquelme y Pitu Barrientos, por caso. Lucha, desde su lugar, por un fútbol mejor.

-¿Qué fútbol argentino te encontraste al regresar de México?

-Miraba mucho desde allá. Está más agresivo, hay menos juego, todos arriesgan menos, lo que importa es no perder. Se ven pocos buenos partidos y eso perjudica al espectador y a los que nos gusta ver buen fútbol. Ojalá podamos cambiar la idea de que sólo se puede ganar cuidándose.

-Eso hace difícil jugar...

-Es la presión. En todos lados el fútbol es igual, supongo. Pero la presión y la pasión de acá, no. Nadie te regala nada. No es tan lindo espectáculo, mucha agresividad en el juego de mitad de cancha, los defensores paran la pelota poco y nada, el juego es aéreo, y así se hace difícil para los que intentan.

-Es una piedra en el zapato para tu estilo.

--No sólo para mí, para todos. No creo que a la gente le guste estos partidos. Pero todo tiene un por qué. Por ejemplo, los técnicos duran poco, no pueden programar y deben ganar ya. Muchos luchan promociones, si arriesgan les puede costar caro. Y cuando no hay seguridad de un sistema, si no hay confianza, optás por el camino más corto: defender y ver cómo hacer un gol. La mayoría está eligiendo ese camino.

-¿Se acabaron los lujos?

-Falta paciencia. Al que quiere jugar buen fútbol, la gente lo toma de pecho frío, de tener poca responsabilidad. Todo es consecuencia del resultado. Todos quieren ganar sea como sea. Al que arriesga un poco, le dicen que está equivocado.

-¿Te pasó?

-Soy de leer y escuchar poco. Lo veo en los demás. Antes que un lujo o una jugadita, paran y tocan, y no sé si es para sacarse la responsabilidad o que ya está escrito: hay que asegurar la pelota, no arriesgarla. En realidad, hay momentos y lugares en la cancha para hacer todo. No vas a tirar un lujo al lado de tu arquero, pero en campo rival sí. Así se rompen las defensas rivales que amontonan gente. Hoy te hacen un gol y es muy bravo entrarles.

-¿Cuántos piensan así?

-Mis compañeros piensan como yo, quieren jugar bien al fútbol. El camino más corto para ganar es jugar bien.

-¿Es muy distinto en México?

-En Monterrey la gente es de vivir muy particularmente el fútbol. En cuanto al apoyo, se parece mucho al argentino, aunque saben que se trata de un espectáculo. Se asemeja a lo ideal del deporte. Se puede vivir con pasión, criticar, insultar, pero hay un límite, sin llegar a la violencia.

-¿Por qué volviste?

-Decidieron no contar más conmigo, Jorge (Burruchaga) me llamó y me hizo sentir importante.

-¿Quisieron que te nacionalizaras?

-No me lo pidieron directamente: lo barajó la dirigencia. Un técnico me dijo que para el club era mejor. A mí no se me ocurrió nacionalizarme para jugar en México. Si lo hacía era por mis condiciones... y no por mexicano. Si dependía de eso, me volvía. Otros lo hacen por la Selección, como Guille Franco, cosa que a mí nunca se me pasó por la cabeza. No por despreciar al pueblo mexicano porque de hecho tengo dos hijos nacidos ahí y un lazo afectivo. Simplemente, me siento argentino, y más allá de la lejanía, la ilusión de jugar en la Selección, es lo último que se pierde.

-Ahora, con Maradona, nada parece lejano.

-Soy consciente de los jugadores que hay en la Selección... Después depende de lo que hagas en tu equipo. Si lográs algo bueno tendrás más posibilidades. Voy a luchar por ese deseo, aunque el porcentaje no sea grande.

-¿Si jugaras en un grande sería más fácil?

-No creo, mirá el caso de Morel. Depende del juego del equipo. Si andás bien y el equipo no, terminás siendo insignificante. Si un jugador resalta en un equipo del fondo de la tabla, tiene poco valor.

-Te lo pregunto ya en una oportunidad pudiste pasar a River.

-Nunca fue algo serio. Me llamaron como muchos otros, pero yo quería estar en Monterrey. Y tampoco hubo oferta oficial. Me hubiera encantado volver a ser dirigido por Passarella. Le voy a estar eternamente agradecido: al llegar a Monterrey, tuve los primeros seis meses muy bravos y me bancó cuando toda la ciudad me criticaba. Nadie me daba más de cinco partidos. Sólo alguien con su personalidad lo pudo hacer.

-¿Está en tu podio?

-Por ahí quedo como un chupamedias pero a mí me tocaron los técnicos en el momento justo. Ruggeri me hizo debutar en un equipo grande y no me sacó más: le agradezco ser futbolista. Me puso y nunca pretendió cambiarme el estilo, ni me hizo dudar de lo mío. Después salí campeón con Pellegrini, con Passarella. Y en mi consolidación, un mexicano como Miguel Herrera, descubrió todo mi potencial, jugué de lateral izquierdo, de volante zurdo, de con

tención, de nueve, de wing derecho, hasta en las prácticas me puso de central.

-¿Quisieron cambiarte?

-Nunca.

-¿Y Lavolpe?

-Muchos creen que me peleé con él. No. Fue uno de los que menos tiempo tuve y del que más aprendí. Un tipo que estudia muy bien el fútbol, lo ve, trabaja mucho. La pasé bien. Llegamos a semi y perdimos en el último minuto...

-Nunca te habría puesto de enganche...

-No le gusta a Ricardo. En realidad, yo creo que si él tiene a un jugador capacitado y que sabe leer el juego, lo pondría. Creo que al no tenerlo, prefiere jugar sin enganches.

-¿Y el caso Riquelme?

-Pasa porque él quiere jugadores ágiles, de ritmo. Que le cumplan dos funciones: atacar y defender. No le convence el enganche clásico. Pero tampoco tuvo un jugador como Riquelme. Para mí, Román le gusta a todos los técnicos, te hace ganar un partido. Lavolpe es estricto, trabaja tácticamente pero no es ningún tonto. Es muy inteligente.

-¿Se necesitan más jugadores como Román?

-No hay muchos como él, ojalá los hubiera. No hay quién se le parezca. Por ahí alguno le pega como él pero no logra pensar el partido igual. O al revés. Es completo.

-¿Por qué lo critican?

-Es más fácil... Cómo hacés para jugar 90 minutos al mismo ritmo, tocar bien todas. Es imposible. Obvio que en algún momento se va a equivocar pero también te marca la diferencia. Boca vive estos momentos: lo hace de su mano.

-¿Lo conocés?

-No.

-¿Lo admirás?

-Lo reconozco. Para mí la gente que gana y hace ganar a los compañeros merece un párrafo aparte. Porque es fácil jugar individualmente, agarrás la pelota, gambeteás y por ahí hasta hacés goles. Se complica cuando debés hacer jugar a tus compañeros, hacerlos pensar, ubicarlos en la cancha, y encima jugar bien. Román lo hace.

-¿Por qué pasaste sólo por tres clubes?

-Yo sé que el negocio del futbolista está en las transferencias. Pero a mí no me mueve la plata, tengo otras pautas. Si me quedé seis años en México es porque estuve muy cómodo y no veía necesidad de cambiar por dinero. Cuando se acabó, me vine para Banfield y me quiero quedar mucho tiempo acá. No son sólo palabras. Cuando terminó el torneo anterior tuve para irme de nuevo a México. Y el club y el técnico dijeron que no me vaya y no hice ningún problema. No me peleé con nadie, no pedí aumento, nada.

-Podrías estar en Boca o River...

-Estoy más allá de los colores. Puedo jugar en un grande o en un chico. Se puede estar bien en unos o en otros. Soy feliz acá, me encontré con el mejor grupo mi carrera. No me vuelve loco ponerme la camiseta de Boca o la de River. Mi cabeza está acá y trato de ser mejor acá. Me trajeron en julio sin saber de mi nivel. Se la jugaron. En todo caso, si hay una oferta muy importante tampoco Banfield la va a despreciar. A los 28 años, no es momento de pelear por plata.

-¿Tus metas?

-Mejorar y salir campeón. Es una sensación incomparable. Pero para eso debemos mejorar. Cometimos muchos errores colectivos e individuales. Hay que ordenarse, ser agresivo a la hora de recuperar y luego llegar con mucha gente y concretar...

-Tuviste historias muy particulares en México... Como la de Uciel.

-Sí, un nene que tenía leucemia y estaba en tratamiento. Me admiraba y yo lo visitaba, lo acompañaba. Al tiempo, los doctores me dijeron que se estaba abandonando, empecé a visitarlo de nuevo, lo llevaba a comer, a pasear, a que se dé cuenta que debía lucharla. Cuando estaba en su mejor momento, la enfermedad se lo llevó. Estuve con él hasta una hora antes de su muerte. Me había encariñado mucho. Pero haberle dado una alegría fue especial. Seis meses antes, un amigo mío también murió de leucemia y ahí hice un clic. Entendí que la vida es corta, hay que disfrutarla. Lástima que haya que pasar por una situación así para darse cuenta.

14 de enero de 2009

El "chueco" Tito












Recorte de La Gaceta del ascenso de La Florida a 1ª División

Fue mi suegro, pero también fue jugador y técnico de fútbol, panadero, almacenero, italiano, "ciruja" y buena gente. Se fue temprano, como haciendo la contra y no escribí nada sobre él en aquel momento. Esto se lo debo y me lo debía.

Cancha de Almirante Brown de Lules. El silbato del árbitro mandó al descanso del entretiempo. Caminando hacia el vestuario escuchó los gritos de los plateístas de su equipo que le reclamaban cambios. Levantó la vista. No pudo divisar al que gritó: "tito, sacalo al 5". Ya había decidido que el volante central se iba a quedar en las duchas cuando arranque en el segundo tiempo.

Juntó a los jugadores y comunicó la decisión. El cinco lo miró a los ojos y le dijo: "maestro, me saca porque se lo pidió la tribuna..." El "Chueco" tragó saliva devolvió la mirada, pero cargada de furia y retrucó: "te llamás "pusitanelli", como querés jugar al fútbol con ese apellido". El tano no se andaba con vueltas, pero siempre le metía humor para que la sangre no llegara al río.

Me crucé con él al final de los `70. En el primer encuentro, si algo no hubo, fue simpatía. Tano, chapado a la antigua, tanguero y con la picardía de barrio brotándole por los poros, no se iba a bancar así nomás que su hija mayor estuviera de novia con uno como yo. Pelo largo, modernoso a veces, roquero siempre, alejado del tango, todavía, y también con mucho barrio encima.

El choque de generaciones sacó chispas pero, como siempre, la sangre no llegó al río. Cuando me conoció un poco se quedó más tranquilo. Además con quién más podía hablar de fútbol que no fuese conmigo. Tenía dos hijas mujeres y un varón al que no le importaba demasiado el fútbol.

Afirmaba que la táctica estaba por encima de la habilidad y que un buen técnico con algunas buenas voluntades podían hacer historia. Su ídolo era el Toto Lorenzo, mucho más después de ganar todo con Boca, club del que era hincha. Imagínense, a mi me gustaba Menotti y la libertad de la que gozan los que saben jugar, pero no había discusiones más si, respeto.

En el ocaso de su carrera como técnico dirigía a Estación Experimental y el equipo casi que ni funcaba. Me invitó a la cancha y me resultó medio sospechoso. "Enseguida te llamo al vestuario", me dijo apenas entramos a la cancha. Al rato se abrió la puerta y el utilero me dijo "pase señor" guiñándome un ojo.

Entré en plena charla técnica cuando el chueco arengaba a la tropa. El equipo no ganaba seguido y un triunfo era el único resultado que servía. De repente me miró y largó "el señor es amigo y es un empresario que coloca jugadores en Bolivia... hoy vino porque le dije que aquí está lo que busca"... todos se dieron la vuelta y me miraron. Puse la mejor cara de empresario que pude y les dije canchereando: "jueguen tranquilos y hagan lo que el profe les diga... mucha suerte"

Salí del vestuario mordiéndome los labios para no reirme. En la cancha, los tipos parecieron leones. Ganaron y yo me hice humo. Para el retorno a casa garroneamos a un vecino con auto que estaba en la cancha. "Como metían los changos" dijo el vecino. Tito, a modo de respuesta ensayó: "es que había un empresario que los vino a ver". Yo me volvía a morder los labios.

Su época de esplendor en la dirección técnica había ocurrido hacía mucho. Con San Martín, más precisamente, cuando lo llevó por primera vez al Nacional de Primera División tras una definición por penales con Juventud Antoniana. Dicen que los hinchas cirujas lo llevaron en andas hasta su casa que quedaba en la Pellegrini al 300. También hizo buenas campañas en Sportivo y Central Norte. Salió campeón con Floresta y La Florida llegó a primera de su mano. En Bella Vista también es bien recordado y con Brown de Lules se encargó de sacarle un invicto de 47 fecha al Atlético Tucumán de Villa y Palomba.

Pero su faceta en el deporte no era lo más importante. Dignificaba el trabajo honesto por sobre cualquier cosa. Fue panadero, de laburar en la cuadra y de salir al reparto casa por casa. Con Piri, Cacho y el Gringo, sus hermanos, se hicieron cargo del negocio familiar fundado por el viejo Fo.

Algunas veces estuvo arriba y otras abajo producto de las crisis económicas de este bendito país que se encargaron de mandar al tacho a un montón de emprendimientos familiares. Su última actividad económica-deportiva lo encontró formando pibes en una escuela de fútbol que llevaba su nombre.

Almorzaba a las doce como la gente de antes. Ponía la mesa aunque no esté la comida y le daba al pan (como buen tano) y al tinto, de cajita, con soda. Cuando la Gladys, su mujer de toda la vida, le arrimaba el bife con ensalada, sonreía. No era comida si no tenía carne y si había bis, decía que "era lo mejor de la vida".

Sencillo, generoso. Casi que me pidió perdón, un tiempo después de casarme con su hija, lamentando porque no estaba en un buen momento y no nos había podido ayudar con la fiesta. La peleó mucho, pero nunca lo pusieron de espalda. Tuvo plata y la dejó de tener. Jamás le esquivó al laburo. Siempre tenía una cargada a flor de labios y guapeó crisis con mucho huevo y el apoyo de doña Gladys. Sabía de fútbol y en eso era soberbio pero era otra parte de su personalidad.

Lara, su nieta más pequeña, dice que de noche la tapa. Facu (el que juega bien) hubiera tenido que escuchar sus consejos como técnico, mientras que Gastón (el mujeriego) seguro que iba a tener que soportar sus cargadas. Agos ya no llora cada vez que lo extraña, creo. Mientras Clau se rie (con solapado orgullo) cada vez que escucha una anécdota del chueco. Lu, Orny y Fabri se perdieron que los malcrie.

Que lo pario, hubiera sido bueno compartir un tiempo más con él.