ANALISIS Y OPINION DESDE FUERA DEL SISTEMA SOBRE TEMAS DEPORTIVOS Y OTRAS YERBAS
9 de enero de 2013
Palabras
El poder de... El valor de... A veces se las lleva el viento... A veces son solo un viento... Y en otros casos, usándola, se pierde una gran oportunidad de quedarse callado.
Esta última semana quedó demostrado que se pierde tiempo y palabras. Que muchas veces no se valora la palabra y que muchas otras algunos hacen uso y desuso en la construcción de vocablos.
En el caso Riquelme algunos de estos aspectos ha quedado reflejado. Si alguien es un hábil declarante es Juan Román. Aunque él se tire tierra encima negándolo y quitándole mérito a sus dichos, enarbolando su trunca educación al fin de la primaria.
No es necesario pisar los peldaños de la Univirsadad como dice mi tio Coco, para usar bien las palabras. El último enganche con vida cambió su relación con los medios a su vuelta de las Europas. Antes no le sacabas una parole a punta de pistola. Ahora, da gusto escucharlo.
Su retorno a Boca chocó contra el valor de sus dichos. Y respetó sus dichos. Bastó esto para que la grey periodistica lo denostara. El respeto a la palabra empeñada tiró por tierra una noticia que vendía y, desde su lugar, los "colegas" lo masacraron. En un país donde la palabra tiene escaso valor, todos le saltaron al cuello a uno que no se desdijo.
Otro caso raro es el choque Darín-Cristina. El ex-galancito pidió explicaciones a la sra presidente sobre su patrimonio y, más allá de demostrar que vive en una media, se la dejó picando para que la presidente le pegue un baile con una carta abierta de novela.
Una boludez la del actor comprándose un quilombo en el que ni la oposición se atreve a embarcarse. "País niño" dijo el tipo. ¿Qué carajo quiso decir?. El adujo que está en una tercera posición. Que aboga por la tolerancia...(?)
Basta tibios como Darín. Este es momento bisagra de la historia, o estás con los que estuvieron siempre y que hicieron de este país casi una pocilga, o estás con los que hablan de cambio, de inclusión y solidaridad. En algún lado hay que pararse. No se puede ser neutral siempre.
Es cómodo ser neutral si te alcanza pa parar la olla. Que Darín se lo ganó con laburo al morfi que hoy se lleva a la boca, es verdad. Aunque haya comprado un auto por zurda. Pero a esa tibieza te la mantiene un plato sopa gobierne quien gobierne.
Cuál es la tolerancia de Darín? Hasta dónde llega la tolerancia de Darín? Hasta dentro de diez días que estrena su nueva peli? Para que quedar expuesto a que se diga que dijo lo que dijo para darse prensa en vispera del estreno. No creo que sea tan estúpido.
Y después estuvo la palabra de Cristina, que salió a copar la parada luego de que le mojaran la oreja, cuando antes, otros, se la escupieron y se quedó muda. Es una pérdida de tiempo responderle a un actor dijeron los caceroleros. Y no dar explicaciones por la trajedia de Once, dijeron comunicadores desde la otra acera.
Y encima aparece Luppi, tambien como el cancerbero de Cristina. No hacía falta Luppi, aun que tenga derecho, no hacía falta
En medio de tanta saliva gastada... en medio de tanta creación dialéctica, incluída la mia Juan Román parece Borges... escribiendo. Y jugando ni te cuento.
30 de diciembre de 2012
Doce meses
Se va uno más. El 2012 es un año más y uno menos de vida. Estoy mejor que a esta altura del 2011. El agua que corrió por debajo el puente hizo lo suyo.
En lo personal estoy mejor. En lo familiar joya. En lo laboral igual. Intenté volver al periodismo porque me incaron para hacerlo. Pero no duré mucho. Tenía ganas, pero la mediocridad reinante de los medios me puso de espaldas y me contaron tres y se acabó...Las ganas sólo eran mías y de los pibes que acompañaban, el resto solo canto de sirenas.
El periodismo profesional solo existe en La Gaceta. Los que hacen el oficio fuera de ese medio gráfico son deglutidos por el sistema que tiene como axioma "laburá que ya veo como te pago... o meté un avisito". Unos navegan en ese barro con alguna dignidad, los otros solo quieren llevar un mango a casa. Cada cual sobrevive como puede, flotando en sus principios o chapotenado en sus traiciones. Que le vamos a hacer...
Haciendo un recorrida apresurada sobre el deporte algunos apellidos amarrocaron elogios a rolete. Maravilla Martinez, Crismanich, Messi, son el top tree. Maravilla es tan hábil con las manos como con el marketing. Crismanich hizo que todo el mundo hable de artes marciales como si estuviéramos en Oriente. Messi ta loco.
En fobal, la selección terminó mejor de lo que empezó. En Primera ta bueno que los que laburan formando jugadores ganen. Lo de Velez es para copiar, pero pocos lo hacen. Boca y River son noticia, pero no se muy bien porqué, más allá de que la banda haya ganado el Nacional B. En fútbol son más noticia los que hacen vender más diarios que los que juegan.
Capítulo apartadísimo para Miguel Cantero, el presi de Independiente. Un quijote solitario en medio de la mierda del fútbol peleando bajo la lluvia. Dirigentes que lo apoyan desde la retórica, policías que temen por sus curros y políticos que no se encolumnan en su lucha porque necesitan de los chicos malos a los que Cantero combate.
En Tucumán, lo de siempre. En el fútbol de la Liga la violencia se cargó al juego mismo y hasta muertos hubo. Lastenia se calzó la corona por primera vez y allí también ganó la violencia. San Martín hizo doler los ojos y Atlético se fue en promesas. Los de Ciudadela trajeron una veintena de jugadores y el técnico fue mejor buscando excusas que haciendo jugar.
Atlético trajo apellidos y prometió más de lo que pudo dar. El técnico tiene un gusto futbolero que le permitió mantenerse en el cargo a pesar que su equipo no terminó de armarse. Otra vez pifia de delanteros y San Pulga salvó la ropa varias veces.
En el básquet, más de lo de siempre. la mediocridad absoluta. La Liga se aleja cada vez más de Tucumán y la brecha insumirá mucho tiempo para achicarse. Es doloroso que nadie aprenda. Es doloroso ver el panorama. Dirigentes que no cambian nada. Jugadores que envejecen. Jueces impresentables, salvo honrosísimas excepciones, Sebastían Gauna, por ejemplo.
Si da, hasta el 31/12 escribo de los 12 meses pero referido a otros temas... Gracias
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14 de diciembre de 2012
Tradiciones... y traiciones
El cierre de la mítica Chacho, disparó la polémica entre los pragmáticos y los melancólicos. Yo miro bajo el agua... y trato de explicarlo.
No fui muchas veces. En realidad, siempre me quedó lejos. Mucho viaje para atragantarse con una completa sin ají. El cierre de Chacho, como el de otros locales gastrónomicos con historia, me hace ruido y me parece una palada de tierra en nuestras costumbres.
Será pretenciosa mi visión?... no lo creo. La pérdida de la tradición es una pérdida de la identidad, de la cultura popular. Y el cierre de distintos lugares a raiz de la modernización o como el de Chacho, por decisión, ha provocado que lugares comunes a muchos pasen al olvido llevándose puestos a sus parroquianos.
Soy un fundamentalista del hamas si me hablan de tradición y cultura popular. Jamás entraré a Il Postino de Junín y San Martín, por ejemplo. Esa esquina fue y será siempre la esquina de La Cosechera. Jamás iré a comer al restaurant que se erige donde reinó El Molino, bar, billares y salón de té.
Tampoco nunca me sentaré en Il Postino de Córdoba y 25 de Mayo. El Bar Central será irremplazable en mi memoria y esa seguirá siendo "su" esquina. Nada reemplazará a la pizza de Legui en uno de los pasillos del Mercado del Norte, a media mañana, de dorapa y con una Mirinda Manzana.
Hoy hacen pizza con ¿rúcula? Mi Dios... Quien carajo inventó eso? Que una mujer pida una cosa así se entiende. Que un varón se "peche" una porción con rúcula, tiene la transferencia al equipo de Ricardo Fort en el bolsillo. No me jodan. Comer eso no es de varoncito y mucho menos de tucumano...
Me causa mucho pesar que el wook de pollo y vegetales gane espacio. Me molesta que la tarta de pollo y puerros se convierta en un plato habitual. Me enerva los lugares donde se fabrican "emparedados" con salami y pepinillos rodeados de un extraño pan con semillas de ... ¿sesamo?
Que carajo es esto? Cómo alguien que se crió con la cultura de Los Eléctricos, Brizuela o Cuni, claudique hoy empujándose una hamburguesa con apellido extranjero. ¿Que tiene que ver eso con el tucumano básico?
Nosotros, los más grandes, tenemos mucho de culpa. No transmitimos la tradición por la frecuencia apropiada. No le comimos la cabeza a los que venían con los argumentos correctos. Dejamos que nos invadan. No reaccionamos.
Pero, todavía, estamos a tiempo. Es cuestión de intentar que lo que nos identificaba no desaparezaca junto con nuestra humanidad. Alguien debe tomar la posta y reflotar las cosas que nos hicieron felices.
No fui muchas veces. En realidad, siempre me quedó lejos. Mucho viaje para atragantarse con una completa sin ají. El cierre de Chacho, como el de otros locales gastrónomicos con historia, me hace ruido y me parece una palada de tierra en nuestras costumbres.
Será pretenciosa mi visión?... no lo creo. La pérdida de la tradición es una pérdida de la identidad, de la cultura popular. Y el cierre de distintos lugares a raiz de la modernización o como el de Chacho, por decisión, ha provocado que lugares comunes a muchos pasen al olvido llevándose puestos a sus parroquianos.
Soy un fundamentalista del hamas si me hablan de tradición y cultura popular. Jamás entraré a Il Postino de Junín y San Martín, por ejemplo. Esa esquina fue y será siempre la esquina de La Cosechera. Jamás iré a comer al restaurant que se erige donde reinó El Molino, bar, billares y salón de té.
Tampoco nunca me sentaré en Il Postino de Córdoba y 25 de Mayo. El Bar Central será irremplazable en mi memoria y esa seguirá siendo "su" esquina. Nada reemplazará a la pizza de Legui en uno de los pasillos del Mercado del Norte, a media mañana, de dorapa y con una Mirinda Manzana.
Hoy hacen pizza con ¿rúcula? Mi Dios... Quien carajo inventó eso? Que una mujer pida una cosa así se entiende. Que un varón se "peche" una porción con rúcula, tiene la transferencia al equipo de Ricardo Fort en el bolsillo. No me jodan. Comer eso no es de varoncito y mucho menos de tucumano...
Me causa mucho pesar que el wook de pollo y vegetales gane espacio. Me molesta que la tarta de pollo y puerros se convierta en un plato habitual. Me enerva los lugares donde se fabrican "emparedados" con salami y pepinillos rodeados de un extraño pan con semillas de ... ¿sesamo?
Que carajo es esto? Cómo alguien que se crió con la cultura de Los Eléctricos, Brizuela o Cuni, claudique hoy empujándose una hamburguesa con apellido extranjero. ¿Que tiene que ver eso con el tucumano básico?
Nosotros, los más grandes, tenemos mucho de culpa. No transmitimos la tradición por la frecuencia apropiada. No le comimos la cabeza a los que venían con los argumentos correctos. Dejamos que nos invadan. No reaccionamos.
Pero, todavía, estamos a tiempo. Es cuestión de intentar que lo que nos identificaba no desaparezaca junto con nuestra humanidad. Alguien debe tomar la posta y reflotar las cosas que nos hicieron felices.
25 de noviembre de 2012
Culpables
Una más, otros menos se han llevado puesto al básquet tucumano. Hoy por hoy el deporte argentino que más logros cosechó en el exterior es la gran verguenza deportiva tucumana.
Hace tres años subí un post titulado "Somos una isla". Nada ha cambiado. Si el básquet local ya era una sombra por ese entonces hoy, decididamente, es una oscura calle de un barrio marginal. Lo único que cambió es que en la actualidad muchos de sus actores intentan sacar los pies del plato en la redes sociales.
Ayudado por un periodismo cómplice que lo único que hace es cobertura de ¿partidos? de una competencia interna lamentable en todas las categorías, el básquet local sigue en estado vegetativo. Ese periodismo cómplice ayuda a que la cosa no cambie ya que no señala errores y se sienta a la mesa de los dirigentes en cada agasajo que estos organizan.
La compentencia en las categorías formativas es lamentable. Desde la primera división hacia abajo, el nivel, queda demostrado en cada torneo a nivel de selecciones en el que se compite. Hace cuantos años que en juveniles no se pelea un título a nivel nacional? Sin embargo cada vez que uno de los integrantes de este circo le arriman un micrófono, al entrevistado no se le cae de la boca la consabida frase "... para que el básquet tucumano siga creciendo" (?)
El báquet tucumano repite errores, porque los actores se repiten. Dirigentes eternos, árbitros eternos y competencia pobre, son los ingredientes de una sopa que ni el Pity Alvarez se le animaría a una cucharada.
Lo más frustrante es que algunos se ofenden cuando la crítica llega. La toman como un ataque al deporte mismo, o sea que se creen que ellos son el deporte.
Hace poco la dirigencia de Independiente se enojó con un periodista que se animó a decir que la entrada que se cobraba por asistir a un partido del Torneo Federal era cara. Gratis, debería ser la entrada para que los partidos se jueguen con algo de público. Y ese público es el mismo que, la competencia que los dirigentes de Independiente y de los demás clubes organizan, alejó de las canchas.
Es tanta la mediocridad, que algunos integrantes de esta pleyade lamentable se han encargado de criticar a Horacio Muratore, el mejor dirigente tucumano de toda la historia y no sé si el más importante a nivel nacional en esta disciplina. "Nunca hizo nada por el basquet tucumano" dicen por estos lados.
Y que querían? Que haga magia? Cómo hacer para ayudar a los mediocres e incapaces?
Una ayuda de semejante dirigente, lo dejaba expuestos. Quien podía ponerse a su altura. Quien puede cuestionar desde Tucumán a alguien tan trascendente. Quiénes de los incapaces que no pudieron armar, en casi 30años de Liga Nacional, un proyecto serio para competir en la misma puede criticar con autoridad.
Esos dirigentes son los mismos que mantienen a los peores árbitros del país en la competencia local. Y esos árbitros son los peores del país, porque los mandameses se encargaron de corromperlos para ganar el torneito local y hacer de ellos la lacra de este deporte. Lo más gracioso es que los jugadores reniengan de esos árbitros y muchas veces han llegado a agredirlos a sabiendas que los dirigentes de los clubes que los contratan, son los encargados de corromperlos.
Todos miran para otro lado. Y todos se la dejan servido para que los políticos aterricen en los clubes. Algunas instituciones se han convertido en el coto de políticos y sindicalistas.
Ni esa ven los dirigentes. Total, el trofeo comprado, ya está dentro de la vitrina de la secretaría del club.
Hace tres años subí un post titulado "Somos una isla". Nada ha cambiado. Si el básquet local ya era una sombra por ese entonces hoy, decididamente, es una oscura calle de un barrio marginal. Lo único que cambió es que en la actualidad muchos de sus actores intentan sacar los pies del plato en la redes sociales.
Ayudado por un periodismo cómplice que lo único que hace es cobertura de ¿partidos? de una competencia interna lamentable en todas las categorías, el básquet local sigue en estado vegetativo. Ese periodismo cómplice ayuda a que la cosa no cambie ya que no señala errores y se sienta a la mesa de los dirigentes en cada agasajo que estos organizan.
La compentencia en las categorías formativas es lamentable. Desde la primera división hacia abajo, el nivel, queda demostrado en cada torneo a nivel de selecciones en el que se compite. Hace cuantos años que en juveniles no se pelea un título a nivel nacional? Sin embargo cada vez que uno de los integrantes de este circo le arriman un micrófono, al entrevistado no se le cae de la boca la consabida frase "... para que el básquet tucumano siga creciendo" (?)
El báquet tucumano repite errores, porque los actores se repiten. Dirigentes eternos, árbitros eternos y competencia pobre, son los ingredientes de una sopa que ni el Pity Alvarez se le animaría a una cucharada.
Lo más frustrante es que algunos se ofenden cuando la crítica llega. La toman como un ataque al deporte mismo, o sea que se creen que ellos son el deporte.
Hace poco la dirigencia de Independiente se enojó con un periodista que se animó a decir que la entrada que se cobraba por asistir a un partido del Torneo Federal era cara. Gratis, debería ser la entrada para que los partidos se jueguen con algo de público. Y ese público es el mismo que, la competencia que los dirigentes de Independiente y de los demás clubes organizan, alejó de las canchas.
Es tanta la mediocridad, que algunos integrantes de esta pleyade lamentable se han encargado de criticar a Horacio Muratore, el mejor dirigente tucumano de toda la historia y no sé si el más importante a nivel nacional en esta disciplina. "Nunca hizo nada por el basquet tucumano" dicen por estos lados.
Y que querían? Que haga magia? Cómo hacer para ayudar a los mediocres e incapaces?
Una ayuda de semejante dirigente, lo dejaba expuestos. Quien podía ponerse a su altura. Quien puede cuestionar desde Tucumán a alguien tan trascendente. Quiénes de los incapaces que no pudieron armar, en casi 30años de Liga Nacional, un proyecto serio para competir en la misma puede criticar con autoridad.
Esos dirigentes son los mismos que mantienen a los peores árbitros del país en la competencia local. Y esos árbitros son los peores del país, porque los mandameses se encargaron de corromperlos para ganar el torneito local y hacer de ellos la lacra de este deporte. Lo más gracioso es que los jugadores reniengan de esos árbitros y muchas veces han llegado a agredirlos a sabiendas que los dirigentes de los clubes que los contratan, son los encargados de corromperlos.
Todos miran para otro lado. Y todos se la dejan servido para que los políticos aterricen en los clubes. Algunas instituciones se han convertido en el coto de políticos y sindicalistas.
Ni esa ven los dirigentes. Total, el trofeo comprado, ya está dentro de la vitrina de la secretaría del club.
28 de octubre de 2012
Super clasic
Ni los carritos para ser un super, ni la o para completar lo de clásico. El Boca - River divide al país por lo colores. La división que importa es la que separa el jugar bien del jugar mal.
Y hace años que no se ve jugar bien en un clásico. Que se juega mucho. Que no se puede perder. Que los técnicos se juegan la continuidad. Que la tranquilidad del grupo. Que las apuestas. Mucha sanata. Mucho periodismo hablando boludeces.
Si hay algo ausente en un River-Boca es el fútbol, el juego, ese de dar más de tres pases seguidos. Pero es difícil si de un lado hay técnico que muere con 4-4-2 y que para mantenerlo festejó en silencio la paratida del último "10" que jugaba por estas comarcas... Falcioni, es un milagro. Un trabajador, dicen la mitad de los libros de la biblioteca...
Que fútbol puedo esperar si del otro lado hay un equipo que se olvidó de su historia, de su buen gusto, de su fino estilo y se convirtió en once utilitario, corredor, sacrificado, que hace de todo para no perder menos jugar.
Hoy, el país se detendrá y eso es otra cosa que aborrezco. Este capitalino cotejo ha tenido un poder de penetración en la población de la Argentina profunda que sólo se explica porque el fútbol es una pasión que adolece, casulamente, de eso. De una explicación coherente.
Juro que me enerva que un "coyita" jujeño, un cotudo salteño, un dormilón santiagueño, un pastoso riojano, un pícaro tucumano, un chistoso cordobés, un friolento santacruceño o un orgulloso correntino cuenten las horas para sentarse a ver un choque que solo los incluye una, dos o tres veces por año.
Es milagroso este imperfecto juego. Hace que Scchiavi sea imprescindible. Que Clemente Rodríguez juegue en Primera División. Que los melli Funes Mori jueguen por esa condición o porque se llaman Funes Mori, por ejemplo
Capaz que hasta logra que yo me siente frente al tele... si no tengo otra cosa que hacer.
Y hace años que no se ve jugar bien en un clásico. Que se juega mucho. Que no se puede perder. Que los técnicos se juegan la continuidad. Que la tranquilidad del grupo. Que las apuestas. Mucha sanata. Mucho periodismo hablando boludeces.
Si hay algo ausente en un River-Boca es el fútbol, el juego, ese de dar más de tres pases seguidos. Pero es difícil si de un lado hay técnico que muere con 4-4-2 y que para mantenerlo festejó en silencio la paratida del último "10" que jugaba por estas comarcas... Falcioni, es un milagro. Un trabajador, dicen la mitad de los libros de la biblioteca...
Que fútbol puedo esperar si del otro lado hay un equipo que se olvidó de su historia, de su buen gusto, de su fino estilo y se convirtió en once utilitario, corredor, sacrificado, que hace de todo para no perder menos jugar.
Hoy, el país se detendrá y eso es otra cosa que aborrezco. Este capitalino cotejo ha tenido un poder de penetración en la población de la Argentina profunda que sólo se explica porque el fútbol es una pasión que adolece, casulamente, de eso. De una explicación coherente.
Juro que me enerva que un "coyita" jujeño, un cotudo salteño, un dormilón santiagueño, un pastoso riojano, un pícaro tucumano, un chistoso cordobés, un friolento santacruceño o un orgulloso correntino cuenten las horas para sentarse a ver un choque que solo los incluye una, dos o tres veces por año.
Es milagroso este imperfecto juego. Hace que Scchiavi sea imprescindible. Que Clemente Rodríguez juegue en Primera División. Que los melli Funes Mori jueguen por esa condición o porque se llaman Funes Mori, por ejemplo
Capaz que hasta logra que yo me siente frente al tele... si no tengo otra cosa que hacer.
26 de octubre de 2012
110
Acaba de cumplir Atlético Tucumán.Fui-soy hincha. Fui dirigente. Este año volví a la cancha, pero por hacer periodismo. Todo sigue igual.
El periodismo me llevó por primera vez al Monumental. El periodismo me hizo volver. El que depositó mi humanidad de niño fue el que ejercía mi viejo. Laburaba en El Mundo del Deporte, algo así como el barça tucumano de la comunicación de aquellos tiempos.
Y me llevaba a mi. No entiendo muy bien porqué. Fui un hincha especial grité mi primer gol en una cabina de transmisión. Me rajaron, de una, de ese sagrado ámbito de la profesión periodística. Era casi una afrenta que alguien gritara un gol, como hincha, allí dentro.
Si supieran... Todos los que laburaron y laburan en este oficio son hinchas de alguien. Sino como puede ser que laburen de esto. Pero, como siempre, me estoy alejando del génesis de este post. El tema es Atlético y su centuria más diez.
Ante tamaño número se mezcla todo. Apellidos, tardes maravillosas y de las otras, amigos de fin de semana, efusivos abrazos con desconocidos, ronqueras, choris con chimi, discusiones. Café estirado hasta la noche en la plazoleta y semanas andando de costado para evitar las cargadas cuando el resultado era contra.
Un ser humano pensante y más o menos cuerdo no debería pasar por esto. Pero un hincha no es un ser normal. Ese extraño bicho que te pica y que produce la roncha de la pasión no tiene cura y no se cura con una batería de antibióticos.
Y de esos 110 algo viví, de cerca o de lejos. Conocí gente buena y de la otra. Dirigentes que despilfarraron sus dineros y otros que no se la jugaron ni a palos. Jugadores, técnicos e hinchas que no arrugaron ni aunque vinieran degollando.
Gente que con su paso, engrandenció al decano. Mientras otros se esmeraron por chocar un club con una historia de libro. Del Patón Benavídez a José Rafel Albrecht. Del Lito Espeche a Walter Omar Jiménez. Del Maestro Raúl Villalva a Ricardo Julio Villa. Y los nombres que debo dejar en el camino porque este post sería interminable.
Pero Atlético era grande antes de estos apellidos. Atlético es la gente, también. La que por ese inexplicable placer le quita horas de su descanso "solo por volverte a ver" como dicen Las Pastillas del Abuelo... Aunque a veces, no tenga nada de placentero.
Atlético ha sido una parte importante en los últimos 55 años. Hoy ya no lo es tanto. Hoy, mi mujer, Claudio y Agostina son el centro. Me informo de lo que pasa en mi club pero ya no voy como antes.
Empecé el borrador de esta nota cuando el más grande acababa de soplar 110 velitas celestes y blancas y yo había regresado al periodismo. La termino cuando ya he dejado de ir, nuevamente.
Feliz 110 a todos. A los que siguen concurriendo y a los que se compraron una platea en el cielo...
El periodismo me llevó por primera vez al Monumental. El periodismo me hizo volver. El que depositó mi humanidad de niño fue el que ejercía mi viejo. Laburaba en El Mundo del Deporte, algo así como el barça tucumano de la comunicación de aquellos tiempos.
Y me llevaba a mi. No entiendo muy bien porqué. Fui un hincha especial grité mi primer gol en una cabina de transmisión. Me rajaron, de una, de ese sagrado ámbito de la profesión periodística. Era casi una afrenta que alguien gritara un gol, como hincha, allí dentro.
Si supieran... Todos los que laburaron y laburan en este oficio son hinchas de alguien. Sino como puede ser que laburen de esto. Pero, como siempre, me estoy alejando del génesis de este post. El tema es Atlético y su centuria más diez.
Ante tamaño número se mezcla todo. Apellidos, tardes maravillosas y de las otras, amigos de fin de semana, efusivos abrazos con desconocidos, ronqueras, choris con chimi, discusiones. Café estirado hasta la noche en la plazoleta y semanas andando de costado para evitar las cargadas cuando el resultado era contra.
Un ser humano pensante y más o menos cuerdo no debería pasar por esto. Pero un hincha no es un ser normal. Ese extraño bicho que te pica y que produce la roncha de la pasión no tiene cura y no se cura con una batería de antibióticos.
Y de esos 110 algo viví, de cerca o de lejos. Conocí gente buena y de la otra. Dirigentes que despilfarraron sus dineros y otros que no se la jugaron ni a palos. Jugadores, técnicos e hinchas que no arrugaron ni aunque vinieran degollando.
Gente que con su paso, engrandenció al decano. Mientras otros se esmeraron por chocar un club con una historia de libro. Del Patón Benavídez a José Rafel Albrecht. Del Lito Espeche a Walter Omar Jiménez. Del Maestro Raúl Villalva a Ricardo Julio Villa. Y los nombres que debo dejar en el camino porque este post sería interminable.
Pero Atlético era grande antes de estos apellidos. Atlético es la gente, también. La que por ese inexplicable placer le quita horas de su descanso "solo por volverte a ver" como dicen Las Pastillas del Abuelo... Aunque a veces, no tenga nada de placentero.
Atlético ha sido una parte importante en los últimos 55 años. Hoy ya no lo es tanto. Hoy, mi mujer, Claudio y Agostina son el centro. Me informo de lo que pasa en mi club pero ya no voy como antes.
Empecé el borrador de esta nota cuando el más grande acababa de soplar 110 velitas celestes y blancas y yo había regresado al periodismo. La termino cuando ya he dejado de ir, nuevamente.
Feliz 110 a todos. A los que siguen concurriendo y a los que se compraron una platea en el cielo...
25 de octubre de 2012
"Esto es por plata..."
La frase de José Luis Ponce se hace carne en estos tiempos... Lástima que algunos periodistas no lo entiendan y claudiquen
Un año de ausencia es mucho tiempo para resumir con palabras encadenadas. No me animo ni a palos. Pero algo debo hacer para combatir "la nada" de la Historia Sin Fin. Entonces emprendí el regreso y este es el primer intento.
José Luis Ponce (de aquí en más, JLP), aquel talentoso periodista compañero de el periódico, hoy por hoy, desperdiciado y extraviado en la noche de los tiempos, vaya uno a saber por qué, usaba aquella frase del título para explicar actitudes. Un justificativo, una razón, el génesis o las tres... que se yo
Mi año de ausencia me dio aire para analizar cuestiones de mi oficio y de las actitudes de "colegas" que, en la mayoría de los casos, le pone distancia a la ética. Para bien o para mal. Más lo segundo que lo primero, por cierto. Sino mírenlo a Lanata, deglutido por su personaje, derrapando por leca a cada rato.
Más que nunca la frase de cabecera de JLP explica los tropezones del obeso periodista. El tema que quien se ocupa de sus haberes es el mismo que no cumple leyes. Para el Lanata antiguo un patrón así llenaba su programa de informes periodisticos. Hoy no...
Los patrones de medios tambien entienden que "esto" es por plata. Pero solo importa la que expande su bolsillo trasero debido al crecimiento de su billetera. Lamento decir que muchos de ellos consideran que nuestro oficio es gratuito.
Lo grave de ello es que algunos colegas también lo creen o hacen "la perra que la están fifando". El ego los pierde. El ansia de trascender, de salir del anonimato es más fuerte que el respeto que pierden por ejercer el oficio a cambio de nada.
El dueño del medio está convencido que colgar un micrófono es su única responsabilidad. Y que el "deber" del periodista es agradecer la oportunidad sin ver un peso o "metiendo" un cliente. A un toque el periodista hace sus primeras armas como tal y como productor comercial. Dos oficios al únisono gracias a la "buena voluntad" del empresario.
Muchos amigos que, extrañamente, me admiran en esto de escribir, desde el momento que anuncié mi "regreso" estamparon su alegría en las redes. Agradezco, pero no me mareo. Si hubiera sido tan bueno...
Mi oficio atesora frases hechas como por ejemplo: "... se es periodista siempre". Con absoluta seguridad digo que esa máxima no es verdadera.
Se puede tener mirada crítica. Tal vez, se pueda escribir bien. O comunicar aceptablemente con un micrófono enfrente. Pero se es periodista "completo" si laburás en un medio. Sino, el círculo no cierra. Si no te escuchan, sin no te leen, sino te miran... no sos periodista y, no sirve de nada, que sepas que sos eso.
Ninguno de nosotros lo dice. Hay mucho de ego cuando se comunica. Todos queremos que nos recononozcan por lo que somos. Si bien el abc indica que lo primero es informar, también queremos hacerlo desde una belleza estética usando palabras que no todos usan.
Entonces, escribimos, hablamos e informamos para nosotros también. Porque queremos que nos admiren, que nos soben el lomo y para que nos paguen...
El periodismo dedicado al deporte debe exigir el compromiso del empresario. Sin ese compromiso no hay respeto, por más que se lo declame a los cuatro vientos.
Un año de ausencia es mucho tiempo para resumir con palabras encadenadas. No me animo ni a palos. Pero algo debo hacer para combatir "la nada" de la Historia Sin Fin. Entonces emprendí el regreso y este es el primer intento.
José Luis Ponce (de aquí en más, JLP), aquel talentoso periodista compañero de el periódico, hoy por hoy, desperdiciado y extraviado en la noche de los tiempos, vaya uno a saber por qué, usaba aquella frase del título para explicar actitudes. Un justificativo, una razón, el génesis o las tres... que se yo
Mi año de ausencia me dio aire para analizar cuestiones de mi oficio y de las actitudes de "colegas" que, en la mayoría de los casos, le pone distancia a la ética. Para bien o para mal. Más lo segundo que lo primero, por cierto. Sino mírenlo a Lanata, deglutido por su personaje, derrapando por leca a cada rato.
Más que nunca la frase de cabecera de JLP explica los tropezones del obeso periodista. El tema que quien se ocupa de sus haberes es el mismo que no cumple leyes. Para el Lanata antiguo un patrón así llenaba su programa de informes periodisticos. Hoy no...
Los patrones de medios tambien entienden que "esto" es por plata. Pero solo importa la que expande su bolsillo trasero debido al crecimiento de su billetera. Lamento decir que muchos de ellos consideran que nuestro oficio es gratuito.
Lo grave de ello es que algunos colegas también lo creen o hacen "la perra que la están fifando". El ego los pierde. El ansia de trascender, de salir del anonimato es más fuerte que el respeto que pierden por ejercer el oficio a cambio de nada.
El dueño del medio está convencido que colgar un micrófono es su única responsabilidad. Y que el "deber" del periodista es agradecer la oportunidad sin ver un peso o "metiendo" un cliente. A un toque el periodista hace sus primeras armas como tal y como productor comercial. Dos oficios al únisono gracias a la "buena voluntad" del empresario.
Muchos amigos que, extrañamente, me admiran en esto de escribir, desde el momento que anuncié mi "regreso" estamparon su alegría en las redes. Agradezco, pero no me mareo. Si hubiera sido tan bueno...
Mi oficio atesora frases hechas como por ejemplo: "... se es periodista siempre". Con absoluta seguridad digo que esa máxima no es verdadera.
Se puede tener mirada crítica. Tal vez, se pueda escribir bien. O comunicar aceptablemente con un micrófono enfrente. Pero se es periodista "completo" si laburás en un medio. Sino, el círculo no cierra. Si no te escuchan, sin no te leen, sino te miran... no sos periodista y, no sirve de nada, que sepas que sos eso.
Ninguno de nosotros lo dice. Hay mucho de ego cuando se comunica. Todos queremos que nos recononozcan por lo que somos. Si bien el abc indica que lo primero es informar, también queremos hacerlo desde una belleza estética usando palabras que no todos usan.
Entonces, escribimos, hablamos e informamos para nosotros también. Porque queremos que nos admiren, que nos soben el lomo y para que nos paguen...
El periodismo dedicado al deporte debe exigir el compromiso del empresario. Sin ese compromiso no hay respeto, por más que se lo declame a los cuatro vientos.
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