
Noventa minutos completos por los octavos de la Champions frente a la tele. Me acordé del Huracán de Menotti y el de Cappa, de Atlético Tucumán del ´75 y del River de Ramón.
Una exageración la comparación? . . . Para nada. Claro, dirán que exagero con lo de Cappa o con el "Deca" de Urriolabeitia, porque no ganaron nada y el Barca ya tiene el cuello torcido de tanto colgarse medallas. Pero los que digan esto es porque no entienden nada del juego.
Como tampoco del respeto por la pelota y por el espectáculo. Ni por la reivindicación del potrero. Mucho menos por el respeto de una idea que indica a qué altura debe viajar la pelota. Son los mismo que repudian el toque lateral e intrascendente que equipos como el catalán transforman en algo trascendente, bello y efectivo.
Son los mismos que jamás repudiaron el pelotazo frontal. Ni criticaron un revoleo por encima del alambrado, si ambos se justificaban con un resultado a favor. Son los mismos a los que el maestro Diego Bonadeo los definió como "los que hacen el amor en penumbras", ja.
Que es fácil si se cuenta con Messi, Iniesta, Xavi y Pedro... seguro. Pero si a este equipo lo dirigiera Van Gall, Messi sería volante por izquierda, Xavi no abandonaría la media cancha, Iniesta debería marcar al "10" contrario y Pedro al lateral de su costado. O no se olvidan que Van Gall no ponía a Riquelme. Gracias a Dios en Barcelona está Pep Guardiola.
En el Cap Nou los "alcanza-pelotas" no la esconden cuando falta poco. Es más la tiran rápido porque quieren ver a sus jugadores jugar. En todo caso, los rivales piden que la bola no regrese rápido cada vez que se va afuera. Equipos como el Barcelona han derrumbado la teoría "del ganar como sea", remplazándola por la de jugar bien para llegar al triunfo buscado y por no renunciar nunca a esa idea aún perdiendo.
La bajada del título seguro será repudiada por energúmenos que creen que comparo planteles, equipos y logros. No señores. No comparo eso. Apenas resalto un estilo de jugar a este juego que el dinero ha corrompido de manera tal que ha sacado del centro "el cómo jugarlo" reemplazándolo por "lo único que importa es ganar".