22 de abril de 2017

El silencio de los corderos






Cuasi inocentes o cuasi silentes... El voto de Cambiemos ya no se vocea... Hoy es un pecado por el cual ni se pisa un confesionario...

Nunca vamos a saber de arrepentimientos...
Jamás, ninguno de ellos, quedará expuesto... Sin ropas, a la intemperie... El frío les calará los huesos.
Sólo los fundamentalistas del odio se mantendrán firmes, como estatuas aunque cubiertas de un polvo que nadie sacudirá..

El discurso del pasado reciente y todos sus males se deshoja cruelmente. Las obras de ampliación en la cárceles destinadas a albergar corruptos ya se detuvieron. Sólo un par de nombres, uno de los cuales, no fue nunca funcionario y el otro apenas un estúpido, que no alcanzó a darse cuenta que la cama estaba correctamente tendida... para él.

Primero pulseó bolsas por encima de un muro. Más tarde policías incorruptibles que son condecorados por que no aceptaron un toco de guita. Monjas, o casi, condenadas al averno. Y después la filmación de una cámara que desvirtúa todo. Es increíble que semejante corrupto sea atrapado tan pelotudamente.

Por otro lado, un desvelado fiscal ya no chupa el inclemente clima patagónico buscando bóvedas abarrotadas de sucios dineros. Construcciones subterráneas imaginadas en el mundo fantástico de un obeso muchacho que, alguna vez fue periodista. Hoy, ese que fue periodista es apenas, una especie de standapero que una claque de gente "como uno" que aplaude y festeja sus chistes dominicales en el canal dominante.

Mientras que, por su lado, el funcionario judicial se fue diluyendo en el fracaso de sus ampulosas medidas... La gilada se olvidó de este paladín porque los medios guardaespaldas lo sacaron de la pantalla y de los titulares de los diarios. Ni bóveda, ni dineros sucios. Nada, como el tango. Apenas una grabación filtrada arrogándose una puesta de espaldas judicial a la ex-presidenta en una conversación con otro supuesto periodista

Hoy, aquellos compradores de ilusiones han comprendido que, en campaña, un ser humano es capaz de prometer oros y moros con tal de ser algo que sus virtudes nunca le hubieran permitido. Hoy, todos esos adoradores del odio fabricado en una campaña de medios no le encuentran explicación a sus bulímicas billeteras. Pero tozudos, le siguen otorgando plazos. Ya vendrán tiempos mejores, creen. El presente "peor" tiene una razón de ser... El futuro dibujado que no disfrutaran. "Lucesitas montadas para escena..." decía Silvio Rodriguez, cada vez que entonaba La Maza.

Pagan servicios del primer mundo pero siguen recibiendo los mismos que del tercero que, hasta hace poco, lo pagaban subsidiados. Según ellos, abonan cifras infladas para el bien(?) de todos. Una ridiculez mayúscula, que como tal, no tiene explicación alguna. Lo más gracioso es que mantienen su impávido rostro cuando alguien les recuerda que la promesa electoral desligitimaba un tarifazo. Como así también inflación, devaluación, eliminación de impuestos, déficit fiscal, educación, fútbol gratis y otras elucubraciones más. Todas ellas promesas de picolé puesto al sol.

Nada de lo que dijo cumplió, nada. Y, sin embargo, Los inocentes se esconden tras el muro del silencio. Ya no hay argumentos para refutar la realidad. Todo vuelve... Siguen esperanzados en que algún juez encarcele a alguien, para poder desgañitarse gritando que tenían razón. Que por eso votaron lo que votaron. Cada vez que le preguntás, cuál de todas las medidas que su votado gobierno tomó, favoreció a los trabajadores, huyen por la tapia del fondo lastimados con los vidrios recortados.

Al menos estos no roban, dicen tan estúpidamente como cada vez vez que le dicen ladrona a la presidente de mandato cumplido. Cada vez que alguien defiende algo que no les gusta dicen que sos K, planero, militonto y otras sandeces de ocasión, más nunca un argumento. Panamá Papers no es robar, es plata privada. Correo es un negocio particular. Avianca y Fly Bondi son emprendimientos privados. Pero da la casualidad que el apellido del elegido aparece en esos emprendimientos, negocios y evasiones. Rara manera de mirar delitos de los corderos que se animan a hablar.

Raro, todo raro... Nada les conmueve... El odio mató sus neuronas... Zombies, para eso cambiaron...


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