31 de enero de 2017

Una cena


Por segunda vez fui invitado a una cena de fin de temporada de la Federación Tucumana de Básquet...

Agradecido sin dudas. Aunque me resultaba extraño. La primera vez, entendí que era para entregar una distinción a mi hija, como integrante del cuerpo técnico de un seleccionado tucumano.

Primera vez que una mujer dirigía en un Argentino de Básquet ... De varones. Aquella noche, por ese momento y con el broche de qué Fernando Duró la invitaba a integrar el staff de su campus, fue mágica

No había razones de ése tipo en Diciembre pasado, tal vez por eso mi extrañeza. Pero dejé que fluyera. Y otra vez sorpresas

La predisposición del presidente Urueña detallándome ambiciosos proyectos para la temporada 2017. El tema del básquet en las escuelas es un viejo sueño. Y el juego de eliminatorias para el Mundial en Tucumán, ni te cuento.

Mucho laburo hará falta para lograrlos, pero si el entusiasmo para enunciar los proyectos se traslada a la acción, nada parece imposible, aunque lo económico será un hueso duro

Segunda sorpresa: el discurso inicial de Rubén Urueña. Juro que no hay ego en mi relato, pero el ser el único periodista nombrado en el mismo, resaltando mi crítica de años hacia la dirigencia como algo a ser tenido en cuenta para corregir errores, me convenció sobre mi prédica.

Me trajo a la memoria los desencuentros con el papá del actual presidente. Jamás personales, pero si de conceptos por un deporte magico que él a su manera y yo a la mía amamos sin dudas.

Mesa compartida con Nacho Golobisky, Gustavo Paz (hoy presidente de la ATB), Pedrin Getar y el enorme Pedro César Figueroa, quién se ocupó de llenar la cena de anécdotas llenas de básquet.

A los postres vino la tercera sorpresa y fue la entrega de una distinción al gran Checha... La organización no se dió cuenta que el distinguido fui yo al hacer la entrega de un recordatorio a semejante crack.

La sobremesa se estiró en la vereda de la taficeña esquina de Alem y San Martín. Agradecí la invitación y me puse a disposición. Martín Ayusa me respondió: "vos seguí escribiendo en el blog..." Cumplí Martín, un mes tarde, pero cumplí.


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