10 de julio de 2010

Crónicas mundiales - Parte 9



Habrá nuevo campeón del mundo. Holanda zafó con los justo ante Uruguay y va por su tercera final. España jugó al fútbol y le dio un peludo a Alemania.

De naranjas o de furia: Holanda ganó todos los juegos. España, apenas, perdió uno y en primera ronda. Holanda, con Uruguay, ganó con algo de susto y Brasil le perdonó la vida... así le fue a los morochos. España, salvo la semi con Alemania, no había jugado bien el todo.

Llegan los dos mejores? Si, pero... Siempre hay un pero. Brasil se durmió diez minutos contra los naranjas y pegó la vuelta. Si esos diez minutos no hubiesen existido, Holanda era fiambre. Pero lo que no ocurrió no es real y como decía Perón... "la única verdad es la realidad".

España es la reivindicación del juego asociado, del tiki-tiki, de la estética y de la paciencia, asentado en el concurso de 6 ó 7 jugadores que respiran un mismo estilo en el Barcelona. Holanda, por su parte, es dependiente de Robben y de Sjnaider en su juego ofensivo pero su racha ganadora (lleva 14 sin derrotas) se asienta en el orden y la solidaridad.

Falta el último paso para ambos. El domingo a la tarde habrá nuevo campeón.

El Ruso, Latorre y el resto:
La cobertura del Mundial ha tenido de todo, periodísticamente hablando. Pasman con aires de vedette. Niembro funcional al sistema, como siempre. Fantino en su rol de Jorge Rial del fútbol. Ruggeri haciendo de Ruggeri, igual de bruto que en una cancha. Quijeiro haciendo payasadas junto a Paolowski. Tití Fernández preguntado sin preguntar. Palacios haciendo de cancerbero de Maradona y Pagani, lamento decirlo, cada vez más devorado por el personaje, más allá del enorme periodista que es.

Notas con hinchas de otros sitios, a la salida o entrada de la cancha, nos disparan un deja-vu de mundiales que ya vimos. Para colmo, la eliminación de Argentina, derivó en una innumerable cantidad de informes pretendidamente didácticos buscando una explicación al retorno anticipado.

En medio de tanto despliegue, tanto programa y de tanto informe apenas hubo dos bálsamos periodísticos, el Ruso Verea en ESPN y Diego Latorre en las transmisiones del canal público. Verea dictó cátedra cada vez que tuvo la palabra sin guardarse críticas a quien lo mereciere y con un discurso desde fuera del negocio aunque brinde servicios para la cadena estadounidense.

El ex-10 de Boca Juniors rompió el molde de los jugadores devenidos en comentaristas, quienes, hasta aquí, estaban para avalar los dichos del relator. Latorre contó todo lo que la tele no te permite ver y desde su conocimiento de jugador desmenuzó los partidos para que lo entendiéramos todos.

Dos entre la multitud que viajó es poco. Pero bueno algo es algo. No todos son Niembros, gracias a Dios.

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