11 de julio de 2010

Crónicas mundiales - Epílogo


Y fue de España nomás. Del que intentó jugar siempre. Del que hizo del toque y la paciencia sus dos mejores virtudes. En los `90 Holanda también pudo haberlo ganado.

La copa gallega: Para mi es justo y está bueno que lo sea. Creo desde siempre que el que intenta jugar sin que la bola se levante a 10 centímetros del suelo merece ganar. Esto no sucede habitualmente. A veces con otras armas otros han ganado y los adoradores de ese estilo lograron que "el ganar como sea" se convierta en una cuasi verdad.

España, más allá de ganar una primera copa mundial, ha reivindicado un estilo, una manera de jugar y de sentir este deporte. Un millón de toques a ras del suelo intentando buscar o crear huecos para definir con una paciencia tibetana, ha significado que la mayor posesión sea patrimonio español.

Y, cuando un equipo mantiene más tiempo el balon en su poder, es lógico que el rival no lo ataque. Si eso no es defenderse... ¿La defensa dónde está?. Esto tira por tierra la teoría de colgarse al travesaño para ganar mostrando que ese estilo cuanto menos es indigno y antinatural como método para obtener un triunfo.

Xavi fue un pulpo y Xabi Alonso, su socio. Iniesta fue un conductor por donde pasó la creación del juego y el ritmo. Ramos fue una rueda de auxilio que juega. Capdevila hizo surcos por el costado izquierdo y David Villa conquistó los goles.
Además Piqué y Puyol sacaronn todo y Casillas se atajó todo. Altos niveles de rendimiento de todos ellos en los dos partidos más importantes, semi y final. Antes de eso sólo hubo atisbos de buen juego y mucha irregularidad en lo individual. Sumando y restando, España se quedó con el título merecidamente.

Segundo también sirve:
Holanda fue digno, muy digno aunque en varios pasajes haya sido violento. La patada de De Jong a Alonso fue criminal y mereció roja de una. Más alla de eso jugó como pudo ante un rival que monopolizó la posesión. Sin embargo, cade vez que pudo cortar el juego español partió de contra con mucha velocidad. Robben, en la más clara del partido no pudo convertir ante el desparramo de su humanidad que intentó Iker Casillas. Pudo haber abierto el marcador antes que España, pero terminó con uno menos y terminó perdiendo.

En lo que ganó fue en hidalguía. Con el dolor de la derrota en sus rostros armó la calle aplaudiendo a los campeones cuando estos regresaron de recibir la copa y sus medallas. Igual que Robin Van Persie que devolvió la pelota a los españoles cuando fue a ejecutar un corner a favor. Seguro que Bilardo o Niembro lo destinarían a Siberia si fueran los entrenadores del equipo.

El fútbol y la vida: Se terminó el Mundial y todo vuelve a la normalidad. En realidad la normalidad no se perdió porque se hayan jugados unos cuantos partidos de fútbol. Ni tampoco se murió gente porque Argentina no fue campeón como presagiaban los agoreros de siempre, tras la tragedia nacional que significa un resultado deportivo en contra.

Y si los Kirchner pierden o ganan el año que viene tampoco tendrá que ver con el retorno anticipado de la selección de Diego. El fútbol, muchachos, es un juego apenas y no nos hace mejores ni peores que la selección pierda o gane. Argentina sigue siendo más o menos lo mismo que hace 30 días atrás... Un abrazo

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