6 de septiembre de 2009

Y si no vamos... que?


La teoría de la catástrofe nacional está instalada por los medios si es que Argentina no clasifica para el Mundial de Sudáfrica. El juego del equipo,la frustración y la nube de humo. Todo se mezcla.

Catástrofe: Suceso desdichado en el que hay gran destrucción y muchas desgracias y que altera gravemente el desarrollo normal de las cosas.
No clasificar un mundial de fútbol puede ser un suceso desdichado, deportivamente hablando y nada más. No va alterar gravemente nada y mucho menos el desarrollo normal de las cosas.

Ningún habitante de este país verá su vida alterada porque el seleccionado nacional no consiga llegar a Sudáfrica 2010. Y, es altamente peligroso, que los medios dedicados al deporte vendan humo instalando una psicosis general sobre las siete plagas de Egipto que asolarán estas tierras si los integrantes del equipo ven el Mundial por la tele.

Aunque para esos medios fuese un desastre económico, para el resto de los seres que caminamos por nuestro país no lo será porque cada uno de nostros ya trae desde la cuna el desastre económico incorporado. Tampoco será un desastre deportivo. Argentina no concurrió a México '70 y no hubo gente que se arrancara los pelos por tamañan tragedia.

El que se perdería una cortina de humo irremplazable sería el Gobierno, porque el futbol es como el opio de los pueblos para los argentinos. Además los conductores de este país verían con malos ojos que la única alegría de la población se diluya y que empiecen a desviar la atención para las cosas verdaderamente importantes.

Una vez consumada la derrota con Brasil, todos comenzaron a hablar de números. Que ganó este, que ganó aquel, que si ganamos el próximo, que el repechaje asegurado, que pi por radio al cuadrado... Otra vez la discusión se centra en lo anecdótico, en lo perimetral, en lo que no importa.

Argentina desde que se fue Bielsa no juega a nada. Bielsa no dejó muchos amigos, pero si algo sabíamos de la selección era sobre su identidad, con adeptos y detractores pero el que se sentaba frente a la tele tenía en claro lo que se iba a ver.

Pekerman, el "Coco" Basile y el Diego no consiguieron darle forma al rejuntado de apellidos ilustres. Que poco tiempo, que no se conocen, que no jugaron juntos, que no conviven y por lo tanto no juegan. Señores, la Argentina no juega porque su conductor no sabe como hacer, hasta aquí. Es duro decirlo del más grande de todos los tiempos.

Messi juega mejor en la play y en el Barcelona que en la selección. Teves juega de espalda y corre defensores. El Kun es el yerno del capo. Domínguez - Otamendi son para Velez. Verón, en medio de este lío, se reivindica. Zanetti, sigue igual. Mascherano corre y jugamos sin diez. Porque el fútbol "moderno" indica la desaparición organizada de los que arman juego.

Todo es así en la selección. Anarquía e individualismo. Poco juego asociado y cero gol, porque después del Bati... la nada misma. Maradona eligió jugar con dos volantes delanteros, Maxi Rodríguez y Dáttolo para tirar centros, ¿ayudados? ambos por Heinze. ¿Para quién tiraron centros? Encima contra dos defensores que cabecean hasta aviones como Lucio y Luisao.

Nada está claro. Ni el mensaje de los medios ni el del director técnico. Los medios porque no se animan a criticar abiertamente por no dañar al ídolo de todos los tiempos y éste porque, hasta aquí, no demuestra tener uñas pa' la viola.

Si vamos, todo bien. Si no, no pasa nada. José seguirá ¿gobernando? Nestor continuará con sus peleas. Grondona seguirá en la AFA. La presidente se seguirá empilchando bien. El Dengue volverá. Y nosotros, mañana, nos levantaremos a la misma hora para ir al yugo. Como antes... como siempre.

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