6 de septiembre de 2009

La verdadera selección


La de básquet sigue brindando alegrías. En los últimos diez años jugó todos los mundiales y fue oro olímpico. Sin embargo, la otra, es más noticia aunque pierda.

Cuando armaban las valijas para ir a Puerto Rico seguro que hubo incertidumbre. Cinco titulares de la era dorada no iban a poder jugar el premundial en tierra boricua. Ginóbili, Nocioni, Herrman, Delfino y Oberto, por distintas razones se bajaron de la convocatoria.

Para colmo el base titular no aseguraba su participación porque por ese entonces arreglaba su incorporación al Real Madrid. Pero Pablo Priggioni brindó tranquilidad asegurando su inclusion en el equipo, aún, antes de poner la firma en el nuevo contrato. Para colmo su sustituto, Juanpi Figueroa, se mancó por lesión. Hasta el más optimista prendió una vela ante el panorama oscuro.

Perdió los dos primeros juegos ante Panamá y Brasil esperando la puesta a punto de Priggioni, quien no jugaba desde hacía mucho. Pero, una vez más, el carácter, la concentración y el corazón de león hicieron el resto. Seis triunfos en fila lo pusieron en semis ante el local Puerto Rico. No llegó a la final, pero se quedó con el bronce apabullando a Canadá, el cuarto clasificado a Turkía 2010.

Priggioni, fue el mejor base y el mejor pasador. El enorme Scola se quedó con el podio de goleador y con el MVP, en triunfos individuales destacados. Pero lo mejor volvió a ser el equipo a pesar de que su juego giró alrededor de la producción del base cordobés y del pivot de Houston.

Diez años no es nada, mucho más cuando esta selección de básquet se mantiene entre los cuatro primeros de América y del mundo.
Creo que vale un aplauso cerrado de pié hasta que las manos queden enrojecidas.

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