25 de noviembre de 2008

La "tragedia" nacional


La mediocridad que nos aqueja quedó reflejada post Copa Davis. Otra vez el deporte nos hace "infelices" y lo medios fogonean el mal momento deportivo.

Es eso y nada más. Apenas un mal momento deportivo. Nadie va a morirse porque los gallegos se hayan llevado la ensaladera de la davis. Es más... a cuantos argentinos les interesaba realmente esta copetencia?

La "necesidad" fue inculcada por los medios. A ningún hincha de Atlético o San Martín, por ejemplo, les debe haber importado la final del torneo más allá de la hora del almuerzo dominguero. Los "cirujas", no veían las horas de partir hacia La Ciudadela para ver a su equipo frente a Boca. A los de Atlético, por su parte, lo único que le interesaba de Mar del Plata era la presentación del "deca" frente a Aldosivi, 24 horas después.

Desde mi costado de simple observador (mi conocimiento de ese deporte no es todo lo amplio que se necesita) me parece que se escapó la tortuga. Que algunos tomaron decisiones equivocadas y que el público se comportó mal, pero no mucho más que en finales anteriores disputadas en otros países. El público local siempre presiona.

Se escapó la tortuga porque a lo largo del mandato Mancini no se consolidó una pareja de dobles (uno de los pocos errores del capitán) y que para esta oportunidad fue un punto clave. Entre los que tomaron decisiones equivocadas están Del Potro que fue a Shangai a jugar el Master y llegó todo estropeado a Mar del Plata. Ahora... ¿como se hace pa' decirle a un pibe de 20 años que no vaya a su primer torneo de maestros? El tipo fue y así le fue en la Davis.

Otro que tomó una decisión equivocada fue Nalbandián. No a la hora de jugar sino a la de contestar preguntas en la conferencia de prensa. Un desatino que el pedido de disculpas posterior sonó más a oportunismo que a arrepentimiento y casi nadie se lo creyó. Si hasta adquirió una pose de vedetonga de TV al no contestar las preguntas que el realizaron en inglés.

Dejo para el final a la prensa, ámbito en el cual el único que volvió a mostrar capacidad, conocimiento y mesura fue Gonzalo Bonadeo. Un escalón abajo "Guille" Salatino, que no le importó los pergaminos y le pegó duro a Nalbandián en el incidente idiomático con la periodista canadiense. El resto patinó a cada rato y mucho más con el resultado puesto.

"Rializaron" la situación y para conseguir raiting y más números vendidos salieron a hablar que Del Potro sale con la Salazar (cuantos de ellos quisieran salir con Luli?) Que los jugadores se trompearon en el vestuario, que Nalbandián fue a menos porque no se jugó en Córdoba y que le manejaba las decisiones a Mancini. Si hasta el impresentable Luis Ventura habló de la Davis.

Además todos crearon el monstruo en la previa subiéndose al caballo del triunfo que no se había producido, pero que se iba a producir tras la deserción de Nadal, la elección del piso y porque se jugaba en la Argentina. A las seis de la tarde del domingo ya hablaban del golpe al corazón y de las gansadas enumeradas más arriba.

Los argentinos no tenemos cura... somos únicos y muy pelotudos. Mientras todos llorábamos por los rincones tras la "tragedia" consumada, el INDEC no seguía mintiendo. A Moreno y De Vido ni se les ocurría renunciar. Los municipales tucumanos seguían patoteando automovilistas y motociclistas... etcetera, etcetera

PD: Un aplauso para la agrupación "Libres del Sur" que empapeló Mar del Plata con afiches repudiando la decisión de Scioli de gastar un fardo para que se juegue la Davis en Mardel antes que atender las inumerables necesidades por las que pasan lo bonaerenses.

1 comentario:

DanielGS dijo...

Y nosotros nos creemos cancheros. Los gallegos nos terminaron gastando cantandonos en la cara el "Vamos vamos Argentina, vamos vamos a ganar". Se nos cagaron de risa.