2 de junio de 2008

Mundial '78, el que viví... el que analizo


Todos lo "queríamos ganar". "25 millones de argentinos ganaremos el mundial..." decía el tema oficial, sólo que algunos lo jugaban a su manera y otros no lo jugarían nunca.

A la tarde-noche comenzábamos a caer de uno en uno a la carnicería del Gallego Pepe en Bulnes y Castro Barros. Eran nuestro ámbito de polémica sobre el único tema que importaba. Tras el jueg con Francia me preguntaron sobre Olguín tras el baile que le dio el wing izquierdo Didier Six. "Seis o siete puntos", dije cuando me preguntaron sobre su rendimiento y los fundamentalistas de Pernía me saltaron al cuello con el dueño del local a la cabeza.

Los medios bombardeaban con información futbolera que nosotros consumíamos con devoción. Lo verdaderamente importante salía chiquito a dos o tres columnas, casi al pie de página. Enfrentamientos y muertes. Los "zurdos" seguían haciendo de las suyas, pensaba. Que no saben que se está jugando el Mundial?. "Hijos de puta", pensaba, pero los hijos de puta eran otros.

No se entendía que el Flaco Menotti y sus muchachos fueran el lado bueno de la matanza; no se entendía que fueron cómplices y, eso, no era así. Ni Videla cabeceaba en los centros, ni Massera metía desbordes. Durante mucho tiempo se pensó que ese triunfo fue elucubrado así por la Junta Militar.

Será por eso que el escarnio popular condenó al seleccionado campeón, apenas se empezó a conocer algo de la verdad. "No puede ser que no supieran nada", decía el periodismo progre post Alfonsín. Cuando ellos mismos, por miedo o seguridad, se habían callado lo que sí sabían. Mala prensa pasó a tener aquel logro y yo también me convertí en crítico acérrimo.

Si en la carnicería de Pepe hubiéramos sabido que a un tal general Omar Actis un comando se lo llevó puesto a la salida de su casa en en la localidad de Wilde, tal vez no le hubiéramos dado tanta pelota al torneo. Actis quería un Mundial austero, sin TV color y sin estadios nuevos, mientras que su segundo, el Almirante Lacoste quería tirar manteca al techo. A los "Montos" le cargaron el muerto. Dicen que Inteligencia del Ejército sospechó que fue un comando de la ESMA. Al tipo lo mataron dos días antes de la conferencia de prensa donde pensaba decir cómo iba a ser la cosa.

El Mundial le quedó servido para Lacoste, a pesar de no ser designado como el capo del Ente Autárquico Mundial 1978 (¡que nombre eligieron los milicos!). Nombraron a Antonio Merlo, un general que después fue gobernador de Tucumán en sus momentos de sobriedad. Pero Lacoste manejó la billetera. 700 palos verdes gastó el tipo.

Nosotros, en la carnicería, sólo queríamos que no se lesionen Kempes o Passarella, que Fillol las sacara a todas, entre otras cosas. Y que ganen, para que tener motivos valederos para empujarse un blanco con mirinda. Así me fue con la vesícula. Tanta influencia tuvo Lacoste que dicen que lo puso a dedo al Beto Alonso cuando ni figuraba en los planes del técnico. El Beto y Jota Jota López le habían hecho un corte de manga a la selección para jugar con River la Libertadores y el Flaco Menotti los borró de un plumazo. Lacoste, "gallina" de corazón, no aguantó ver a "su" crack fuera del Mundial.

Si en la carnicería hubiéramos reparado en las declaraciones de Don Dante Panzeri, por lo menos habríamos sabíado con qué bueyes harábamos. “... El Mundial del ´78 no se debiera realizar en Argentina por las mismas razones que un hombre, que no tiene dinero para ponerle nafta a un Ford T, no debe comprarse un Torino. Si lo hace es porque a alguien le está robando...Todos los orígenes doméstico-infantiles de nuestros acostumbramientos a vivir afanándonos a nosotros mismos, determinan que queramos hacer el Mundial del ´78, aún a sabiendas que nos va a ir muy mal, especialmente si lo ganamos. Porque lo vamos a ganar al estilo del Martín Fierro y el viejo Vizcacha, o de Bairoleto y el “Pibe Cabeza”, delincuentes comunes con los que ya tenemos fabricado el mito de la delincuencia bondadosa, que también apoya el acostumbramiento nacional a robarnos a nosotros mismos... ”. Un sabio, el tipo y así nos fue. Después nos creímos los mejores del universo porque le ganamos a Holanda en el alargue.

No vinieron el alemán Paul Breitner y el mejor de aquellos tiempos, el holandés Johan Cruyff, quienes se negaron a participar por motivos políticos, aunque esos motivos nunca se hicieron públicos hasta mucho tiempo después. Ningún medio citó las verdaderas razones de esas ausencias. Nosotros, en lo de Pepe, apludíamos la decisión de esos dos "cagones". Tampoco nos enteramos que los holandeses no quisieron compartir el palco con los miembros de la Junta Militar en la premiación y, que un día antes de la final, habían estado con las "locas" de Plaza de Mayo.

Perdimos con el Italia de Caussio, Rossi y Béttega y fuimos a Rosario. Los tucumanos disfrutamos ese traslado. Allí jugó Julio Ricardo Villa, el de Atlético. "Dios" le decían los hinchas "decanos" por sus "milagros" deportivos, pero también por su barba que lo asimilaba a Jesús. 2 - 0 a Polonia, 0 - 0 con Brasil y el 6 - 0 a Perú, clasificatorio a la final con los holandeses. Si de alguna trampa comenzamos a sospechar fue tras aquella goleada. "Los apretó la Junta", "300.000 dólares nos costó"; fueron algunos de los rumores, nunca comprobados por cierto. Éramos finalistas.

Para algunos de nosotros ya se había convertid en un rito ir a la casa de "Manguera" a ver los partidos y, a la hora de la final, ya era una cábala asumida. Sabiondos de esquina, ignorantes supinos, futboleros de ocasión, inasistentes a los estadios, burlistos y charlatanes y, algunos que sabíamos algo. Aunque parezca algo soberbio siempre supe algo de esto. Aunque le haya puesto seis o siete a Olgúin, tras el baile de Six.

Del 1º al 25 de Junio del '78 se consumió futbol, se habló de fútbol y se murió pero no por el fútbol. Unos los usaron de pantalla para humanizar el terror implantado por el gobierno militar. Otros lo usaron para hacer plata. Otros lo usaron para sentirse más argentinos.

La muerte del hermano de Leopoldo Luque. El vendaje del mellizo Van De Kerkhof. Los pulgares levantados de Videla. El Gordo Muñoz despotricando contra la campaña antiargentina. Las solapas levantadas del Flaco Menotti. Los parabrisas con la frase "los argentinos somos derechos y humanos". Las Madres de la Plaza de Mayo. La gente festejando en la plaza Independencia. El periodismo forro calificando como el mejor gol del Mundial al segundo de Kempes en la final a pesar de haber sido una conquista estéticamente fea.

En la ESMA, a unas cuadras del estadio de River, muchos compatriotas ni se enteraron de un Mundial de Fútbol. Pero si hubo un Mundial y... lo ganamos. No debemos avergonzarnos del logro deportivo.

En Bulnes y Castro Barros festejamos con el consabido vino blanco con mirinda, solo por el logro deportivo. De la matanza nunca nos enteramos hasta un tiempo despues.
Y me dio bronca...

2 comentarios:

DanielGS dijo...

Angel,
Gracias por la nota, me entere de algunas cosas de las cuales no tenia idea.

Dejame remarcar algunas cosas:

1. Si el gobierno militar se habia propuesto que Argentina saliera campeon e hicieron todo lo que habia que hacer para conseguir el resultado que ellos querian, como pagarle a los peruanos, etc. ¿Se podria decir que los militares fueron un gobierno Bilardista?

2. Yo tenia el disco del mundial, que en un lado tenia grabado la narracion de los goles a Holanda. Lo que yo recuerdo es que la letra decia: "25 millones de argentinos JUGAREMOS el mundial". Estoy seguro que no decia "ganaremos". Igual, todavia tengo el disco y cuando vaya a casa podriamos chequear, no? (Todo en honor a la veracidad periodistica).

3. La frase "el mito de la delincuencia bondadosa" es fabulosa. Si es tuya, te felicito; si no es tuya, igual gracias por ponerla. Es mortal.

4. Lo mas importante: los espacios en blancos que dejaste entre los parrafos son lo mas de lo mas; como decia Olmedo: pipicucu.

Un Abrazo

Daniel

Dos cortas una larga dijo...

La Junta bilardista mmmm... no está mal.
Con respecto a la canción... tenés razón. Decía jugaremos.
Si la frase citada fuera mia sería, cuanto menos, secretario de redacción de algún diario. Es del gran Dante Panzeri.
En el tema de los párrafos le hice caso aun tipo que sabe una bocha de ese tema y que vive en la capital del mundo.
Un abrazo.