2 de abril de 2008

Los responsables de siempre





La violencia en las canchas nos involucra pero las soluciones las deben dar los organismos de seguridad. Para eso cobran, para eso están.


Es verdad que en este lío estamos todos, pero es rídículo pensar que el ciudadano común puede hacer algo o aportar algo. Por ahí escucho a periodistas decir que el resto de lo que vamos a las canchas debemos involucrarnos y, al menos, señalar con nuestro dedo a los delincuentes que provocan desmanes. Como en el partido de San Martín-Talleres, en La Ciudadela cuando un jugador del visitante recibió un proyectil desde la tribuna de la calle Pellegrini, el comentarista muy suelto dijo: "el resto de los que se encuentran en la tribuna deberían atraparlo y entregarlo a la policía". Lo quiero ver a él persiguiendo al agresor por la tribuna. Algunos periodistas parecen que viven en un tupper con sus consejos. Ellos conocen de nombres y se los callan y pretenden que los ciudadanos anónimos asumamos responsabilidades que no tenemos. Desde el canal oficial del fútbol, salvo la voz de Gonzalo Bonadeo es respetable, el resto patina de lo lindo.
La única parte de responsabilidad que veo en el humano normal que va a la cancha es que le festeja cuando los energúmenos se pelean con otros que insultan a nuestra divisa. Cuando aguantan los trapos, como se dice en el lenguaje tribunero. O aplaudirlos cual héroes cuando ingresan al estadio. Pero ojo, también he visto al humano común agradecerle por la protección en otras ciudades donde son atropellados por la policía de esas localidades o cuando los hinchas locales se quieren pasar de guapos. Muchos de nosotros en el Mundial de México '86 vitoreamos a los barras cuando molieron a golpes a los hooligans ingleses en una ensalada patriotera que mezclaba fútbol, guapeza y el fracaso de Malvinas.
No seremos muy responsables pero tampoco seamos tan hipócritas.
En realidad, la verdera responsabilidad es sólo política y dirigencial. Unos, los dirigentes creyeron que iban a poder dominar a esta caterva de energúmenos y ahora son ellos los que los dominan, paseándose como dueños por el club de sus amores y hasta son premiados con puestos de empleados.
Los otros, los políticos no se calientan ni a palos por sancionar leyes más duras y no se preocupan por moniterear que se cumplan las que están vigentes. Claro todos sabemos los contactos que los delincuentes de las tribunas tienen con los políticos. El gobernante de turno en definitiva, es el que posee el poder porque maneja a la policía. Esa policía que cada vez parece más ausente a la hora de brindar seguridad. El gobernante es el que debe ordenar que esto se termine y debe bajar las órdenes para que se cumplan y si no se cumplen borrar de un plumazo a los policías que tranzan con los barras. Pero como mandar en realidad a ralear a tipos que después el político usa en sus actos y en las campañas como elementos de choque o como ejército pintor de paredes.
Hasta aquí la policía ha sido cómplice de los delincuentes porque tampoco es necesario que le bajen las órdenes. Ellos son los encargados de cuidar a la gente. No hay que pactar, porque hoy se pacta y mañana muere uno y ese uno, casi siempre es de los buenos. Hoy se pacta y hay una zona liberada para que dos grupos se maten a golpes delante de todo el mundo y con la mayor impunidad como el domingo pasado en el estadio José Amalfitani, o como cuando los barras de Boca emboscaron a hinchas de Chacarita en un entrenamiento.
Un movilero de Rivadavia, el domingo pasado, advirtió sobre la probabilidad de enfrentamientos porque unos de los grupos ya estaba ubicado en la cabecera de la popular y otro, antagónico de aquel, estaba agrupada fuera del estadio. "Ojo que cuando entren los que están afuera puede haber lío", dijo. Ni la radio escucha la policía? Cómo puede ser que las fuerzas del orden no se hayan enterado de nada previamente? Cómo puede ser que conociendo los antecedentes de la hinchada de River no se haya realizado inteligencia policial.
Las respuestas a estas inquietudes asustan, tanto como los barras... a saber:
No se hizo inteligencia porque carecen de ella.
No se hizo inteligencia porque hubo una orden del poder político.
No se hizo inteligencia porque se pactó con los delincuentes
No se hizo inteligencia para que se arreglen entre ellos y se mueran la mayor cantidad posible así la policía tienen menos trabajo.
Y si... asustan las respuestas. Lo peor es que la solución no la tenemos nosotros

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