23 de abril de 2008

León, el del básquet





















A diez años de la muerte de Najnudel, su invento, la Liga Nacional de Básquet, late fuerte y produce jugadores que se lucen en el mundo. Marche un gracias eterno.


El que me conoce sabe que este juego es mi debilidad, que me importa más que el fútbol, que es más emocionante y que está por encima de cualquier camiseta. No soy hincha de nadie, soy amigo de muchos jugadores y de unos cuantos técnicos y de casi ningún periodista que se dedique a este juego.
Hay tipos a los que me hubiera gustado conocer, pero no de cholulo o, si se quiere, ni como periodista. Uno de ellos era León Najnudel. Tomar un cafe en el Bar El Dandy en Villa Crespo, allí donde elucubró la Liga Nacional. Escuchar y nada más que eso, una charla entre él, Adrián Paenza, el Viejo Grigoul y su niño mimado Julio Lamas. En una palabra... aprender.
Pero se que no voy a tener la posibilidad porque ese tipo que estaba adelantado unos cuantos pasos al resto de los que tenemos algo que ver con este deporte ya no está más... físicamente hablando. Se han cumplido diez años de su muerte. La puta leucemia le terminó torciendo el brazo a pesar que el tipo le hizo fuerza. "Esto es como sacarse el Loto, pero al revés..." decía de su enfermedad como haciéndole un corte de manga.
Aunque creo que mirando la liga, los jugadores en el exterior, el título olímpico de Argentina, la competencia interna, la cantidad de jugadores esta dicho y hecho mucho de lo que podía escuchar en una improbable mesa de café en el bar El Dandy conmigo como uno de los parroquianos.
"No estoy inventando nada, solo estoy copiando" dijo sobre la creación de la Liga y copió joya el tipo. La competencia florece cada temporada y se retroalimenta con la aparición de jugadores. De aquel proyecto todavía hay que encontrarle la vuelta al tema económico de los clubes y al acondicionamiento de los estadios aunque sería bueno reconcer que en esto se mejoró bastante.
León puso la piedra basal de la Liga y le ayudó a caminar en los primeros años. Nosotros, los que usufructuamos de esa visión debemos, desde el lugar que nos toque, rendirle homenaje al "Ruso" con laburo e ideas.
No sólo debemos rendirle homenajes los 22 de abril. El se merece mucho más.

Por si las moscas: Debí subir esta nota ayer, pero me ahorcó el reloj de posesión. Perdón don León

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