Cita con el vampiro

Así le decíamos en la redacción de el periódico. Daniel García Suárez, talentoso diseñador que vive en "the big apple", que no trabaja de tal y con el que hablamos de la vida durante cinco horas junto al "Negro" Gambarte.

Ahora tiene un acento extraño, pero la risa es inconfundible. Tiene menos pelo pero tiene mas vida. La crisis de principio de siglo lo transportó al primer mundo y,a puro esfuerzo, puso de espalda al gigante y le ganó su batalla. La de la subsistencia, la de la capacidad... la de la vida.
Pregunta, pregunta, pregunta. Opina, explica, cuenta, se rie, se pone serio. Alaga, alaba, cuenta experiencias.
Se sorprende. Dice que no puede entender que no laburemos de lo que nos gusta. Que si estuviéramos en algún diario dirigido a la comunidad latina de EEUU (40 palos de habitantes), seríamos Gardel.
Le decimos que somos grandes (yo más que el negro). No entiende de razones estúpidas. Las selecciones de personal de "su" lugar son de otra manera. Están prohibidas "las fotos actualizadas" que se solicitan en los avisos argentinos. No se pregunta sobre religiones ni gustos sexuales. Claro, "alla" la ley funciona y las que castigan la discriminación ni te cuento. Las selecciones pasan por la experiencia y los estudios.
Saltamos de un tema al otro. Indago sobre comida y me cuenta que todo el mundo morfa afuera, que se cocina poco, que lo social pasa por ir a comer y que es un gastadero de guita. "Si querés ahorrar no salgas a comer", indica como una solución.
Dos cervezas, una picada, un emparedado, un mozo conversador, grande de edad, lento para atender pero con la experiencia suficiente como para que no nos enojemos cuando se demora. Saco un rompevientos, algo me molestaba, había refrescado pero la charla me distrajo y no reparé en el frío que me hacía. De la calle pasamos al interior del bar careta (primera vez que entraba). Un te de manzanilla y dos cortados en jarra y la charla que se realimenta. Nos trasladamos al deporte. Cuenta anécdotas deportivas y climatológicas. Cada vez que fue al Giants Stadium al tipo le pasó algo. Supuesto terrorista en el colectivo que viajaba provocó un operativo policial que lo hizo perder el primer tiempo de un partido de fútbol. Lluvias, nevadas furiosas, regresos caóticos... siempre le pasó algo.
Nos tira ideas para que volvamos al ruedo. Nos aconseja y a la vez nos compromete. Para él no es quimérico y nosotros no lo contradecimos aunque sabemos que sí lo es. No vale la pena una discusión sobre posibilidades laborales. Es mejor aprovechar el encuentro.
Pasamos mucho tiempo sin vernos y reitera invitaciones. "Ahorren para el pasaje, casa y comida tienen asegurada". Animate, me dice... me moriría si van, afirma con entusiasmo.
"Pago los tickets y vamos a ver básquet en el Madison". Me moriría yo, si se diera...
Aunque me asustaría ir a eventos deportivos con él. Siempre le pasa algo...
Una y cinco de la mañana. Nos despedimos en la puerta del bar careta. Abrazo largo y el tipo que no para de agradecer porque acudimos a la cita y no sabe que nosotros también agradecemos por el encuentro.
Camino dos cuadras para buscar la moto. Hacía rato que no conversaba tanto. De pronto me imagino viendo un juego de la NBA en el Madison, en primera fila pisando el parquet, frente a los bancos...
Acelero en la moto el viento frío me trae de nuevo a la realidad.
Cierro la nota... me voy a ver Talleres de Tafí Viejo en la Liga C.