11 de mayo de 2007

Grande cabezón

Hace casi un año Daniel Aldé partía en búsqueda de su última nota. No va a volver, pero siempre va a estar cerca

Ni siquiera fui a su velorio. Pero no me siento un ingrato...
Me dolió mucho verlo perder batallas ante esa enfermedad hijaeputa. Trabajo en la Obra Social de Prensa y a cada rato lo cruzaba. Por eso, tal vez, no fui a despedirlo.
Una vez fuimos a cubrir Atlético con José Luis Ponce y creo que el rival era All Boys. El cuatro del conjunto de Floresta era el petiso Agli... era Aldé disfrazado de jugador. Desde ese día le clavamos Agli de apodo.
Era un productor de notas de puta madre. Cada vez que en el periódico necesitábamos algún apellido difícil para llenar el suplemento le tirábamos el muerto a él. No para complicarlo, sino porque sabíamos que con él zafábamos. Tanía un entusiasmo a prueba de balas y una insistencia idem.
Un capo, buena gente, sencillo, humilde y mal pagado. ¿quién no es mal pagado en radio? Ni en eso te sacaba ventajas.
Hay un misa en la Banda del Río Salí, el 14 de este mes, para recordarlo. No necesito poner cara de dolor ante la cruz para tenerlo presente.
Lo recuerdo y punto. Estas líneas humildes van en su honor
Aguante Agli

1 comentario:

Unknown dijo...

Cabezón, seguro que estarás preguntando todo ahí arriba y los estarás volviendo locos con tu voluntad pétrea de llegar a donde querías. Era un insaciable.
Todo le maravillaba y le sorprendía. Era un optimista de la vida. Era un niño. "Aquí andamos, tirando para adelante", decía cuando lo cruzabas y no quería martirizarte con su "pesada historia de vida" (y eso que le tocó un guionista peor que alberto Migré, eh?). Sin embargo, él seguía, tirando para adelante.
Una noche nuestro "querido jefecito", como le gustaba llamar al encargado de la sección, nos tira una que ...mamita!! "Tienen que hacer una nota al jefe de la barra brava de San Martín".. Y ahí fuimos con Aldé, en plena noche, más solos que zapato en el techo...nos entrevistamos con dos personajes que parecían sacados de una historia de gansters aunque ahí se parecían más a esos tíos buenos pero lejanos que uno suele tener en la familia que a los que dirigían a los más pesados hinchas.
El, con su habitual simpatía, rompió el hielo, acortó distancias y los hizo más humanos, más sencillos... hasta queribles. Nuestro jefe casi nos mata por la "notita" que trajimos cuando pretendía algo "más pesado"...
Es que con Aldé no se podía.
Espero que, como dice el Negro, consigas esa nota que fuiste a buscar. Seguro que sí... si vos no fallabas nunca.
Cuando llegue, mostrámela, así la editamos juntos. Como en los viejos tiempos, sí?...