14 de mayo de 2007

Tanto nadar....


El fantasma de la postemporada cubrió con su blanca sábana el Monumental y Atlético se quedó silbando bajito. El 4 a 1 no alcanzó y el penal marrado del final dejó una herida abierta que tal vez se cierre el próximo torneo.

Desde el naufragio en Madryn que Atlético venía a las brazadas limpias tratando llegar a la orilla. Cuando los calambres ya no le permitían pensar y las brazadas ya eran más espaciadas, Alejandro Arco, el árbitro del partido de vuelta, le arrojó un salvavidas cobrando un penal que, cuanto menos, fue dudoso. Sarría eligió igual receta que en el primer tiempo cuando ejecutó el primer penal y lo que debió ser, no fue.
Pero esta vez el final fue distinto, no por el resultado, sino por la reacción de sus hinchas. Hubo aplausos y reconocimiento al juego primero y a la entrega después.
Esta vez Atlético jugó, en el amplio y estricto sentido de la palabra. A la urgencia para obtener un resultado propuso juego, presión y actitud, en ese orden, Juego desde la zurda de Sarría, la derecha de Petrovelli , de López (a los 10’ había hecho más que Montiglio en todo el torneo) y “Palito” Manrique (no entiendo porque no jugaba). La presión de estos dos últimos más Aquino (el mejor partido en Atlético) y Ramírez Silva. Actitud de todo el equipo.
El conjunto de Barrio Norte maniató al rival y se puso 4-0 en el arranque del segundo y con un penal atajado sobre el final del primer segmento. Momento psicológico sublime. Ahora se viene la goleada dijeron todos por Barrio Norte.
Pero el fantasma desplegó su sábana blanca y, a pesar de todo lo bueno que había producido, Atlético no pudo terminar la faena.
20 años sin ganar un torneo es mucho para soportar. Muchas de esas veces la eliminación terminó en lío y reclamándole a dirigentes, técnicos o jugadores.
Esta vez no hubo qué reclamar. Esta vez el desempeño de los jugadores no dejó el pequeño margen para la bronca.
Esta vez los hinchas se fueron con la mirada clavada en el suelo. Contentos nunca, pero tranquis.
Cuando se pierde jugando bien no hay derecho al pataleo y, jugando de esa manera, alguna vez Atlético ganará algo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Sabés que me gusta como describís situaciones, pero creo que te quedaste corto en cuanto a lo que pasó el domingo pasado.
Sin embargo, me voy a reservar el derecho de opinar sobre lo que le pasó a Atlético y, más que nada, a sus hinchas.
Por otro lado, jamás me voy a olvidar de dos cosas: cuando descendió San Martín a la Liga y te mofaste con tu típica sonrisa socarrona porque, al menos, deberíamos esperar cinco años para volver a la B Nacional (donde todavía estaban Uds.) y de tu desfile con la camiseta decana debajo del traje de laburo, cuando Villa Mitre lo dejó afuera a San Martín por el primer ascenso.
No soy rencoroso pero ¿sabés cómo le dicen a Guillermo Brown? Marianela... lo eliminó al puto cuando estaba por llegar a la final.
Un abrazo... de despedida, hasta el próximo torneo.

PD: Y esta vez a ver si te animás a publicar el comentario.

Dos cortas una larga dijo...

Tu comentario es, al menos, desubicado, en especial al final del mismo. Esta no es página partidaria, sino pretendidamente periodística. Mi comentario fue el de un periodista y no de un hincha.
Te sugiero que los epìtetos del final te los guardes para algunas de las tantas páginas y blogs que abundan en la red. Como no me gusta la censura, igual permito tu desubicada opinión. Chau y que te vaya mas o menos