ANALISIS Y OPINION DESDE FUERA DEL SISTEMA SOBRE TEMAS DEPORTIVOS Y OTRAS YERBAS
28 de noviembre de 2015
Alguna vez hay que volver a ser...
San Martín pisotea su historia con una flaca actualidad...Dirigentes, jugadores y cuerpo técnico de escasa capacidad son los ingredientes de una sopa difícil de digerir.
"Uno busca llena de esperanzas..." la frase de un tango que se adecua a La Ciudadela. Ahí está, sacudiendo el polvo de los trofeos de su vitrina, porque no vinieron logros después de aquellos años lujosos.
Durante un tiempo y ascensos mediante, San Martín trató de parecer antes que ser. Apellidos sin historia en su plantilla y dudosas virtudes en los pies de los mismos. Dirigentes de pecho hinchado que no tuvieron, siquiera habilidad, para agrandar su masa societaria. Y mucho menos para que un proyecto de club abasteciera desde el Natalio Mirkin jugadores orgullosos de ser...
De una temporada a la otra el Santo compraba jugadores como se compran los huevos, por docena. Los empresarios, desde siempre, le comerciaron los apellidos sobrantes. Los que no tenían cabida en plazas más pudientes. A la vez que no advertían como todo el fútbol porteño le sangraba las entrañas llevándose los pibes que asomaban. Había que ser y para ser alguien los embaucaba diciendo que había que comprar.
Aparecieron una caterva de dirigentes que se llevaron puesto todo. Triunfos, sentido de pertenencia, el orgullo de gigante. Cómo habrá sido que hasta siniestros personeros se calzaron el saco de manda mases, prometiendo estadios lujosos. Apenas maquetas optimistas que no se convirtieron en cemento por que sus hinchas no llenaban la "cancha vieja", según los dichos de una dirigente.
Hasta eso tuvo San Martín. Dirigentes que metían miedo con su soldadesca de pecheras verdes. Guay con insultar a alguien, ya que pos-insulto te sacaban en andas del estadio y con la cabeza llena de chichones. Mi Dios las cosas que hicieron con semejante club.
Hoy, con un apellido ilustre al frente, sin el bolsillo generoso de su recordado padre trata, desde las carencias, armar una historia que motive. Antes que él, un ignoto apellido trató de capear un temporal desatado por un empresario asustadizo que escapó por la tapia del fondo, porque la brasa caliente le podía comer su cadena de super mercados.
Dicen que un periodista no puede escribir sobre algo que no puede probar... Pero puedo sospechar que al pobre Oscar lo dejaron sólo. Al menos, eso me parece. Su vida de funcionario no tenía demasiados sobresaltos. Por qué agarró viaje entonces? Alguien lo dejó sólo y mi intuición me hace mirar para la esquina de San Martín y 25 de Mayo. Estaré paranoico ?
Para la temporada que se avecina repite técnico. Un tal Tomatito, que anticipó que repetirá jugadores de la fracasada campaña anterior. "Fracasada campaña" no tiene que ver con que no ascendió, sino con su horrible propuesta futbolística ejecutada por unos apellidos impresentables. Cómo puede ser que esos apellidos se repitan? Cómo van a hacer para seducir a su gloriosa hinchada ?
Por qué el tal Tomatito no baraja y da de nuevo. Por qué San Martín institución no sale a buscar en el Tucumán profundo algunos que seguro le van a servir. Por qué hacerse esquilmar el poco dinero por tipos que no le van a aportar nada y que ya fue comprobado. Nadie va a aportar un ápice de cordura? Nadie la va a poner bajo la suela y va a leer la cancha?
Alguna vez hay que recuperar la identidad. Alguna vez hay que recuperar el orgullo. Alguna vez habrá que volver a ser "pretenciosamente" el Gigante del Norte. Alguna vez habrá que levantar la frente.
5 de enero de 2015
De la boca para afuera
Atlético se lamió rápido las heridas del no ascenso. A la vuelta de la esquina está la pretemporada. Otra danza con nombres para armar un equipo cipayo se agranda en el horizonte,
No voy a verlo. No me tira. Vaya y pase fuera para laburar. La profesión, seguro me torcería la decisión tomada desde hace un tiempo largo. Soy periodista y fui dirigente. En las dos actividades aprendí de los errores.
Es, desde esa experiencia y de la observación desde dónde le busco la explicación que explique desatinos y torpezas. No puede ser que Atlético sea cada año la Feria de los Jueves de las veredas de su estadio a la hora de armar un plantel.
Desde que Huracán lo cacheteó en la final por el último ascenso de su zona, se viene hablando de fracaso. De renuncias, arrepentidas más tardes, a raíz de no conseguir el pasaje a Primera División. El menos importante de una hilera larga de tropezones.
La consecuencia en números de esa brochette de pifias fue no ascender. Dejar de lado la historia, el paladar futbolístico, los apellidos ilustres, las tardes felices, la identidad, la escuela decana y tantos matices que hacen a los cimientos de un club, integran la lista.
El objetivo político armó un biombo que obstruye el objetivo de club que Atlético abandonó a medida que la frase "Atlético es un grande y debe ocupar el lugar que le corresponde(?)..." fue tomando cuerpo y haciéndose discurso único.
Nadie dice cuál es ese lugar. A los que lo conducen no les importa demasiado. Pan y Circo... ese es el quit de la cuestión. El horizonte de ascenso parece ser el único destino posible. Olvidándose de la producción de jugadores con sentido de pertenencia, al menos hasta que a estos les agarre la velocidad por el dinero.
Hace cuanto que Atlético no transfiere un jugador maid in...? Hace cuanto que su plantilla titular´, en 99% se conforma con apellidos extra-tucumanos? Hace cuanto tiempo que Atlético Tucumán ya no es tan tucumano?
Desde hace cuanto tiempo sus contrataciones no bajan a un dígito? Su rica historia ha sido pisoteada por los botines de Sbuttoni, Grahal, Rodriguez Budes, Romat, Malagueño, etc. por recordar los más recientes. Sólo los que persiguen otros fines chapotean sobre la historia contratando técnicos como Azconzábal o el Chulo, que tuvo su gloria con el equipo heredado del Viejo Solari. Otra cosa que nadie dijo. Una Selección había dejado el Indio...
Los gobiernos cambian. Los proyectos políticos se reformulan y no importa qué o quiénes quedan en el camino. Un día se irá José y se llevará sus dineros públicos (su billetera personal no la toca, seguro) y en Atlético de lo deportivo, quedará un campo arrasado.
La complacencia del periodismo vernáculo. que también recibió migajas de los dineros públicos, guardó cómplice silencio y sólo dicen la verdad en el café y con amigos de testigos. Como si viviera Luis Rey. En su laburo, ni una palabra. Ya vendrá otro que les tire migajas y la rueda seguirá rodando. No es cuestión de andar escupiendo para arriba... y arruinando el negocio.
Y los hinchas ?... Hay los hinchas. Dicen ser la verdadera grandeza. Lo dudo. La grandeza no es "el aguante". La grandeza es pagar una cuota societaria acorde y no pararse en las puertas de la 25 para que algún conocido, con tramito de poder, te haga pasar.
La grandeza no es pintar murales maravillosos o coser una inmensa bandera. La grandeza no es usar los días de partido como diván de psicólogo para que te saque la mierda que juntaste en la semana laboral. La grandeza es meter los pies en el barro e involucrarse.
A la grandeza se la construye... entre todos.
Eso si, cualquiera la declama....
No voy a verlo. No me tira. Vaya y pase fuera para laburar. La profesión, seguro me torcería la decisión tomada desde hace un tiempo largo. Soy periodista y fui dirigente. En las dos actividades aprendí de los errores.
Es, desde esa experiencia y de la observación desde dónde le busco la explicación que explique desatinos y torpezas. No puede ser que Atlético sea cada año la Feria de los Jueves de las veredas de su estadio a la hora de armar un plantel.
Desde que Huracán lo cacheteó en la final por el último ascenso de su zona, se viene hablando de fracaso. De renuncias, arrepentidas más tardes, a raíz de no conseguir el pasaje a Primera División. El menos importante de una hilera larga de tropezones.
La consecuencia en números de esa brochette de pifias fue no ascender. Dejar de lado la historia, el paladar futbolístico, los apellidos ilustres, las tardes felices, la identidad, la escuela decana y tantos matices que hacen a los cimientos de un club, integran la lista.
El objetivo político armó un biombo que obstruye el objetivo de club que Atlético abandonó a medida que la frase "Atlético es un grande y debe ocupar el lugar que le corresponde(?)..." fue tomando cuerpo y haciéndose discurso único.
Nadie dice cuál es ese lugar. A los que lo conducen no les importa demasiado. Pan y Circo... ese es el quit de la cuestión. El horizonte de ascenso parece ser el único destino posible. Olvidándose de la producción de jugadores con sentido de pertenencia, al menos hasta que a estos les agarre la velocidad por el dinero.
Hace cuanto que Atlético no transfiere un jugador maid in...? Hace cuanto que su plantilla titular´, en 99% se conforma con apellidos extra-tucumanos? Hace cuanto tiempo que Atlético Tucumán ya no es tan tucumano?
Desde hace cuanto tiempo sus contrataciones no bajan a un dígito? Su rica historia ha sido pisoteada por los botines de Sbuttoni, Grahal, Rodriguez Budes, Romat, Malagueño, etc. por recordar los más recientes. Sólo los que persiguen otros fines chapotean sobre la historia contratando técnicos como Azconzábal o el Chulo, que tuvo su gloria con el equipo heredado del Viejo Solari. Otra cosa que nadie dijo. Una Selección había dejado el Indio...
Los gobiernos cambian. Los proyectos políticos se reformulan y no importa qué o quiénes quedan en el camino. Un día se irá José y se llevará sus dineros públicos (su billetera personal no la toca, seguro) y en Atlético de lo deportivo, quedará un campo arrasado.
La complacencia del periodismo vernáculo. que también recibió migajas de los dineros públicos, guardó cómplice silencio y sólo dicen la verdad en el café y con amigos de testigos. Como si viviera Luis Rey. En su laburo, ni una palabra. Ya vendrá otro que les tire migajas y la rueda seguirá rodando. No es cuestión de andar escupiendo para arriba... y arruinando el negocio.
Y los hinchas ?... Hay los hinchas. Dicen ser la verdadera grandeza. Lo dudo. La grandeza no es "el aguante". La grandeza es pagar una cuota societaria acorde y no pararse en las puertas de la 25 para que algún conocido, con tramito de poder, te haga pasar.
La grandeza no es pintar murales maravillosos o coser una inmensa bandera. La grandeza no es usar los días de partido como diván de psicólogo para que te saque la mierda que juntaste en la semana laboral. La grandeza es meter los pies en el barro e involucrarse.
A la grandeza se la construye... entre todos.
Eso si, cualquiera la declama....
3 de enero de 2015
Pisoteando al casi muerto
Desde este sitio he sido y soy muy crítico con el momento del básquet tucumano. No saco los pies del plato. Somos todos culpables.
Dirigentes rapaces, jugadores que viven en una media, técnicos que adaptan su trabajo al medio que los rodea, árbitros eternemente sospechados, periodistas abonados a lo "no crítica" y público escaso que cree que les va la vida en el resultado final del eléctrónico.
Hace rato que le pisamos la manguera del oxígeno al enfermo terminal. Hace rato que nuestra pequeñez cerebral no toma la necesaria decisión de buscar una cirugía riesgosa para que el paciente se baje de la cama de la terapia intensiva, donde se aloja desde hace 30 años.
Un energúmeno salta una valla a segundos del final de un sentenciado juego y golpea a un árbitro haciendo injusticia por mano propia. El tipo se va como si nada. La policía mira sin actuar. La dirigencia reacciona y lo condena socialmente. Antes y, conociéndolo, lo cobijó. En voz baja, los que conocen la vida del club, conocían de su violencia.
Una competencia interna que se dilata como chicle porque, cuando le duele una uña a la estrellita de un equipo, se suspende la fecha. Porque el que juega un torneo interprovincial se cree dueño del torneo y suspende cada vez que se le amontonan los compromisos.
Si no les da el cuero o si la plantilla es corta, no tienen que soportarlo el resto de las instituciones. Cada uno lleva agua para su molino con egoísmo y maldad y la ATB se lo permite. Todos quieren ganar todo usando lo administrativo y lo deportivo en dósis similares.
El juego agoniza, pero los que deciden son zombies que no ven la realidad. Cada uno de ellos muerde y contagia al recién llegado, entonces el mal se propaga. Los que deciden, los que miran, los que conducen, los que juegan y los que arbitran están igual de enfermos que el juego mismo. No están en la camilla pero propagan la infección.
En este teatro, al tercer juego final del U-15, se lo llevó puesto la mezquindad de sumar un trofeo a la vitrina, antes que los chicos jueguen el cotejo. Explotaron los improperios en la redes. En la primera final del U-17 se sacaron chispas los técnicos que habían acordado jugarlo en un determinado horario.
Conveniencia y cobardía se combinaron para que un campéon de la vuelta olímpica sin jugarlo, con los padres festejando que sus pollos son campeones y con dirigentes sonriendo porque la picardía de barrio los llevará a hacer un lugarcito en la secretaría del club para colocar el trofeo.
Lamentable final de temporada en los primeros días del nuevo año... Tanto calendario superpuesto hay para que las finales de todas las categorías se jueguen a la velocidad de una cuadrera? Cómo puede ser que nadie piense? Cómo puede ser que sea más importante un silbato a favor que las lágrimas de Nataniel? Cómo puede ser que las ansias de colgarse medallas en el pecho hagan que el Amarillo tenga que jugar todo llevándose puesto sus pulmones?
Cómo puede ser que sean más importantes los que deciden y programan que los que pican la naranja? Cómo puede ser que un medio de prensa, al que que nadie le toca allí donde termina su espalda, no critique a nadie? Cómo puede ser que los papás crean que tiene Campazzos en su casa y crean que hay que agarrarse a golpes para el equipo donde juega su hijo gane?
Cómo puede ser los sueños de Juan Cruz, Martiniano, Bruno, Zamba, Julito, Chicho, Maxi, Zanca, Mauro y tantos otros pibes que rompen las zapatillas que sus papás le compran, queden truncos porque los mayores hacen cola pa' que la rayita del electro se convierta en una línea recta.
Una verguenza... que nadie para, mientras el sepulturero se acomoda su sombrero de copa esperando el momento para cobrar el servicio...
Dirigentes rapaces, jugadores que viven en una media, técnicos que adaptan su trabajo al medio que los rodea, árbitros eternemente sospechados, periodistas abonados a lo "no crítica" y público escaso que cree que les va la vida en el resultado final del eléctrónico.
Hace rato que le pisamos la manguera del oxígeno al enfermo terminal. Hace rato que nuestra pequeñez cerebral no toma la necesaria decisión de buscar una cirugía riesgosa para que el paciente se baje de la cama de la terapia intensiva, donde se aloja desde hace 30 años.
Un energúmeno salta una valla a segundos del final de un sentenciado juego y golpea a un árbitro haciendo injusticia por mano propia. El tipo se va como si nada. La policía mira sin actuar. La dirigencia reacciona y lo condena socialmente. Antes y, conociéndolo, lo cobijó. En voz baja, los que conocen la vida del club, conocían de su violencia.
Una competencia interna que se dilata como chicle porque, cuando le duele una uña a la estrellita de un equipo, se suspende la fecha. Porque el que juega un torneo interprovincial se cree dueño del torneo y suspende cada vez que se le amontonan los compromisos.
Si no les da el cuero o si la plantilla es corta, no tienen que soportarlo el resto de las instituciones. Cada uno lleva agua para su molino con egoísmo y maldad y la ATB se lo permite. Todos quieren ganar todo usando lo administrativo y lo deportivo en dósis similares.
El juego agoniza, pero los que deciden son zombies que no ven la realidad. Cada uno de ellos muerde y contagia al recién llegado, entonces el mal se propaga. Los que deciden, los que miran, los que conducen, los que juegan y los que arbitran están igual de enfermos que el juego mismo. No están en la camilla pero propagan la infección.
En este teatro, al tercer juego final del U-15, se lo llevó puesto la mezquindad de sumar un trofeo a la vitrina, antes que los chicos jueguen el cotejo. Explotaron los improperios en la redes. En la primera final del U-17 se sacaron chispas los técnicos que habían acordado jugarlo en un determinado horario.
Conveniencia y cobardía se combinaron para que un campéon de la vuelta olímpica sin jugarlo, con los padres festejando que sus pollos son campeones y con dirigentes sonriendo porque la picardía de barrio los llevará a hacer un lugarcito en la secretaría del club para colocar el trofeo.
Lamentable final de temporada en los primeros días del nuevo año... Tanto calendario superpuesto hay para que las finales de todas las categorías se jueguen a la velocidad de una cuadrera? Cómo puede ser que nadie piense? Cómo puede ser que sea más importante un silbato a favor que las lágrimas de Nataniel? Cómo puede ser que las ansias de colgarse medallas en el pecho hagan que el Amarillo tenga que jugar todo llevándose puesto sus pulmones?
Cómo puede ser que sean más importantes los que deciden y programan que los que pican la naranja? Cómo puede ser que un medio de prensa, al que que nadie le toca allí donde termina su espalda, no critique a nadie? Cómo puede ser que los papás crean que tiene Campazzos en su casa y crean que hay que agarrarse a golpes para el equipo donde juega su hijo gane?
Cómo puede ser los sueños de Juan Cruz, Martiniano, Bruno, Zamba, Julito, Chicho, Maxi, Zanca, Mauro y tantos otros pibes que rompen las zapatillas que sus papás le compran, queden truncos porque los mayores hacen cola pa' que la rayita del electro se convierta en una línea recta.
Una verguenza... que nadie para, mientras el sepulturero se acomoda su sombrero de copa esperando el momento para cobrar el servicio...
18 de octubre de 2014
Manguerita
Dura noticia el viernes. No es bueno que se te mueran amigos. Dante era uno de esos. Del Barrio Kennedy. Su casa era punto de reunión. Derecho y de códigos.
La vida te lleva para dónde ella quiere. Soy un convencido. Nos veíamos menos. Había hecho su vida y yo la mia. La suya siempre tuvo más noche que la mía. Tuvo más juerga que la mía, pero cada vez que nos encontrábamos, la empatía se sentaba con nosotros y también pedía un cortado.
Se había separado hace algunos años y vivía sólo y se le notaba la soledad a pesar del humor a flor de piel con el que intentaba maquillar una tristeza que yo notaba. La soledad de los bohemios. La soledad de amigos de la noche. Si te lo cruzabas de día era siempre en las mesas de afuera del bar para poder fumar y tomar un café. Si el encuentro era nocturno el vaso de wisky reemplazaba al pocillo.
Pero antes del final, muchos antes hubo una vida. De barrio. De fútbol. De básquet. De bromas. De seriedades. De risas. De largas noches de alcohol en Castro Barro y Perú, que los vecinos se encargaban de denunciar porque no los dejábamos dormir. El, yo y la maravillosa barra de un barrio que nos identificaba.
Encarador y simpático con las minas. Su tartamudez ni se notaba en esas lides. No le arrugaba ni a la más linda. Vivo, pícaro. Cuando yo compraba Humor Registrado se las ingeniaba para leerlo primero que yo. Nunca compró uno. Pero me los devolvía.
No jugaba bien al fútbol, pero te hacía reir. El padre era el técnico del equipo y le tiró la camiseta de arquero. Había faltado el títular. No terminó de acomodarse y ya había recibido tres pelotazos en los palos y él estaba como una estatua. Marito, su hermano, llegó con un mensaje del técnico. "Dice el papá que estés tranquilo..." Rajá de acá si no querés que te mate, le contestó a su hermano... Lo cargamos una vida con esa anécdota.
No me dejó sólo aquella noche de invierno de largo aliento a ginebra y picada en la carnicería del Gallego Pepe. Seis o siete fuimos. Tomamos mucho y yo terminé con mi aparato digestivo en la mano. Se vino a domir a casa y me sostuvo la frente cada vez que vomité. Hasta buscó un enfermero para que me colocara una inyección.
Dicen que el amor y la amistad tienen como enemigo a la distancia y a la ausencia.
Refuto a muerte esa máxima, al menos en el caso de la amistad.
El viernes se murió Manguerita y me dolió el alma...
La vida te lleva para dónde ella quiere. Soy un convencido. Nos veíamos menos. Había hecho su vida y yo la mia. La suya siempre tuvo más noche que la mía. Tuvo más juerga que la mía, pero cada vez que nos encontrábamos, la empatía se sentaba con nosotros y también pedía un cortado.
Se había separado hace algunos años y vivía sólo y se le notaba la soledad a pesar del humor a flor de piel con el que intentaba maquillar una tristeza que yo notaba. La soledad de los bohemios. La soledad de amigos de la noche. Si te lo cruzabas de día era siempre en las mesas de afuera del bar para poder fumar y tomar un café. Si el encuentro era nocturno el vaso de wisky reemplazaba al pocillo.
Pero antes del final, muchos antes hubo una vida. De barrio. De fútbol. De básquet. De bromas. De seriedades. De risas. De largas noches de alcohol en Castro Barro y Perú, que los vecinos se encargaban de denunciar porque no los dejábamos dormir. El, yo y la maravillosa barra de un barrio que nos identificaba.
Encarador y simpático con las minas. Su tartamudez ni se notaba en esas lides. No le arrugaba ni a la más linda. Vivo, pícaro. Cuando yo compraba Humor Registrado se las ingeniaba para leerlo primero que yo. Nunca compró uno. Pero me los devolvía.
No jugaba bien al fútbol, pero te hacía reir. El padre era el técnico del equipo y le tiró la camiseta de arquero. Había faltado el títular. No terminó de acomodarse y ya había recibido tres pelotazos en los palos y él estaba como una estatua. Marito, su hermano, llegó con un mensaje del técnico. "Dice el papá que estés tranquilo..." Rajá de acá si no querés que te mate, le contestó a su hermano... Lo cargamos una vida con esa anécdota.
No me dejó sólo aquella noche de invierno de largo aliento a ginebra y picada en la carnicería del Gallego Pepe. Seis o siete fuimos. Tomamos mucho y yo terminé con mi aparato digestivo en la mano. Se vino a domir a casa y me sostuvo la frente cada vez que vomité. Hasta buscó un enfermero para que me colocara una inyección.
Dicen que el amor y la amistad tienen como enemigo a la distancia y a la ausencia.
Refuto a muerte esa máxima, al menos en el caso de la amistad.
El viernes se murió Manguerita y me dolió el alma...
13 de octubre de 2014
BB Federal
Segundo juego de Tucumán BB. En la tarde - noche del domingo. Fue triunfo del local en un juego duro contra el difícil Nicolás Avellaneda santiagueño.
El único representante tucumano en el certamen debuto en su estadio. Cara nuevas para afrontar una competencia demasiado larga y la impresión que la plantilla es corta de altura. Lo que fue impresión, mas tarde fue confirmación. Los BB van a tener problemas sin un interno dominante.
Pero se las arregló para disimular el déficit. En especial en la segunda etapa. También la base mejoró de los dos primeros cuartos al los dos segundos y Cristian Soria, al menos anoche, dejó en claro que será fundamental para lastimar al rival. Cuando le acertaron la marca, la visita limó la diferencia y puso el trámite palo a palo.
Marcos Moreno mostro su jerarquía para bancarse el juego físico y ser el faro en la oscuridad en medio de la arremetida santiagueña a pura corrida. Santucho es un 4 fajador, pero cuando logre controlarse con las faltas será muy util a la causa.
Corre poco Tucumán y juega mucho ataque fíjo, tal vez porque anoche el rival se lo planteó así. Además para la transición rápida hay que tener rebote defensivo y allí se nota la falta de talla, a pesar que el veterano Dennis Rodman tucumano se las ingenió para pescar uno que otro recobre. Ruben Valdez sufrió el desgaste asumiendo mucho más compromisos de los que debiera.
Su edad y sus batallas se sienten y él jugó demasiado tiempo ya aquel défict de altura motivó su prolongada permanencia sobre el parquet. Reboteó lo que pudo y bajó el más importante para el foul y vale festejado por todos en el final del juego.
Uno perdido, uno ganado. Nombres de altos dando vuelta para paliar el drama de la altura. Dicen que Pablo Walter, dicen que Luis Argañaraz. Ojalá lleguen. Serán útiles. El domingo, la solidaridad, la entrega y el huevo-huevo fueron fundamentales para doblegar al rival. El torneo amanece y falta mucho. Nos seguiremos viendo
.
7 de junio de 2014
Periodista, eso que soy
Me siento y escribo... me sale. A veces es más legible... A veces una porquería... A veces me felicitan y lo tomo con soda... A veces me putean y sonrio... Un periodista, eso soy
Mi viejo me acomodó un banquito de madera alto, en la punta de un mostrador de cemento. Cables, micrófonos, auriculares y gente de este lado del vidrio grueso. Del otro lado, otras gentes que gritan pero que no las escucho... allá abajo 11 contra 11 con colores distintos. Fútbol de un lado, cabina de transmisión del otro.
Tal vez, haya sido aquel momento mi primer contacto personal con el periodismo, a pesar que tenía un padre que se dedicaba a esto. La tarde de domingo no terminó tan bien... Cometí el enorme sacrilegio de gritar un gol de Atlético y me desterraron a la plateas que quedaba del otro lado de aquel vidrio... No podía haber parcialismos en una transmisión radial de El Mundo del Deporte.
En honor a la verdad, por aquellos años yo quería ser uno de los que jugaba y no uno de los que contaba como era el juego... El periodismo era para los viejos... Jugar al fútbol era el sueño de un morochito de piernas flacas y el "pechito hundido" como decía Doña Nilda.
La vida avanzó y las piernas flacas respondían a medias los impulsos cerebrales. Con la cabeza fui un crack al fútbol y al básquet... En el campo de juego costaba llevar a cabo las órdenes que llegaban desde la azotea. Ya los domingos que no iba a la cancha, radio de por medio, llevaba resultados y estadísticas...
Aquella profesión de "viejos", le había ganado la pulseada al sueño del crack... Ya contar y analizar era atractivo y te diría que todo fluía de manera autodidacta o casi. Leía de todo y escuchaba radio a lo loco. La influencia venía de allí, sin dudas.
Tuve la suerte de cruzarme con tipos grosos y de los otros. Los primeros me dejaron un fardo que aproveché y aprovecho. Los segundos, inconcientemente, me enseñaron qué cosas no debi ni debo hacer. Al fin y al cabo, el periodistas copia y deja de lado. Elige y se forma...
Llevo 10 años de periodista no rentado y lo disfruto. Lamento hasta ahí no recibir paga. Hasta creo que soy más periodista porque no estoy atado a nada... ojo dije "más" y no "mejor". Está buena la figura del francotirador y nada mejor que las redes para serlo. Bendita internet...
Sigo leyendo y sigo aprendiendo... Sigo renegando y disfrutando... Sigo peleando contra la tormenta a pesar de tener los ojos tapados de arena... Está bueno ser quijote y de vez en cuando acertarle una pedrada a las aspas del molino... Cualquiera que trabaje de esto sabe la satisfacción que se siente...
Sigo siendo lo único que sigo aprendiendo a ser... Un periodista, apenas
24 de mayo de 2014
Negro sobre blanco
Por concepto, por paladar, por pararme en un costado de la vida que me parece el correcto, celebro el triunfo del Real Madrid. Simeone pinta como el Bilardo del siglo XXI y eso no es bueno...
Lo único que me inspiraba ternura de la final de la Champions era que un pobre le gane a un rico. Que una famélica plantilla integrada por los muchachitos lleven a la chica al final de la peli rumbo al horizonte. Pero los "lindo, rubios y malos" desplegaron todo el armamento y sueño se derrumbó.
Cuál es la diferencia entre Simeone y Carusso Lombardi? Gel y pilcha...El humo, los argumentos, el estilo, el no concepto son idénticos... Los dos tienen buena prensa. Uno porque la va de pícaro de barrio y el otro porque esá convencido que su cabeza es más importante que los pies de sus jugadores.
A Carusso le exaltan su ojo avizor, a Simeone su culto de la táctica. A uno porque dicen que le saca jugo a las piedras y el otro porque cree que el fútbol es una expresión testicular. Nadie les va a negar que han conseguido cosas. La señora ciega de la balanza futbolera es la menos vidente de todas las señoras ciegas que imparten justicas.
El juego donde la mentira de una gambeta, la humillación de un caño, el codazo malicioso y la patada artera, a veces reinan... y se celebran, tipos como Caruso y Simeone tienen cabida. Hay quienes los defienden y quienes no lo hacemos...
Simeone, para colmo, recibe el aval del rey de los tramposos... Bilardo. "Al que mejor lo veo es al Cholo..." dijo en Pura Química hace poco y expilcó: "...en un partido, sobre el final, desde el banco de suplentes tiraron tres pelotas a la cancha... sabés lo que se tarda en sacar tres pelotas de más..."
En la cancha de "Los Bolitas" en el Barrio Kennedy a eso le decíamos trampa... y estabas expuesto a que te bajen los dientes por actitudes como esas... Sin embargo el universo bilardiano y pincharrata que medios y colegas sostienen como a una Biblia del fobal, acumula adeptos que matan y mueren por el frío número del resultado.
Fue cómico ver a Niembro explicando el 4-1 que el Atlético de Madrid se comió ante su primohermano de country. Cómico y lastimoso. Los que le prenden velas al 1-0 con el micro bajo el travesaño no saben dónde meterse cuando un zurdo como Mercelo apuesta a tocar y pasar, a rotar y volver a tocar rompiéndole las estructuras mezquinas.
Niembro, más rápido que el enemigo del Coyote, justificó desde el rendimiento físico la debacle del equipo del engelado técnico, que hasta el empate del Real él defendía aunque vengan degollando. Jamás dijo que no cruzaron la mitad de la cancha. Jamás dijo que defendían con 10 un 1-0 amarrete y mucho menos dijo que merecieron perder y que terminaron cobrando burro en subida.
Señores, el tiro de la justicia salió para dónde debía salir. No sólo por el triunfo del Madrid que apostó a jugar para ganar sino para hacerle más difícil a Diego Pablo su llegada a la dirección técnica de La Selección Nacional... aunque el Monje Negro Bilardo ya lo eligió.
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