25 de noviembre de 2012

Culpables

Una más, otros menos se han llevado puesto al básquet tucumano. Hoy por hoy el deporte argentino que más logros cosechó en el exterior es la gran verguenza deportiva tucumana.

Hace tres años subí un post titulado "Somos una isla".  Nada ha cambiado. Si el básquet local ya era una sombra por ese entonces hoy, decididamente, es una oscura calle de un barrio marginal. Lo único que cambió es que en la actualidad muchos de sus actores intentan sacar los pies del plato en la redes sociales.

Ayudado por un periodismo cómplice que lo único que hace es cobertura de ¿partidos? de una competencia interna lamentable en todas las categorías, el básquet local sigue en estado vegetativo. Ese periodismo cómplice ayuda a que la cosa no cambie ya que no señala errores y se sienta a la mesa de los dirigentes en cada agasajo que estos organizan.

La compentencia en las categorías formativas es lamentable. Desde la primera división hacia abajo, el nivel, queda demostrado en cada torneo a nivel de selecciones en el que se compite. Hace cuantos años que en juveniles no se pelea un título a nivel nacional? Sin embargo cada vez que uno de los integrantes de este circo le arriman un micrófono, al entrevistado no se le cae de la boca la consabida frase "... para que el básquet tucumano siga creciendo" (?)

 El báquet tucumano repite errores, porque los actores se repiten. Dirigentes eternos, árbitros eternos y competencia pobre, son los ingredientes de una sopa que ni el Pity Alvarez se le animaría a una cucharada.
Lo más frustrante es que algunos se ofenden cuando la crítica llega. La toman como un ataque al deporte mismo, o sea que se creen que ellos son el deporte.

Hace poco la dirigencia de Independiente se enojó con un periodista que se animó a decir que la entrada que se cobraba por asistir a un partido del Torneo Federal era cara. Gratis, debería ser la entrada para que los partidos se jueguen con algo de público. Y ese público es el mismo que, la competencia que los dirigentes de Independiente y de los demás clubes organizan, alejó de las canchas.

Es tanta la mediocridad, que algunos integrantes de esta pleyade lamentable se han encargado de criticar a Horacio Muratore, el mejor dirigente tucumano de toda la historia y no sé si el más importante a nivel nacional en esta disciplina. "Nunca hizo nada por el basquet tucumano" dicen por estos lados.
 Y que querían? Que haga magia? Cómo hacer para ayudar a los mediocres e incapaces?

Una ayuda de semejante dirigente, lo dejaba expuestos. Quien podía ponerse a su altura. Quien puede cuestionar desde Tucumán a alguien tan trascendente. Quiénes de los incapaces que no pudieron armar, en casi 30años de Liga Nacional, un proyecto serio para competir en la misma puede criticar con autoridad.

Esos dirigentes son los mismos que mantienen a los peores árbitros del país en la competencia local. Y esos árbitros son los peores del país, porque los mandameses se encargaron de corromperlos para ganar el torneito local y hacer de ellos la lacra de este deporte. Lo más gracioso es que los jugadores reniengan de esos árbitros y muchas veces han llegado a agredirlos a sabiendas que los dirigentes de los clubes que los contratan, son los encargados de corromperlos.

Todos miran para otro lado. Y todos se la dejan servido para que los políticos aterricen en los clubes. Algunas instituciones se han convertido en el coto de políticos y sindicalistas.

Ni esa ven los dirigentes. Total, el trofeo comprado, ya está dentro de la vitrina de la secretaría del club.

28 de octubre de 2012

Super clasic

Ni los carritos para ser un super, ni la o para completar lo de clásico. El Boca - River divide al país por lo colores. La división que importa es la que separa el jugar bien del jugar mal.

Y hace años que no se ve jugar bien en un clásico. Que se juega mucho. Que no se puede perder. Que los técnicos se juegan la continuidad. Que la tranquilidad del grupo. Que las apuestas. Mucha sanata. Mucho periodismo hablando boludeces.

Si hay algo ausente en un River-Boca es el fútbol, el juego, ese de dar más de tres pases seguidos. Pero es difícil si de un lado hay técnico que muere con 4-4-2 y que para mantenerlo festejó en silencio la paratida del último "10" que jugaba por estas comarcas... Falcioni, es un milagro. Un trabajador, dicen la mitad de los libros de la biblioteca...

Que fútbol puedo esperar si del otro lado hay un equipo que se olvidó de su historia, de su buen gusto, de su fino estilo y se convirtió en once utilitario, corredor, sacrificado, que hace de todo para no perder menos jugar.

Hoy, el país se detendrá y eso es otra cosa que aborrezco. Este capitalino cotejo ha tenido un poder de penetración en la población de la Argentina profunda que sólo se explica porque el fútbol es una pasión que adolece, casulamente, de eso. De una explicación coherente.

Juro que me enerva que un "coyita" jujeño, un cotudo salteño, un dormilón santiagueño, un pastoso riojano, un pícaro tucumano, un chistoso cordobés, un friolento santacruceño o un orgulloso correntino cuenten las horas para sentarse a ver un choque que solo los incluye una, dos o tres veces por año.

Es milagroso este imperfecto juego. Hace que Scchiavi sea imprescindible. Que Clemente Rodríguez juegue en Primera División. Que los melli Funes Mori jueguen por esa condición o porque se llaman Funes Mori,  por ejemplo

Capaz que hasta logra  que yo me siente frente al tele... si no tengo otra cosa que hacer.

26 de octubre de 2012

110

Acaba de cumplir Atlético Tucumán.Fui-soy hincha. Fui dirigente. Este año volví a la cancha, pero por hacer periodismo. Todo sigue igual.

El periodismo me llevó por primera vez al Monumental. El periodismo me hizo volver. El que depositó mi humanidad de niño fue el que ejercía mi viejo. Laburaba en El Mundo del Deporte, algo así como el barça tucumano de la comunicación de aquellos tiempos.

Y me llevaba a mi. No entiendo muy bien porqué. Fui un hincha especial grité mi primer gol en una cabina de transmisión. Me rajaron, de una, de ese sagrado ámbito de la profesión periodística. Era casi una afrenta que alguien gritara un gol, como hincha, allí dentro.

Si supieran... Todos los que laburaron y laburan en este oficio son hinchas de alguien. Sino como puede ser que laburen de esto. Pero, como siempre, me estoy alejando del génesis de este post. El tema es Atlético y su centuria más diez.

Ante tamaño número se mezcla todo. Apellidos, tardes maravillosas y de las otras, amigos de fin de semana, efusivos abrazos con desconocidos, ronqueras, choris con chimi, discusiones. Café estirado hasta la noche en la plazoleta y semanas andando de costado para evitar las cargadas cuando el resultado era contra.

Un ser humano pensante y más o menos cuerdo no debería pasar por esto. Pero un hincha no es un ser  normal. Ese extraño bicho que te pica y que produce la roncha de la pasión no tiene cura y no se cura con una batería de antibióticos.

Y de esos 110 algo viví, de cerca o de lejos. Conocí gente buena y de la otra. Dirigentes que despilfarraron sus dineros y otros que no se la jugaron ni a palos. Jugadores, técnicos e hinchas que no arrugaron ni aunque vinieran degollando.

Gente que con su paso, engrandenció al decano. Mientras otros se esmeraron por chocar un club con una historia de libro. Del Patón Benavídez a José Rafel Albrecht. Del Lito Espeche a Walter Omar Jiménez. Del Maestro Raúl Villalva a Ricardo Julio Villa. Y los nombres que debo dejar en el camino porque este post sería interminable.

Pero Atlético era grande antes de estos apellidos. Atlético es la gente, también. La que por ese inexplicable placer le quita horas de su descanso "solo por volverte a ver" como dicen Las Pastillas del Abuelo... Aunque a veces, no tenga nada de placentero.


Atlético ha sido una parte importante en los últimos 55 años. Hoy ya no lo es tanto. Hoy, mi mujer, Claudio y Agostina son el centro. Me informo de lo que pasa en mi club pero ya no voy como antes.
 Empecé el borrador de esta nota cuando el más grande acababa de soplar 110 velitas celestes y blancas y yo había regresado al periodismo. La termino cuando ya he dejado de ir, nuevamente.

Feliz 110 a todos. A los que siguen concurriendo y a los que se compraron una platea en el cielo...

25 de octubre de 2012

"Esto es por plata..."

La frase de José Luis Ponce se hace carne en estos tiempos... Lástima que algunos periodistas no lo entiendan y claudiquen

Un año de ausencia es mucho tiempo para resumir con palabras encadenadas. No me animo ni a palos. Pero algo debo hacer para combatir "la nada" de la Historia Sin Fin. Entonces emprendí el regreso y este es el primer intento.

José Luis Ponce (de aquí en más, JLP), aquel talentoso periodista compañero de el periódico, hoy por hoy, desperdiciado y extraviado en la noche de los tiempos, vaya uno a saber por qué, usaba aquella frase del título para explicar actitudes. Un justificativo, una razón, el génesis o las tres... que se yo

Mi año de ausencia me dio aire para analizar cuestiones de mi oficio y de las actitudes de "colegas" que, en la mayoría de los casos, le pone distancia a la  ética. Para bien o para mal. Más lo segundo que lo primero, por cierto. Sino mírenlo a Lanata, deglutido por su personaje, derrapando por leca a cada rato.

Más que nunca la frase de cabecera de JLP explica los tropezones del obeso periodista. El tema que quien se ocupa de sus haberes es el mismo que no cumple leyes. Para el Lanata antiguo un patrón así llenaba su programa de informes periodisticos. Hoy no...

Los patrones de medios tambien entienden que "esto" es por plata. Pero solo importa la que expande su bolsillo trasero debido al crecimiento de su billetera. Lamento decir que muchos de ellos consideran que nuestro oficio es gratuito.

Lo grave de ello es que algunos colegas también lo creen o hacen "la perra que la están fifando". El ego los pierde. El ansia de trascender, de salir del anonimato es más fuerte que el respeto que pierden por ejercer el oficio a cambio de nada.

El dueño del medio está convencido que colgar un micrófono es su única responsabilidad. Y que el "deber" del periodista es agradecer la oportunidad sin ver un peso o "metiendo" un cliente. A un  toque el periodista hace sus primeras armas como tal y como productor comercial. Dos oficios al únisono gracias a la "buena voluntad" del empresario.

Muchos amigos que, extrañamente, me admiran en esto de escribir, desde el momento que anuncié mi "regreso" estamparon su alegría en las redes. Agradezco, pero no me mareo. Si hubiera sido tan bueno...

Mi oficio atesora frases hechas como por ejemplo:  "... se es periodista siempre". Con absoluta seguridad digo que esa máxima no es verdadera.

Se puede tener mirada crítica. Tal vez, se pueda escribir bien. O comunicar aceptablemente con un micrófono enfrente. Pero se es periodista "completo" si laburás en un medio. Sino, el círculo no cierra. Si no te escuchan, sin no te leen, sino te miran... no sos periodista y, no sirve de nada, que sepas que sos eso.

Ninguno de nosotros lo dice. Hay mucho de ego cuando se comunica. Todos queremos que nos recononozcan por lo que somos. Si bien el abc indica que lo primero es informar, también queremos hacerlo desde una belleza estética usando palabras que no todos usan.

Entonces, escribimos, hablamos e informamos para nosotros también. Porque queremos que nos admiren, que nos soben el lomo y para que nos paguen...
El periodismo dedicado al deporte debe exigir el compromiso del empresario. Sin ese compromiso no hay respeto, por más que se lo declame a los cuatro vientos.


13 de octubre de 2011

Selecciones y contrastes



Los Pumas y una nueva derrota que honra, según la cátedra, mientras que la de fútbol cada vez que tropieza encuentra un océano de excusas.

Es extraño que en un país donde se premia el triunfo con una corona y el ganador adquiere figura de semi-Dios, se usen los mejores adjetivos para calificar una nueva derrota. En este caso, la de Los Pumas. "Con la frente en alto". "Digno" y no se cuantos elogios más se usaron para exaltar la actuación de la selección que canta el himno como ninguna otra.

En este deporte las pequeñas conquistas adquieren un valor incotizable porque son el resultado del esfuerzo amateur. Son la consecuencia de calzarse una camiseta con mística. La leyenda urbana de la leyenda Puma. Por eso que los All Blacks no conviertan tries en un primer tiempo es histórico.

Que opinarán los notables adoradores de la victoria a ultranza como Niembro y Bilardo? Porque, al fin y al cabo, Los Pumas armaron las valijas antes y pegaron la vuelta. No se quedaron hasta el último día. En el fobal eso equivale a fracaso liso y llano. En el deporte de caballeros eso es una hazaña, o algo así.


En otro orden o desorden, Venezuela hizo historia a costa de la selección cipaya (Horacio Elsinger dixit) que nos representa. Los dioses del triunfo frente a Chile pasaron, en apenas 72 hs a ser unas piltrafas humanas. Venezuela no le hizo regalos a la chilena a nuestra selección y Messi y cía. sucumbieron antes unos entusiastas morochitos que se corrieron todo.

Cinco defensores  puso Sabella... cinco contra la selección de un país cuyo deporte más popular es el béisbol. Y contra Uruguay que hará? Cuantos defensores mandará a la cancha? "Medio a cero" dijo en la previa el seleccionador nacional que le hubiera gustado ganar. Zabaleta y Rojo juegan en la selección....Mmmm

Que el calor, que el pasto raro, que los viajes, que el cansancio. Que yo sepa, en Venezuela, jamás nevó. No hay excusas que adquieran relevancia. Se juega mal y se pierde. Se elige mal a los jugadores y se pierde. No se dan dos pases seguidos y se pierde. Se sucumbe mansamente ante la marca y se pierde. No se lucha y se pierde. No hay excusas en medio de tantas razones para no ganar. Di María de doble cinco...Mmm. Y, así tenés que perder viejo.

Los especialistas aseguran que hay que formar una selección con el hambre de los jugadores que militan dentro del país y algún que otro hambriento "europeo" . Que los millonarios de las grandes ligas no sienten la camiseta, que no cantan el himno... bah, que no son "argentinos".

Boludeces de hinchas, más que opinón especializada. En realidad el problema es el juego. El estilo. Maneras. De adquirir una idea y machacar en ella. Conceptos que se adpten al pie de los que se eligen. Hay que desechar la idea de que las eliminatorias son difíciles. Bielsa y su equipo la ganaron con 10 puntos de diferencia. Si él pudo porque no los que lo siguieron.

Basta de ensalzar el crecimiento ajeno. Y nosotros que? Retrocedimos acaso? De los 10 mejores delanteros del mundo, nosotros tenemos 4. Y no podemos armar un equipo? Basta de carrileros, por favor. Nunca más un 10? Nunca más un armador de juego?. El "Chapu" Braña jugó en la selección... Mamita.

Así no. No vamos a ningún lado. Me acordaba, también que Grondona lleva 32 años en la AFA. Un sólo Mundial ganado en todo este tiempo. Y bueh... así estamos.

17 de septiembre de 2011

Una hernia


Que cambiado está blogger. Se nota que hace rato que no escribo. Y si, cuando no te pagan para hacerlo te da fiaca. "Esto es por dinero..." sabía decir el filósofo José Luis Ponce.

Pero aquí estoy, sin dinero de por medio, intentando seguir siendo un periodista. Resisto como Khadaffi, aunque a mi no persigue una horda de fundamentalistas. O sea que no corro ningún peligro de muerte. Muchos se preguntarán para que vuelvo? Puedo ensayar muchas respuestas que seguro no estarán cargadas de fundamentos. No los tengo en realidad.

Escribir para que te lean amigos que tienen agendado este sitio es una motivación ególatra si se quiere. La misión del periodista es cambiar el mundo con su escriba, pero eso es muy quimérico  y pretencioso. Al mundo lo mutan los poderosos y no nosotros. Los periodistas escribimos para nosotros y, si nos leen, mejor.

Nosotros apenas podemos enojar a algún jugador de fútbol, a algún político; caerle simpático a algún hincha o a algún dirigente porque lo que escribimos concuerda con su pensamiento. Estoy casi convencido que los que elegimos esta profesión tomamos esa decisión primero por nosotros y después para la gente.

Si el paso hacia el periodismo fuese dado porque nos interesare que la información llegue a la gente todos deberíamos habernos trompeado con patrones, dueños de diarios, kiosqueros y chanchulleros que se llevan puesta esta profesión impúnemente.

No, nosotros aceptamos el status quo. Nos calentamos hasta el punto de evitar la confrontación. Quedamos enredados en la maraña del negocio tratando de traicionarnos lo menos posible y claudicando. Nosotros dejamos que ellos ganen la batalla.

Ya se. Hay que parar la olla. Hay gente que depende de uno y que la revolución se termina cuando te comprás el primer auto.. Cualquiera dirá que hablo porque estoy afuera del sistema. Que la tengo fácil. Que no tengo jefe de redacción al que rendirle cuentas.

Cualquiera que no me conozca hablará. Estuve adentro y me compré un auto y aquí sigo con aciertos y errores pero no abandono el discurso. Y los que me conocen pueden dar fe. Algunos dicen que busco kilombo al pedo. Que la cosa no va a cambiar. Prefiero seguir siendo el de siempre.

Se preguntarán por el título. Iba a ser el centro de este post. Tengo una hernia de disco... será solucionada con cuchillo o con fisio... ya veremos. Era más importante seguir siendo el Negro Veliz que algo que salió de su lugar



28 de julio de 2011

El coto


Eso terminó siendo el fútbol argentino. Después que la dirigencia del palo lo redujo a un sitio casi devastado, la dirigencia política lo invadió para sacarle más jugo.

“River armó este quilombo…” palabras más palabras menos usó el vocero de AFA, Ernesto Cherquis Bialo. “En 32 años ningún político nos obligó a nada…” fueron las de Don Julio. “El jugador se beneficiará…” aseguró Sergio Marchi, capo del gremio de los futbolistas. “Es un premio al trabajo del interior…” dijo el “Mocho” Leito, presidente de Atlético.

Cada uno lleva agua para su molino. Cada uno justifica con su postura exenta de crítica el ascenso en banda de 18 equipos del Nacional B a la Primera División, tal cual lo estipula el ¿anteproyecto? Solo el presidente de All Boys hizo pública su no adhesión.

Federalizar el fútbol es la excusa que se esgrime pero, se soslaya al pasar, la del oprobioso aumento de 600 a 1200/1500 millones el monto por los derechos televisivos que abonará el programa Fútbol Para Todos.

El dinero manda y los rapaces dirigentes aceptan. Y los representantes de jugadores se frotan las manos. Y hasta el que vende los choris hace números. Pero, como siempre, no se habla de cómo se juega. Tampoco del proyecto del fútbol argentino. Mucho menos hacia qué meta apuntamos.

El tsunami de opiniones que generó el nuevo torneo, dejó en un rincón el fracaso deportivo de la Copa América. Envió al arcón de los recuerdos los innumerables yerros desde México ’86 para acá. Se escondió en el estante más alto de la biblioteca el libro del retraso de las divisiones juveniles.

Se oculta premeditadamente la nefasta influencia que, la generación del ’86 con Bilardo a la cabeza, tuvo sobre los resultados deportivos y el juego mismo del equipo nacional. Mucho menos se critica al general de las innumerables derrotas internacionales que se conoce con el nombre de Julio Grondona.

Niembro, por ejemplo, se ocupó de lapidar a Batista post Copa América y no dijo nada del director de selecciones nacionales, Bilardo y menos del capi di tutti capi, Grondona. El negocio antes que la opinión que compromete. Ahora lo entiendo a Maradona, cuando habló de traiciones… Más allá de que el también cometió errores.

Entonces, tras los desmanejos, la política fue por el nuevo y/o viejo bastión: el fútbol y sus clubes. A fin de sumar votos y con dinero fresco se adueñó de todo y usa al deporte para adoctrinar. Al menos, lo hace gratuitamente para las masas. Antes adoctrinaba Clarín, pero a cambio de dinero porque había que pagar para ver.

El interior adhiere al nuevo proyecto desde su eterna intención de pertenecer al lugar donde no pertenece. Sin esfuerzo alguno se codeará con los grandes. Eso si, si el nuevo torneo es un hecho, ya no sufrirá con el promedio, pero seguirá pagando el derecho de piso, tan argentino como cruel.

Y si algo tiene Don Julio es capacidad para leer la cancha. Antes que el peso de los magros resultados caiga sobre su administración y antes que la avanzada del empresario Daniel Vila y sus tropa de clubes olvidados del interior profundo promueva una Sierra Maestra futbolera en su contra, el viejo zorro soltó a los cuatro vientos su proyecto.

Entonces, la opinión que distrae, el debate que no suma y el transcurso del tiempo nos depositarán en un Torneo Federal, donde todos seremos iguales… o masomenos.

Y, como dice Discepolo, desde 1934: “...vivimos revolcaos en un merengue y un mismo lodo, todos manoseaos...”