La permanencia en Primera División pende de un piolín deshilachado...
Atlético Tucumán, cual Houdini, cruza por la cuerda tensa y en la punta de la barra se asentó un cóndor.
Se puede salvar? Calculo que si. Según la tabla general y los promedios, seis equipos están en peores condiciones. Es un consuelo que haya tantos equipos que estén por debajo de quien, apenas, ganó un sólo juego de visitante.
Hace dos torneos Lucas Pusineri puso proa a Tucumán para sacar, otra vez, las papas de las brasas. Pero con una pequeña gran diferencia: Los apellidos que componían la tripulación de la barcaza no sabían ni recoger la amarras.
Otra vez, un libro de pases más flojo que el rendimiento de visitante. Se volvió a escuchar la repetida letanía que versa "no quieren venir, piden boludeces y sus familias no quieren vivir en Tucumán..." La verdad que es un argumento flojo de papeles, mirando como a 190 km de nuestra provincia Central Córdoba contrata sin demasiados dramas y hasta se da el lujo de campeonar. Santiago del Estero no es la Riviera Maya, salvo por el calor.
No tiene salida. La única es acertar con los nombres. Más allá de que el mensaje (redes mediante) sea achicar presupuesto y promover jugadores de formativas. Tal vez en esto último se centre la designación del técnico. Raro, que en una coyuntura apremiante, se elija reducir los gastos de contrataciones. Atlético deberá fluctuar entre los seis primeros puestos para engordar promedios y alejarse del fondo.
El objetivo deportivo es contrapuesto a la decisión bajar costos. El inefable encargado de buscar nombres será el mismo que cuando las balas picaban cerca estaba homenajeando a Juan Román? Si es así están al horno. Los apellidos con los que abasteció a Pusineri y que heredó Colace son una clara muestra. En serio muchachos, la dupla Leito-Abondándolo trajo a préstamo a Mateo Bajamich. Se puede pifiar, sin duda... pero no se puede reincidir, sin embargo le compraron el pase. No hay respuesta posible a la pregunta ¿Por qué?
Bajamich no es el enemigo. Hizo lo que pudo. Su nombre sólo sirve a los efectos...
El momento necesita de jugadores que lleguen y jueguen. No deben venir a competir. De suplentes, la plantilla está abarrotada.
El caso de la elección del técnico también merece análisis. Si la razón es la billetera, como dijimos, vamos mal y, si no lo fuera, igual. Hace falta espalda fuertes. Una trayectoria y alguien que se banque la presión. Cuatro fechas malas motivará que Colace camine hacia donde el verdugo espera con la capucha puesta. Su historia no lleva gastada ni media birome y en eso se escudan toooodos los dirigentes cuando se viene el malón. Ojalá sea Ferguson y se quede 15 años, sueñan algunos.
Para colmo el affaire premios se lleva puesto a jugadores históricos. Díaz cortó el amor con SU CLUB en la tele y el Bebe Acosta difícilmente se cambie en el vestuario del trio Quiroga, Mancinelli, Albrecht. Una verdadera pena que la relación con el jugador franquicia termine de esta manera.
Y ya que estamos, el tema premios impagos parece que los manejó el equipo de Colapinto. De los dos lados. Inoportuno por parte de los jugadores de protestar la deuda antes de un juego de local en medio del malestar general de los hinchas por la floja campaña. Cuando todavía quedaban posibilidades serias para clasificar a la postemporada hacía falta tranquilidad. Y error grave de la dirigencia en permitir que la sangre llegue al río. Para colmo la razón del atraso que Leito esgrimió ante los periodistas fue digna de Adorni. Que tres sponsors se atrasen en los pagos no pueden provocar tamaño kilombo.
Señoras, señores... lo que viene, lo que viene es demasiado complicado.
Veremos quien tiene el cuero duro para soportarlo.
Veremos quien tiene el cuero duro para soportarlo.
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