26 de junio de 2011

Nada de dramas


El periodismo y algunas medios que priorizan sus negocios, pintan al posible descenso de un equipo grande como las siete plagas.

Es apenas un resultado deportivo. Nada más... nada menos. No hay tragedia... ni siquera deportiva. Solo es una derrota... no la muerte. El mundo no va a dejar de girar porque River o San Martín se tengan que cambiar la ropa.

El discurso catastrófico del periodismo, pretendiendo que la rica historia de River debe sanar la malarias actuales no es verosímil. La historia son hechos del pasado. Las estadísticas no explican nada en un deporte imperfecto como lo es fútbol.

La alcurnia conseguida de nada sirve cuando la pelota comienza a rodar. Las fantasías populares sobre árbitros arreglados para mantener a cada equipo en su lugar y la paranoia de los especialistas en el tema arman un teatro de operaciones en el que cada uno lleva agua para sus sembradíos.

Los medios que poseen los derechos televisivos del Nacional B despliegan un discurso buscando que River aterrice en ese certamen y, de paso, se aprovechan políticamente de la sensibilidad de los hinchas para armar un caldito de cultivo para los kilombos buscando caerle al gobierno de la segura presidente reelecta.

Es más, América (de Vila y De Narváez) y TN (de Clarín) armaron un banderazo y fogonearon con su discurso catrinesco un kilombito en la cercanías del Monumental. Incluso la invasión de la cancha de los hinchas millonarios en Córdoba tuvo un tufo a opereta con la policía cordobesa que, es buena pa' bailar cuartetos en un control de ruta, pero que se le escapó la tortuga cuando los hinchas millonarios destegieron el alambre.

Los que sufrirán la aplanadora de Cristina en los comicios se agarran de cualquiera para recolectar un votito y pintar un panorama inexistente buscando el desprestigio del gobierno. Y River en el país y San Martín en Tucumán le dieron letra...

River va a seguir de pie y San Martín también, cualquiera sea el resultado. Una derrota más en su larga historia no cambia nada ni en el fútbol ni en la vida.
Descender no es un drama, por más que a algunos les convenga que así sea.

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