9 de febrero de 2008

Que entre el primero











Foto elsigloweb


Atlético tiene dramas para abrir el marcador. Contra Alumni se le fue un tiempo intentando. "Robocop" Martos con un cabeza - hombro desató la fiesta.

Unas notas abajo afirmo que entre Atlético y el resto hay mucho apellido de diferencia. Mucho talento y capacidad separa a los de Barrio Norte con los otros equipos que enfrenta.
El viernes, contra Alumni, esta "verdad revelada" quedó demostrada. Un arquero para atajar, nueve jugadores de campo para defender y un solitario delantero para atacar elucubró "Pistola" Vasquez (pasó por Atlético en los `70) para aguantar el cero en su arco. La estrategia le duró 45 minutos.
En el segundo parcial Atlético se lo comió crudo y sin pan con cuatro goles que los medios reflejaron con adjetivos grandilocuentes. Lo que no reflejaron es cuanto le costó.
Le costó porque el "Yaya" Alvarez rebotó mil pelotas para ir a buscarla al área, lugar al que nunca llegó a tiempo.
Le costó porque Bonaldi desbordó pero no acertó con ningún centro.
Le costó porque Longo, a pesar de repetirse, llegó al fondo para tirar centros que terminaban del otro lado del alambrado.
Le costó porque "Capé" Sarría no pudo zafar, en ese lapso, de la pegajosa marca cordobesa; cuando lo logró, el arco de Alumni estaba a kilómetros de distancia.Le costó porque Granero, Erroz y López circulaban bien el balón pero para los costados y hasta tres cuartos de cancha, donde el bosque de piernas cordobesas no dejaba resquicio para el juego que esta vez sí intentó Atlético.
El resultado de ese costo fue el 0 - 0 del primer tiempo.
Pero como dije, la clave era hacer un gol y Atlético lo hizo en una de las tantas jugadas a balón quieto y allí, el planteo de los visitantes se fue a la basura.
Alumni apenas juntó monedas pa' defender, pero para atacar no trajo ni cinco. En cuanto se aventuró a cruzar la mitad de la cancha el "decano" se frotó las manos y dijo papita pa'l loro. Con espacios es otra cosa, Capé mas suelto, López más arriba, Bonaldi seguía en la misma por la derecha pero ya no le pifiaba con los centros. En uno de ellos Alvarez elevó la cuenta a 2-0. Cuando los comentarios del segundo tanto no habían cesado se lo llevaron puesto Hernández en el área. Penal y el segundo de Alvarez y... pe, pe, pe, pe, pe.
La lateralización del primer tiempo le dio lugar a la profundidad en el segundo y ahora cada pelota que sí llegaba al área tenía tufillo de gol. La amplitud de espacios vacios fue el partícipe necesario de la precisión y si a eso le sumamos dinámica y despliegue, el coctel "decano" era demasiado cargado para que los cordobeses lo puedan digerir.
Cómo será que se puso de distendido el trámite para el local que hasta Paratore mojó en la cuarta conquista.
Tiki-tiki para allá; tiki-tiki para acá.
Atlético terminó floreándose y cerrando una noche que, por un rato, se había nublado.

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