Anduve por ahí, desde chico... Mi viejo frotó la lámpara y el genio que se desperezó tenía una spika en la mano... Boca abierta, oídos dispuestos... Magia, eso era... Eso es.
En el segundo puesto y abrigada a los palos, viene a un pescuezo en mi preferencia en lo que a periodismo e información se refiere. Amo escribir y leer... Y la radio es mi amante perfecta...
De pequeño vivía en Villa Alem y sonaba todo el día. Esperábamos con ansias la tarde-noche para que el León de Francia nos revalorice el heroísmo... Y escuchaba a mi viejo en el Mundo del Deporte... Es lo más cerca que estuve de la religión...
Pasé por varias y por algunas de ellas no debí hacerlo... No hay nadie que no cometa errores pero ellos me permitieron descartar a supuestos amigos y a confirmar bajezas de oscuros personajes.
En algunas me divertí a lo loco... "Palo y a la bolsa" se llamaba el rito con amigos de viernes o sábados... Cuatro largos años con Jade, el Turco, Peter, el Chaka, Clau, Juampi y el Colorado en la consola... Opinión, periodismo y música de la puta madre... Está mal que diga que era un programón, pero lo era...
Comenté básquet, fútbol y viajé por todos lados gracias a la radio... Fui a torneos nacionales, conocí gentes que debía conocer y otras a las que debería haber evitado... Me amontoné en cabinas inhóspitas al costado del Rusito Albertinski o del Negro Marangone o del Gordo Julito Grandjean...
La magia del básquet que con su lenguaje floreaba Nacho Golobyski o que contaban Popi Díaz Romero o describía Daniel Quiroga desde el relato y que yo trataba de apoyar desde el comentario... Amaba hacerlo... Era lo más mío en radio.
Pepee Fernández hace poco me sedujo a volver... Fue una isla aquello... Sábados taficeños pasado el mediodía y la propuesta de robarle la primera siesta a los que ya le apuntaban a la catrera después del morfi... Opinión y deportes, José producía todo y yo apenas le dedicaba la noche que iba del viernes al sábado... Fuimos la barricada contra el macrismo cruel en la Ciudad del Limón...
Me dió la posiblidad de trabajar una temporada con el crack Jorge Catalán y encima transmitiendo básquet. El gran Jorge nunca te dejaba a gamba... Y otro lujito que me di fue compartir estudio un tiempito con el Cabezón Juan Carlos Carrizo, que también la tenía atada y te hacía sentir importante cada vez que te daba un pase.
Aquel duende que emergió y que disparó en mí primera infancia la pasión se nutrió de muchos... La ruta del Sol en mí adolescencia en la siesta tucumana de Radio Nacional y que los domingos por la tarde la gastaba Daniel Sol poniendo música que no se escuchaba en ningún lado... Mí viejo en el Mundo del Deporte, fue otro..
Badía fue mi ladero en la noches de estudio en pleno verano, única época del año en que me convertía en estudiante... Un año de joda derivaba en rendir la currícula entera... El Negro Dolina desde la onda corta de la Tonomac en la mesa de Luz y con mí hijo bebé conciliando el sueño sobre mi pecho por sus dolores de panza...
Es lo único que valorizo de la pasada cuarentena... Su abrazo compañero para mitigar soledad fue clave... El Destape, el Flaco Tognetti, Polimeni, Caballero, Dady, Rosenblat... Estuvieron cada día de encierro en mí dpto transgrediendo normas de aislamiento... La radio mitigó muertes en medio del cementerio.
Mientras escribo y corrijo, desde la radio de Las Madres de Plaza Mayo el flaco Tognetti me acompaña... Como me acompañaron muchos... Esos que mí amante perfecta me permitió descubrir...
Feliz día, radio.