28 de noviembre de 2015

Alguna vez hay que volver a ser...


San Martín pisotea su historia con una flaca actualidad...Dirigentes, jugadores y cuerpo técnico de escasa capacidad son los ingredientes de una sopa difícil de digerir.

 "Uno busca llena de esperanzas..." la frase de un tango que se adecua a La Ciudadela. Ahí está, sacudiendo el polvo de los trofeos de su vitrina, porque no vinieron logros después de aquellos años lujosos.

Durante un tiempo y ascensos mediante, San Martín trató de parecer antes que ser. Apellidos sin historia en su plantilla y dudosas virtudes en los pies de los mismos. Dirigentes de pecho hinchado que no tuvieron, siquiera habilidad, para agrandar su masa societaria. Y mucho menos para que un proyecto de club abasteciera desde el Natalio Mirkin jugadores orgullosos de ser...

De una temporada a la otra el Santo compraba jugadores como se compran los huevos, por docena. Los empresarios, desde siempre, le comerciaron los apellidos sobrantes. Los que no tenían cabida en plazas más pudientes. A la vez que no advertían como todo el fútbol porteño le sangraba las entrañas llevándose los pibes que asomaban. Había que ser  y para ser alguien los embaucaba diciendo que había que comprar.

Aparecieron una caterva de dirigentes que se llevaron puesto todo. Triunfos, sentido de pertenencia, el orgullo de gigante. Cómo habrá sido que hasta siniestros personeros se calzaron el saco de manda mases, prometiendo estadios lujosos. Apenas maquetas optimistas que no se convirtieron en cemento por que sus hinchas no llenaban la "cancha vieja", según los dichos de una dirigente.

Hasta eso tuvo San Martín. Dirigentes que metían miedo con su soldadesca de pecheras verdes. Guay con insultar a alguien, ya que pos-insulto te sacaban en andas del estadio y con la cabeza llena de chichones. Mi Dios las cosas que hicieron con semejante club.

Hoy, con un apellido ilustre al frente, sin el bolsillo generoso de su recordado padre trata, desde las carencias, armar una historia que motive. Antes que él, un ignoto apellido trató de capear un temporal desatado por un empresario asustadizo que escapó por la tapia del fondo, porque la brasa caliente le podía comer su cadena de super mercados.

Dicen que un periodista no puede escribir sobre algo que no puede probar... Pero puedo sospechar que al pobre Oscar lo dejaron sólo. Al menos, eso me parece. Su vida de funcionario no tenía demasiados sobresaltos. Por qué agarró viaje entonces? Alguien lo dejó sólo y mi intuición me hace mirar para la esquina de San Martín y 25 de Mayo. Estaré paranoico ?

Para la temporada que se avecina repite técnico. Un tal Tomatito, que anticipó que repetirá jugadores de la fracasada campaña anterior. "Fracasada campaña" no tiene que ver con que no ascendió, sino con su horrible propuesta futbolística ejecutada por unos apellidos impresentables. Cómo puede ser que esos apellidos se repitan? Cómo van a hacer para seducir a su gloriosa hinchada ?

Por qué el tal Tomatito no baraja y da de nuevo. Por qué San Martín institución no sale a buscar en el Tucumán profundo algunos que seguro le van a servir. Por qué hacerse esquilmar el poco dinero por tipos que no le van a aportar nada y que ya fue comprobado. Nadie va a aportar un ápice de cordura? Nadie la va a poner bajo la suela y va a leer la cancha?

Alguna vez hay que recuperar la identidad. Alguna vez hay que recuperar el orgullo. Alguna vez habrá que volver a ser "pretenciosamente" el Gigante del Norte. Alguna vez habrá que levantar la frente.