21 de marzo de 2010

Tengo razón


En este sitio he fustigado a los agentes de tránsito y a algunas de las normas que ellos hacen ¿cumplir?. Sigue la joda y nadie hace nada... nosotros tampoco.

El video de dos corruptos inspectores empujando impunemente un auto para dejarlo en infracción ya dio la vuelta al mundo. Tucumán, la tierra de la pavimentación eterna, de los cartoneros nocturnos, de los subsidios para los barredores de calle está plagada de hechos como éste.

El director de tránsito dijo que se está comiendo un garrón, porque el hecho en cuestión ocurrió antes de su llegada al cargo. Los que empujaron el vehículo y después le pusieron el cepo todavía figuran como empleados del municipio así que... provecho por el garrón que se está deglutiendo.

El enfermo sistema que impera, donde las normas, de tránito en este caso, están originadas en la recaudación y no en la prevención o en la concientización. Sirven o en todo caso amparan, hecho como este. "Todos recudan... ¿por qué yo no?" piensa desde su flaco sueldo el empleado.

Es verdad que la honestidad no tiene que ver con las monedas que se portan en el bolsillo. Pero el mal ejemplo cunde y porqué no los que están al pie del cañon se van a quedar con las migas de la torta, aunque sea? El tipo que para a un motoquero para exigirle el casco, no se está preocupano por la integridad física del infractor, sino que lisa y llanamente está buscando plata.

Entonces es muy poco creíble que los dos inspectores que empujaron el vehículo lo hicieran para ayudar a una vecina y, mucho menos, se cree la versión cuando la misma vecina sale a la palestra a no decir nada. Para colmo un integrante del gremio municipal pone la caripela para defender a su agremiado.

Las imágenes no dejan dudas. El sistema racaudador y propenso a la corrupción deja la mesa servida para que los inspectores corruptos se hagan su fiesta coimeando para sus bolsillos y para la corona, porque no creo que las jefaturas de la repartición no se enteren de hechos como este.

Nadie controla a estos tipos y nosotros, desde nuestro silencio cómplice propendemos a que la cosa no cambie. A que todo siga igual.

14 de marzo de 2010

De prestado


Otra derrota que agrava el panaroma. Otra derrota que confirma que en el fútbol alguna audacia hay que tener. Atlético camina hacia el Nacional B dejando la peor imagen posible.

Puedo cansar con mi prédica. Pero esa prédica se confirma fecha a fecha. "Es imposible defender durante noventa minutos", dice Damián... y tiene razón. Nada más mezquino se puede plantear desde un cuerpo técnico, con cuatro "experimentados" para evitar distraciones en el fondo y sin embargo, las hay.

"Errores infantiles" dijo el nuevo buscador de resultados que Atlético contrató. Desde allí explicó el "punto asegurado" que su equipo había conseguido hasta el minuto 96. ¿Explicación o excusa? A mi me suena a lo segundo más que a lo primero. El mezquino planteo por él pergueñado necesita de una excusa para no perder su pretendida condición de infalible.

Es este bendito deporte siempre hay que mirar bajo las sábanas. Hay que elucubrar sobre lo que no se dice dándole alguna entidad al trascendido para encontrar explicaciones a un resultado negativo. Y levantar la sábana de arriba muestra el erróneo planteo. Así no se suma. Sin patear casi nada al arco torna quimérico al triunfo que se busca.

Entonces las manos vacías de la derrota es el resultado lógico de no asumir algún riesgo atacando un poco, aunque más no sea. Tratando de cambiar de camino a traves de un triunfo y en el fútbol hay que fijarse en el arco de enfrente para ganar. No hay otra manera.

Gómez apostó a la experiencia para defender pero una "distracción" lo hizo perder el "puntito asegurado". Los otros dos que se pueden sumar él había decidido perderlos en la charla técnica. Si no fue así, debería cambiar al 90% el equipo para el partido con Estudiantes porque no le hicieron caso.

Párrafo aparte, los jugadores también cuidan su quintita y no se salen del libreto mezquino. Tampoco ellos se la juegan porque, en estas instancias, todos tratan de ser lo menos responsables posibles. Haciendo caso al planteo del entrenador, si se pierde, el responsable es él.

De mal para peor. Así es el panorama que se avecina. Hace falta audacia y compromiso para quedarse en Primera División, pero también hace falta audacia y compromiso para armar el proyecto que fortalezca la espalda para que la estadía en la elíte no se efímera. Esa estadia que, hoy por hoy, se goza de prestado.

9 de marzo de 2010

Un tal Gómez


Cómo será de importante la carrera como técnico del nuevo entrenador "decano" que, en la red, apenas conseguí una foto de él como jugador.

Rivoira (el héroe), Mónaco-Salomón (los preferidos de los hinchas), "Chiche" Sosa (el tozudo) y ahora "Gomecito" (el ¿salvador?) fueron y son los nombres encargados de mantener al conjunto de Barrio Norte en el lugar de ¿privilegio? que hoy ostenta. Yo me pregunto para qué quiere quedarse... si las espaldas no le dan.

El soberbio técnico que acaba de ser hechado casi a patadas estuvo una pretemporada completa con el plantel y no encontró nunca el equipo. Tuvo la posibilidad de hacer traer a jugadores de valía y sumó un cuatro (¿un cuatro?) y un volante cualunque como el paraguayo Vargas. No trajo un 10 y no trajo uno con gol.

Hoy Atlético tiene al maltratado Sarría para armar juego y dos delanteros productos de las bondades que este juego le da a algunos de sus participantes. Escobar y Gigliotti piden a gritos a las fábricas que les confeccionen algunos botines redondos.

Aquellos dirigentes que dieron la vuelta olímpica antes que los jugadores, ¿no los vieron jugar acaso? Un cuatro fueron a buscar... mi dios. La posición en la tabla de promedios no sólo asusta sino que es un resultado de como juega el equipo. Y ahora llega Gómez.

No es un audaz, ni mucho menos un lírico. Si "Chiche" que venía de la escuela de Argentinos (el semillero del mundo) puso cuatro en el fondo y cuatro en el medio a morir, buscando no perder y apenas sumó 5 puntos y dos goles. Imaginen cómo va jugar con uno que viene del riñón del Ferro de los '80. Un triste cuatro tirador de centros que jugaba en Kimberley de Mar del Plata.

Es más, no se imaginen... recién bajado del avión dijo que no importa cómo juegue el equipo y que, a los fines, jugar bien o mal es una discusión absurda. ¡QUE LO CORRAN YA! Un tipo que prioriza el resultado, pero al que no le va ni le viene el medio que use para conseguirlo es otro más de la banda de aventureros que pululan en este deporte.

Atlético no se merece esto. Aunque este Gómez se convierta en el "muchachito de la película"

4 de marzo de 2010

No es pa' tanto


La selección le ganó a Alemania y ahora infla el pecho. Los teutones jugaron como siempre, o sea feo. Argentina metió el culo contra el arco y las alabanzas arrecian.

En serio. No es para festejar tres días. No es para gastar tanta tinta en adjetivos rimbombantes. No se puede creer el forreo crítico de TyC (no vaya a ser que los actores se enojen) usando litros de saliva para justificar la mezquindad del planteo argentino.

Dicen que Diego dijo que así se va a jugar en Sudáfrica. Chau. Las pocas esperanzas que quedaban para observar algo de magia ya quedaron truncas a 98 días del Mundial. Vamos a ir a cuidar el cero y desde allí todo es válido... como ayer. Argentina atacó dos veces.

Di María metió un pelotazo en el travesaño y después habilitó a Higuaín (goleador en serio) para el único gol del partido. Esas fueron las dos veces y después a sacarla para las tribunas. Si hasta Verón se puso el overol pa’ correr gente. Para colmo la escuadra nacional jugo con diez otra vez porque Messi hizo nuevamente de turista.

En serio... no jodamos. La misión es pasar la primera ronda a cualquier precio y, para lograr eso, el técnico encontró una estrategia de oferta pero que se la vendieron fallada porque la parte del ataque no funca y, por lo tanto, esa parte de la película será dependiente de las excelencias individuales de los actores de turno.

El técnico aseguró que este triunfo demuestra que “estamos vivos”, pero con mucho frío. Vamos... si el técnico y periodismo están engañados por el triunfo en Munich, hay muchos que no lo estamos. Muchos no nos comemos la galleta. Salir a la cancha con cuatro marcadores centrales integrando la última línea no es sólo un mensaje. Es un estilo de vida.

Ir a un Mundial pensando así como piensa el cuerpo técnico nos exime, para siempre de criticar a los italianos y su mezquina manera de jugar. Nos van a doler los ojos... así que hay que estar preparados.